San Juan XXIII, Papa
Junio 3 - Octubre 11
Martirologio Romano: En Roma, San Juan XXIII, papa, cuya vida y actividad
estuvieron llenas de una singular humanidad y se esforzó en manifestar la
caridad cristiana hacia todos, trabajando por la unión fraterna de los pueblos.
Solícito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra,
convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II. (1958-1963). (1881-1963).
Agnelo Giuseppe Roncalli, nació en Sotto il Monte, una pequeña localidad de
Bérgamo en el seno de una familia campesina. Estudió en el seminario de Bérgamo,
y después en el Seminario Romano; en 1902 interrumpió la carrera eclesiástica
para hacer el servicio militar. Fue ordenado sacerdote en 1904, e Roma, ya
doctorado en Teología. Fue secretario particular de monseñor Radini Tedeschi,
obispo de Bérgamo, y en este tiempo se inscribió en la congregación diocesana
del Sagrado Corazón y enseñó Historia eclesiástica en el seminario de
Bérgamo.
En el ejercicio de este ministerio fue injustamente denunciado por poseer
una obra sospechosa de modernismo e incluída en el Índice. Muerto su obispo
sirvió como capellán castrense, en los hospitales militares de Bérgamo, durante
la I Guerra Mundial. Tras la guerra regresó a Bérgamo, donde fundó la Casa del
Estudiante, para favorecer los estudios de los muchachos que venían del mundo
rural. Fue nombrado canónigo de la catedral bergamasca. Benedicto XV confió
después el cargo de presidente nacional de la Obra Pontificia de Propagación de
la Fe, con el título de prelado doméstico.
En 1925 fue consagrado obispo en Roma, con el título de obispo de Aerópoli y fue nombrado Nuncio apostólico en Bulgaria, donde tuvo que dirimir asuntos bastante conflictivos. En 1934 fue trasladado a la delegación apostólica de Estambul con el encargo de Regente de la delegación apostólica de Grecia; en ambos cargos logró un mayor conocimiento del mundo musulmán y ortodoxo y consiguió que se mejoraran las relaciones con la Iglesia católica. Fue el primero en introducir la lectura del evangelio en turco. Durante la II Guerra Mundial, desde su puesto en Turquía, fue un nexo de unión entre el Vaticano y el rabino de Palestina y una ayuda permanente para la población griega ocupada, necesitada de medicinas y alimentos. En 1944, fue Nuncio apostólico en Francia, nombrado por Pío XII, donde se revelarían todas sus cualidades humanas y espirituales y logró que casi todos los obispos acusados de colaboracionismo con el gobierno de Vichy, permanecieran en sus sedes. En 1950 realizó su primera visita a España.
Desde 1951 fue nombrado observador permanente de la Santa Sede ante la
UNESCO. En 1954 fue nombrado Cardenal patriarca de Venecia, donde demostró sus
altísimas cualidades como pastor; en 1954 realizó una segunda visita a España.
Realizó muchos viajes a los centros de peregrinación de todo el mundo. A la
muerte de Pío XII fue elegido Pontífice. Le llamaban el “papa bueno”. Fue un
hombre sencillo y con un gran sentido del humor. Convocó el concilio Vaticano II
en 1962, aunque no pudo verlo terminar. En 1963 fue premio Balzan de la
Paz.
Fue el hombre providencial que puso a la Iglesia en pie de renovación
-de “aggiornamento” palabra acuñada por él- con su palabra, con sus gestos, con
su ejemplo, en menos de cinco años de pontificado. Se conocen muchas anécdotas
de su vida, como la subida del sueldo a los portantes de la silla gestatoria:
“Porque yo peso el doble que Pío XII...”. En una de sus primeras noches como
papa, no lograba dormirse ante varios graves problemas. Y, entonces, sentándose
en la cama, se dijo a sí mismo: “Vamos a ver, Juan, ¿quién dirige la Iglesia, el
Espíritu Santo, o tú? El Espíritu Santo, ¿no? Pues entonces ¡duerme, Juan!”.
Nombró cardenales de Filipinas, Japón y Tanzania, abriendo así a la Iglesia a un
sendero más universal. Como obispo de Roma, convocó un sínodo en su ciudad. Tuvo
audiencias con los líderes religiosos de casi todas las Iglesias cristianas,
como a los judíos: en 1959 suprimió en los oficios de Viernes Santo, el adjetivo
“perfidis” atribuido a los judíos, dando un paso importantísimo hacia el
ecumenismo. Contribuyó a la paz en los momentos difíciles de la guerra fria y su
mediación entre Kennedy y Kruschev contribuyó a evitar la catástrofe de los
misiles de Cuba en 1962.
Escribió grandes encíclicas: Mater et Magistra. Pacem in terris, y otras cuatro encíclicas menos conocidas. Fue amado por todo el mundo a causa de su inmensa bondad, murió en olor de santidad.
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El papa Francisco firmó el, jueves 4 de julio, el decreto para canonizar a
los fallecidos pontífices Juan Pablo II y Juan XXIII.
Si bien aún no hay fecha concreta para la ceremonia de canonización, el
portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, adelentó que la ceremonia podría tener
lugar "antes de finales de año".
En el caso de Juan Pablo II esta decisión se tomó luego de certificarse un
segundo milagro (necesario para la canonización) a una mujer costarricense que
se recuperó de un daño cerebral el pasado 1 de mayo del 2011. El primer milagro
atribuido a Juan Pablo II fue la sanación de la monja francesa, Marie
Simon-Pierre, que sufría del mal de Parkinson.
Por otro lado, Juan XXIII, no se ha logrado certificar un segundo milagro
pero esto ha sido dispensado por el papa Francisco. En vez de eso, se le ha
destacado su espíritu reformador en la Iglesia Católica al abrir el Concilio
Vaticano II en 1962.
“Todos conocemos las virtudes y la personalidad del papa Roncalli, no hay
necesidad de explicar los motivos de su canonización”, dijo Lombardi ante los
periodistas.
Juan Pablo II estuvo al frente de la Iglesia Católica entre 1978 y 2005 y
Juan XXIII entre 1958 y 1963.
Fue canonizado: Abril 27, 2014, poe SS Francisco.
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