San Ronón o Renan de Locronan o Quimper, Eremita y Obispo
Junio 1 y domingo posterior al 15 de agosto
Junio 1 y domingo posterior al 15 de agosto
En Bretaña Menor, san Ronón, obispo, que, habiendo llegado por mar desde
Hibernia, llevó vida eremítica en los bosques del lugar. s. VIII
Antiguo obispo que trabajó en Cornualles y Bretaña; parece ser que pudo ser
un anacoreta irlandés que evangelizó la zona. Patrón de Quimper.
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Fuente: oremosjuntos.com
San Ronan de Bretaña, Obispo y Eremita
San Ronan de Bretaña, Obispo y Eremita
Es este un santo del que la leyenda dice mucho, pero la historia poco.
También es conocido como Renan, Reunan, Rouen, Rumon o Ruadhan. La leyenda dice
que fue irlandés, y que San Patricio (17 de marzo) lo ordenó obispo. En Irlanda
se hizo famoso por sus dotes, virtudes y milagros y huyó a Bretaña, donde se
retiró a la soledad como un eremita en los bosques umbríos de Nevet
Cornouailles, donde aún se le venera Escogió este sitio, en su deseo de huir de
las gentes y para ello lanzó una piedra, pensando establecerse donde se
detuviera. La piedra rebotó tres veces y llegó rodando hasta donde había una
capillita escondida en medio de la maleza. Allí se estableció y esta ermita se
conserva aún.
Como en todos los casos de los eremitas solitarios, su culto está rodeado
de una serie de leyendas y mitos con respecto a su relación con la naturaleza.
El hombre místico y solitario ha sido venerado en todas las culturas, como
fuente de sabiduría, consejo e intercesor ante Dios. Someten la naturaleza, con
la que se compenetran, en beneficio de los demás o suyo propio. Plantas y
animales les obedecen, atrayendo beneficios o alejando males o enemigos.
El hombre lobo.
Esto es lo que pasó: se unió a los discípulos del santo un hombre casado; y su mujer, llamada Keban, intentando atraerlo de nuevo a casa, acusó a Ronan, ante Gradlon, el noble local (llamado rey en la leyenda), de convertirse en lobo y devorar a los niños, entre ellos a la propia hija de la mujer. Gradlon, conocedor de la buena fama de Ronan, aún así dudó, por la insistencia de la mujer. Así es que decidió poner a prueba al santo, lo llamó a su presencia y le dijo: “Tengo dos perros de presa muy fieros; voy a dejarte ir y dejaré que te persigan. Si escapas con vida sabremos que eres inocente. Si te comen, serás culpable”. Era de todos creído que los perros reconocían y atacaban a los hombres lobo aun de día y bajo apariencia humana.
Esto es lo que pasó: se unió a los discípulos del santo un hombre casado; y su mujer, llamada Keban, intentando atraerlo de nuevo a casa, acusó a Ronan, ante Gradlon, el noble local (llamado rey en la leyenda), de convertirse en lobo y devorar a los niños, entre ellos a la propia hija de la mujer. Gradlon, conocedor de la buena fama de Ronan, aún así dudó, por la insistencia de la mujer. Así es que decidió poner a prueba al santo, lo llamó a su presencia y le dijo: “Tengo dos perros de presa muy fieros; voy a dejarte ir y dejaré que te persigan. Si escapas con vida sabremos que eres inocente. Si te comen, serás culpable”. Era de todos creído que los perros reconocían y atacaban a los hombres lobo aun de día y bajo apariencia humana.
Keban golpea a los búfalos.
Así pasó, pero cuando los perros se abalanzaron sobre el santo, este levantó la mano, hizo la señal de la cruz diciendo a los perros: “sed obedientes al Señor” y los dos perros se volvieron mansos y le lamían los pies. Al parecer la mujer fue perdonada, aunque quedó con rencor por el santo. Lo “sabemos” porque dice la leyenda que, luego de morir Ronan, cuando su cadáver iba al cementerio tirado por dos búfalos, al pasar delante de la casa de la mujer, esta tomó un palo y golpeó a uno de los animales. En ese momento, la tierra se abrió y se tragó a la mujer en medio de fuego y humo. Aún se señala el sitio como “la tumba de Keban”. Ahí si que no hubo perdón alguno.
Así pasó, pero cuando los perros se abalanzaron sobre el santo, este levantó la mano, hizo la señal de la cruz diciendo a los perros: “sed obedientes al Señor” y los dos perros se volvieron mansos y le lamían los pies. Al parecer la mujer fue perdonada, aunque quedó con rencor por el santo. Lo “sabemos” porque dice la leyenda que, luego de morir Ronan, cuando su cadáver iba al cementerio tirado por dos búfalos, al pasar delante de la casa de la mujer, esta tomó un palo y golpeó a uno de los animales. En ese momento, la tierra se abrió y se tragó a la mujer en medio de fuego y humo. Aún se señala el sitio como “la tumba de Keban”. Ahí si que no hubo perdón alguno.
Y, para terminar, decir que los búfalos mencionados se detuvieron en
Plozévet, donde se negaron a caminar, por lo que se decidió dejar el cuerpo
allí. Pronto comenzaron los milagros y curaciones y los de Locronan-Nevet,
queriendo tener a su santo eremita consigo, lo robaron, llevándolo a la iglesia
que le dedicaron, un bello exponente del pre-románico. Su tumba aún es muy
venerada. Se le invoca contra el reuma, la rabia y la calumnia. El domingo
posterior al 15 de agosto se celebra una procesión y rogativa con sus
reliquias.
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Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"France historique et monumentale". ABEL HUGO. 1837.
-"Les vies de tous les Saints de France". Tomo I. M. CH. BARTHELEMY. Versalles 1863.
Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"France historique et monumentale". ABEL HUGO. 1837.
-"Les vies de tous les Saints de France". Tomo I. M. CH. BARTHELEMY. Versalles 1863.
Tomado de: preguntasantoral.blogspot.com.es
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