Junio 9
San Primo y San Feliciano, hermanos, nacieron en Roma, ilustres por su sangre y por su fe.
San Primo y San Feliciano, hermanos, nacieron en Roma, ilustres por su sangre y por su fe.
Acusados por cristianos ante los emperadores Diocleciano y Maximiano,
fueron presos y encarcelados; pero el ángel del Señor los libró de la prisión. A
los pocos días, por no haber querido adorar la estatua de Hércules, los azotaron
cruelmente y entregaron al juez Promoto, el que los exhortó a obedecer a los
emperadores; mas, viendo que todas sus diligencias eran vanas, los hizo separar,
llevando a Primo a la cárcel, y quedando allí Feliciano, al cual recomendó que
mirase por su vejez.
"Mira Jesucristo por ella -respondió Feliciano- ochenta años tengo, y treinta ha que el Señor me alumbró para dedicarme a El totalmente».
"Mira Jesucristo por ella -respondió Feliciano- ochenta años tengo, y treinta ha que el Señor me alumbró para dedicarme a El totalmente».
Mandóle el juez azotar, y después le hizo clavar en un palo; y, haciendo
traer a Primo delante de si, le dijo que su hermano estaba ya cambiado; pero
Primo le respondió que «sabía que su hermano estaba firme en la confesión de
Cristo».
Finalmente, después de varios martirios, fueron degollados el día 9 de
Junio año del nacimiento del hijo de Dios de 303.
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Fuente: Magnificat.ca
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