Venerable, Matt Talbot, Obrero
Junio 7
Junio 7
2 de mayo de 1856 - 7 de junio de 1925 Dublín, Irlanda.
Muy joven todavía, un obrero auxiliar de Dublín, llamado Mateo (Matt)
Talbot, empezó a beber y parecía que pronto sería una víctima más del
alcoholismo. Aunque todas las mañanas, al despertarse de su borrachera, sentía
una infinita vergüenza ante Dios y ante el mundo por su falta de carácter, y
aunque su madre le rogaba casi de rodillas que cambiase su vida, todos los días
de pago olvidaba sus promesas y buenas intenciones, llegando a vender cuanto
llevaba encima para satisfacer su vicio. No era ninguna pena o sufrimiento
especial lo que lo impulsaba hacia la cantina, sino una absoluta carencia de
voluntad y responsabilidad.
A pesar de su pobreza era un muchacho alegre que mantenía en alto su fe y,
cuando no estaba bebido, sus padres no tenían por qué avergonzarse de él.
Repentinamente, cuando ya había cumplido 24 años de edad y se le notaban
los signos inconfundibles del bebedor, arrojó un día el vaso con licor por la
ventana y juró que no volvería a beber ni una gota de alcohol. Jamás confió a
nadie la causa de esta repentina decisión; se llevó el secreto a la tumba. Las
causas de su transformación, aparentemente, no fueron ni un sentimiento de
hastío o repugnancia, ni el temor natural a la ruina corporal, sino más bien se
originó por un profundo movimiento de la gracia de Dios, una gracia que aún no
se apagaba en su alma.
Ante un sacerdote juró Matt Talbot renunciar en lo futuro al alcohol. No se
fió de sus propias fuerzas, sino que, con la bendición de la Iglesia, con la
fuerza del Señor, quiso emprender la lucha contra sus malas inclinaciones y
resistió con heroísmo. Sin hacer caso a las burlas de los compañeros, dejaba
pasar la botella si se la presentaban. Sin embargo, esa renuncia de ninguna
manera le pareció una penitencia suficiente para expiar el pecado que lo había
dominado durante diez largos años.
Dejó de fumar, prescindió de la comida completa del mediodía y vivía
rigurosamente, como un ermitaño. Se conformaba con pocas horas de sueño después
de sus diez horas de trabajo. Al estilo de los penitentes medievales, llevaba
una cadena bajo la ropa de trabajo. Su jornada comenzaba a las dos de la
madrugada.
De rodillas rezaba hasta que las campanas llamaban a misa; después de escucharla se presentaba entre los primeros a la obra. A la hora del almuerzo se retiraba a una choza para proseguir sus rezos sin que lo vieran. Durante muchas noches cuidaba a algún amigo enfermo o leía libros religiosos.
De rodillas rezaba hasta que las campanas llamaban a misa; después de escucharla se presentaba entre los primeros a la obra. A la hora del almuerzo se retiraba a una choza para proseguir sus rezos sin que lo vieran. Durante muchas noches cuidaba a algún amigo enfermo o leía libros religiosos.
Todo lo que logró ahorrar de su escaso salario se lo pasó a cuatro
seminaristas de la misión en China, para sus estudios.
Nadie sabía de sus penitencias y de sus sacrificios voluntarios. Durante
cuarenta años sólo fue uno más en la fila gris de los obreros que, al amanecer,
marchaban por las calles de Dublín rumbo a su pesado trabajo, para regresar
agotados al anochecer.
El 7 de junio de 1925 Matt Talbot, ya de 70 años, cayó
desmayado en plena calle.
Murió allí mismo, antes de que una mano solícita lo pudiese ayudar.
Murió allí mismo, antes de que una mano solícita lo pudiese ayudar.
A raíz de su muerte se manifestó la santidad oculta de este hombre
sencillo, que había comprendido la palabra del Señor: "... el Reino de los
Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan (Mt. 11,12)".
El Papa Juan Pablo II lo declaró Venerable en 1994 y hoy, está en la etapa final de su proceso de beatificación. Es considerado el patrono de los alcohólicos rehabilitados
El Papa Juan Pablo II lo declaró Venerable en 1994 y hoy, está en la etapa final de su proceso de beatificación. Es considerado el patrono de los alcohólicos rehabilitados
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Fuente: oremosjuntos.com
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