Beato Tomás Tunstal, Presbítero y Mártir
Julio 13
Martirologio Romano: En Norwich, en Inglaterra, beato Tomás Tunstal, presbítero de la Orden de San Benito y mártir, que, en tiempo del rey Jacobo I, fue condenado a muerte y ahorcado por haber entrado, como sacerdote, en este país. († 1616)
Martirologio Romano: En Norwich, en Inglaterra, beato Tomás Tunstal, presbítero de la Orden de San Benito y mártir, que, en tiempo del rey Jacobo I, fue condenado a muerte y ahorcado por haber entrado, como sacerdote, en este país. († 1616)
Fecha de beatificación: 15 de diciembre de 1929,
durante el pontificado de Pío XI
Tomás Tunstal nació en Whinfell, junto a Kendal, en 1580. Tenía veintiséis años cuando ingresó en el colegio inglés de Douai y se preparó al sacerdocio que recibió el año 1610. Con el alias de «Dyer» volvió enseguida a Inglaterra, pero llevaba muy poco tiempo en el reino inglés cuando fue identificado como sacerdote y como tal fue arrestado.
Tomás Tunstal nació en Whinfell, junto a Kendal, en 1580. Tenía veintiséis años cuando ingresó en el colegio inglés de Douai y se preparó al sacerdocio que recibió el año 1610. Con el alias de «Dyer» volvió enseguida a Inglaterra, pero llevaba muy poco tiempo en el reino inglés cuando fue identificado como sacerdote y como tal fue arrestado.
Pasó cinco años largos en la prisión y a
comienzos de 1616 logra huir de la cárcel, el castillo de Wishbech, pero se
hirió en una mano y acudió a una mujer para que lo curara. Ésta comentó a su
marido que ha atendido a un herido, y siendo el marido juez de paz comprendió
que el herido era el sacerdote huido, y nuevamente fue arrestado. Esta vez lo
llevaron al castillo de Norwich. Un testigo falso, llamado Symons, declaró que
había reconciliado con la Iglesia católica a dos protestantes, y aunque los
interesados lo negaron, se le pidió a Tomás que reconociera la supremacía
religiosa del rey, a lo que éste se negó, y por ello lo condenaron a muerte como
traidor.
Apenas el jurado había pronunciado su veredicto,
Tomás se santiguó, se puso de rodillas y alzando al cielo los ojos y las manos
dijo en voz alta y en latín: «Bendita sea la santa Trinidad e individua Unidad.
La confesaremos porque ha tenido misericordia de nosotros». Y siguió rezando un
tiempo. Entonces el juez Altam volvió a preguntarle si quería prestar el
juramento de acatamiento a la supremacía religiosa del rey, y Tomás le dijo que
era su conciencia la que no se lo permitía.
Llevado al patíbulo el 13 de julio de 1616, el
juez de paz que lo arrestó la segunda vez le pidió perdón, que él le concedió.
No se le permitió hablar pero se le dejó que orara durante un cuarto de hora.
Luego quiso hablar al pueblo sobre el texto paulino: «Somos espectáculo para el
mundo...» (1 Cor 4,9), pero se le mandó callar. El preguntó qué hora era y le
dijeron que las once. «Es casi la hora del almuerzo -dijo-, Dios me conceda
sentarme hoy a su mesa en el reino de los cielos». Los ministros protestantes y
el sheriff le preguntaron si creía que iba a salvarse por sus buenas obras, y él
contestó que las buenas obras se hacían meritorias gracias a la sangre de
Cristo, a cuyos méritos recurría y en cuyas llagas se metía. Pidió por el rey y
por el falso acusador y ofreció su cuello a la soga que iba a ahorcarlo.
Cuando lo rodeó el lazo de la soga, dijo: «Seas
glorificado, Señor». Y le rogó al verdugo le avisase del momento en que iba a
ser colgado para poder morir con el nombre de Jesús en los labios. Le
propusieron que diera él mismo la señal, pero dijo que él no podía acelerar su
propia muerte. Volvió a santiguarse y rogó a los católicos presentes que rogaran
por él. Luego dijo en latín: «Buen Jesús, Verbo del Padre, esplendor de la
eterna gloria»... y añadió: «A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu». El
sheriff dijo: «Ahora», y el mártir exclamó: «Jesús, Jesús, ten misericordia de
mí». Y siguió su ahorcamiento y descuartizamiento. Su cabeza fue expuesta en la
Puerta de San Benito, como él había pedido.
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Nota: El Martirologio dice que este sacerdote era
monje benedictino. No hemos hallado tal dato en ninguna de las fuentes
consultadas, empezando por la Positio de 1928
Autor: Lamberto de Echeverría, Bernardino Llorca y José Luis Repetto
Betes
AÑO CRISTIANO Edición 2005
Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes
Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)
Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6
Autores: Lamberto de Echeverría (†), Bernardino Llorca (†) y José Luis Repetto Betes
Editorial: Biblioteca de Autores Católicos (BAC)
Tomo VII Julio ISBN 84-7914-763-6
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