San Materno de Colonia,
Obispo
Septiembre 14
Martirologio Romano: En Colonia Agripina, de Germania, san Materno, obispo, que convirtió a la fe de Cristo a gentes de Tongres, Colonia y Tréveris (post 314)
Septiembre 14
Martirologio Romano: En Colonia Agripina, de Germania, san Materno, obispo, que convirtió a la fe de Cristo a gentes de Tongres, Colonia y Tréveris (post 314)
En la vida de este santo confluyen la leyenda con los datos históricos reales.
LA
LEYENDA
Como es natural, muchas de las sedes más antiguas hicieron el
intento de establecer su origen en tiempos de los Apóstoles o en el de los
discípulos de los Apóstoles. Entre las que trataron de vincularse con San Pedro,
están la de Colonia y la de Tréveris (la sede de Colonia tuvo a dos obispos con
el nombre de Materno, uno en el siglo primero y el otro en el cuarto). La
historia legendaria afirma que Materno era el hijo de la viuda de Naím
resucitado por Jesucristo, y que, en el año 50, el propio San Pedro lo envió
junto con San Eucario y San Valerio, a evangelizar las Galias. Cuando los
misioneros llegaron a Ehl, en Alsacia, murió Materno y sus compañeros se
trasladaron a Roma para informar a San Pedro. Este les hizo entrega de su
báculo, con instrucciones para que lo pusieran sobre el cuerpo del muerto. Se
ejecutaron las órdenes del Apóstol, y Materno resucitó por segunda vez y pudo
predicar el Evangelio a "los pueblos de Tongrés, Colonia y Tréveris y otras
comarcas vecinas”. Casi exactamente la misma historia se cuenta sobre otros
misioneros apostólicos de las Galias y, por supuesto, todas ellas son indignas
de
crédito.
LA HISTORIA
REAL
San Materno fue el primer obispo de Colonia, Alemania, según
documentos que constatan su participación en los sínodos de Roma (313) y de
Arlés
(314).
Materno fue el primer obispo de Colonia de quien se tienen
noticias ciertas: se le menciona en relación con el controvertido asunto de los
donatistas. Los obispos cismáticos del África presentaron una petición al
emperador Constantino en contra del obispo católico Cecilio, para solicitar que
su caso fuese juzgado por los obispos de las Galias, que no tenían ningún
interés particular en el asunto. El emperador mandó llamar a tres obispos galos
para que asistieran al proceso que se iba a realizar en Roma. Los tres prelados
eran: Reticio de Autun, Marino de Arles y Materno de Colonia. Terminado el
juicio, en el año de 313, Cecilio fue absuelto y reivindicado por
unanimidad.
Los donatistas pidieron la celebración de un nuevo proceso y el
emperador ordenó que se convocara a un Concilio para tratar la cuestión. Esta
asamblea tuvo lugar el año siguiente, en Arles y, otra vez, San Materno fue uno
de los obispos participantes. Es posible que en algún período de su existencia
haya sido obispo de Tréveris.
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Autor:
Xavier
Villalta
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