lunes, junio 30, 2014

Evangelio Junio 30, 2014

Condiciones para seguir a Jesús
Mateo 8,18-22.
Tiempo Ordinario.
Si el amor es sincero y sin reservas, Cristo mismo estará presente para darnos la fuerza.


Del santo Evangelio según san Mateo 8, 18-22
Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla. Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Jesús le dijo: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».

Oración introductoria
Señor, aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad. Teóricamente yo también quiero seguirte, ansío ser fiel a los innumerables dones de tu gracia; pero, bien conoces mi debilidad, mis apegos… Hoy me pongo de rodillas ante Ti y te suplico me des la luz y la fuerza de tu Espíritu Santo.

Petición
Ven, Espíritu Santo, aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad

Meditación del Papa Francisco
El Señor es muy generoso. El Señor abre todas las puertas. También el Señor comprende al que dice: "¡No, Señor, no quiero ir contigo!" Lo entiende y espera, porque es misericordioso. Pero al Señor no le gusta ese hombre que dice ‘sí’ y hace ‘no’; que finge agradecerle por tantas cosas bonitas, pero en realidad va por su camino; que tiene buenas formas, pero hace su propia voluntad y no la del Señor: aquellos que siempre se excusan, aquellos que no conocen la alegría, que no experimentan la alegría de la pertenencia.
Pidamos al Señor esta gracia: entender bien cuanto es hermoso ser invitados a la fiesta, cuanto es hermoso estar con todos y compartir con todos las propias cualidades, cuanto es hermoso estar con Él y que feo es jugar entre el "sí" y el "no", decir que "sí", pero conformarme con estar sólo enumerado en la lista de los cristianos... (Cf. S.S. Francisco, 5 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta).

Reflexión
La petición de Jesús es exigente y a la vez, menciona condiciones muy severas "quien pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no es apto para el reino de los cielos". Pero, cuando se ama, se es exigente con el amado, se desea su fidelidad, su paz, con dividimos con los mismos sentimientos, con las mismas esperanzas y con las mismas necesidades. El amor no se conforma con los recortes de tiempo, entre el trabajo y las diversiones. Una relación de amor se hace a través del diálogo íntimo, del empeño que comporta un riesgo personal. Si no es así, entonces no es una relación auténtica y sincera, sino incumplidora y caprichosa, que espera los acontecimientos y sospecha dudas. ¿Es esta la relación que Dios quiere con los hombres? Y a pesar del amor de Cristo, ¿vamos a responder con menos amor? Él, que nos ha amado absolutamente hasta llegar a morir en la cruz para salvarnos de la muerte y del pecado.

Jesús no rechaza la oferta que el escriba y el discípulo le ofrecen. Pero con su respuesta exigente les hace entender que, cuando se dona una cosa se hace de forma generosa y íntegra, no incierta y parcial.

La vocación, y no sólo a la vida consagrada, sino también la vocación al matrimonio, a la paternidad o al empeño cristiano en general, una vez reconocida, debe ser concretada, sin miedo al respeto humano. A menudo contamos con temores, dificultades, problemas sin embargo, si el amor es sincero y sin reservas, Cristo mismo estará presente para darnos la fuerza y las soluciones para vencerlos.

Propósito
Ante el Santísimo Sacramento, revisar mi vida: ¿qué me pide Dios que no he querido darle?

Diálogo con Cristo
Señor, el ambiente y los medios de comunicación buscan imponer un estilo de vida donde lo práctico y el bienestar ocupan el primer lugar. Seguirte, comprometer la vida al ideal del Evangelio, es ir contra corriente. Así es, y así ha sido siempre. No permitas que me engañe, que busque evadir mis responsabilidades. Ayúdame a saber vivir mi misión, identificándome plenamente con el ideal que me propone tu Evangelio.
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Autor: Jaime Rodríguez | Fuente: Catholic.net

Santo Evangelio según san Mateo 8:20


Carta desde el Cielo...

CARTA DESDE EL CIELO

No estés triste pensando en mí...
Éste es un lugar realmente maravilloso y yo me encuentro feliz y totalmente en paz... no me duele nada Te escribo para que quites la tristeza de tu corazón y la oscuridad de tus pensamientos.

Hay miles de ángeles aquí y son extraordinarios.
Me encanta verlos volar y sabes? Jesús no se parece a ninguna de las fotos que pintan de él .

Aún así tan pronto lo vi lo reconocí en seguida, sabía que era él!
Jesús me llevo con Dios y él hablo conmigo como si yo fuese importante...

Ahí fue cuando le dije que yo quería escribirte una carta para despedirme de ti y decirte cómo me siento ahora... Dios me dio papel y su pluma personal para que yo te escribiera esta carta y un ángel hizo que te llegara.

Es difícil explicarte como me siento, pero lo que puedo decirte es que se siente bien estar acá.. el sol brilla increíblemente y las nubes reflejan su luz provocando rayos de hermosos por todos lados.

Aquí hay mucha gente como yo, también está la gente que hace mucho se me adelantó. Dios me dijo que te contestara una de las preguntas que le hiciste: "Que dónde estaba El cuando yo lo necesitaba" Dios me dijo que estaba en el mismo lugar, conmigo como siempre!

El nunca me ha dejado ni antes ni ahora y eso me regocija el alma, hoy puedo estar con El por siempre y a cada instante! Cada que me necesites solo necesitas cerrar los ojos y vibrarme, estoy junto a ti, te escucho, platícame en el silencio de tu alma... mira al cielo y ahí en un lugarcito estoy feliz, con mi sonrisa, esa que tanto te gusta. Pero no estés triste por favor, YO ESTOY MUY BIEN!!

Tengo que devolverle la pluma a Dios, así que me voy despidiendo... Celebra que puedes verme en cada acto de amor...

Soy solo eso, sencillamente amor. Que tus lágrimas no te impidan ver las estrellas y cerrar tu alma, no te dejes apagar por favor, cuando mas te ríes mas brillo, cuando mas sufres mas te abrazo yo.

Se que me extrañas pero no pienses en cuando me fui, piensa en mí cuando estuve y en todo lo bello que pasamos, en todos esos sencillos momentos que nunca vamos a olvidar. Hoy te digo adiós y no me busques en todos lados, no es necesario porque yo estoy ahí.. en tu alma cerquita de tu corazón velando y orando por ti...

SIEMPRE!!! Yo nunca me iré de tu lado mientras me recuerdes TE AMO!!
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(desconozco el autor)

Nuestra Señora de Calais (Francia)

Nuestra Señora de Calais (Francia)
Junio 30
 
Francia, año 1347
Durante todo un año la ciudad de Calais en Francia fue sitiada por las tropas inglesas y había perdido muchos soldados durante el asedio.
 
El hambre, finalmente obligó a los franceses a considerar el abandono, pero el Rey Inglés Eduardo III, no aceptaría su rendición a menos seis ciudadanos de Calais vinieron ante su presencia con la cabeza descubierta, los pies descalzos, vestidos con camisas rugosas, y cada uno con un cabestro sobre su cuello. Él exigió las llaves de Calais y que estos hombres aceptaran sin reparo alguno, caso contrario el resto de los ciudadanos recibiría ningún tipo de misericordia.
 
Toda la población rezó a la Virgen de Calais, cuya imagen había sido dañada durante la guerra. Los que podían hacerlo se arrodillaron en su santuario. Esta capilla había sido construida por los ingleses.
 
Nadie quería dar su vida sometidos a los invasores. Así, un hombre noble se adelantó y ofreció su cabeza como un rescate para el monarca inglés y otras cinco personas se ofrecieron como voluntarios, todos vestidos como el rey había exigido. Cuando ellos se presentaron delante del rey furioso airadamente les recordó las pérdidas sufridas a través de su terquedad; luego ordenó a sus hombres que decapitaran a los seis ciudadanos.
 
Guerreros más valientes y nobles del rey le suplicaron que por las vidas de esos hombres, pero fue en vano. Entonces fue la reina Philippa quien, arrodillándose delante de él y con lágrimas corriendo por sus mejillas, se declaró: "Mi esposo y señor, he cruzado el mar a través de muchos peligros para estar con usted. Permítanme ahora orar a tener compasión de estos seis presos".
 
Después de unos minutos de pensamiento profundo el rey declaró: "Señora, me gustaría que hubiera sido en otro lugar el día de hoy. No puedo negar el favor usted me solicita. Tome estos hombres y disponer de ellos como quiera".
 
La reina de gracia le dio a los seis rehenes mejor ropa, cada una cierta cantidad de dinero, y tenía los llevaron con seguridad de vuelta a través de las líneas y puestos en libertad para regresar a casa.
 
El rey, humillado en la misericordia de su reina, perdonó a la ciudad. La Reina Philippa era una figura de la Virgen, intercediendo por aquellos hombres y la obtención de la misericordia para ellos al igual que la Santísima Virgen María, Puerta del Cielo, va a hacer por nosotros si le hacemos nuestro abogado ante Dios. A partir de entonces la Virgen de Calais fue cada vez más reconocida como Madre misericordiosa de Calais.
 
Una magnífica capilla esta en el santuario de Nuestra Señora de Calais en el año 1631 por James de Bolloye, cura de Calais.
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traducido por mallinista
Fuente: www.roman-catholic-saints.com

domingo, junio 29, 2014

Evangelio Junio 29, 2014

A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos
Mateo 16, 13-19.
Solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Ellos encontraron la fuerza para llevar a término su misión en la tierra.


Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19
Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Oración introductoria
Cristo, san Pedro y san Pablo, y muchos otros, dieron su vida porque creían en el amor, en la locura de tu amor que te llevó al extremo de morir en la cruz. Dame la gracia de comprender, en esta oración, que debo buscar vivir, transmitir y ser testigo de ese amor.

Petición
Dios mío, que este tiempo de oración sea una expresión de mi amor.

Meditación del Papa Francisco
Jesús da el poder, la Iglesia es depositaria del poder de las llaves. Así de abrir o cerrar, de perdonar. Dios perdona a cada hombre en su soberana misericordia, pero Él mismo ha querido que cuantos pertenecen a Cristo y a su Iglesia, reciban el perdón mediante los ministros de la Comunidad.
A través del misterio apostólico la misericordia de Dios me alcanza, mis culpas son perdonadas y se me dona la alegría. En este modo Jesús nos llama a vivir la reconciliación también en la dimensión eclesial, comunitaria. Y esto es muy bonito. La Iglesia, que es santa y a la vez necesitada de penitencia, acompaña nuestro camino de conversión durante toda la vida. La Iglesia no es dueña del poder de las llaves, no es dueña, sino sierva del ministerio de la misericordia y se alegra todas las veces que puede ofrecer este don divino. (S.S. Francisco, 20 de noviembre de 2013.

Reflexión
Cristo pregunta a sus apóstoles: ¿quién dice la gente que soy yo? Pone esta pregunta sólo después de haber llevado a término su misión de enseñar lo que el Padre le ha dicho. Podría decirse que el caso ya está expuesto y ahora llega el momento de pronunciar el juicio. Sin embargo, la gente que ha visto y oído todas las pruebas necesarias para reconocerlo como Mesías, no termina por comprender sus signos. Es como si un velo cubriera sus ojos y les impidiese dar una respuesta segura y convincente: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo."

Para Pedro, al igual que para Pablo tiempo después, Cristo fue un auténtico enigma difícil de descifrar. Por ejemplo, ¿qué pensaría Pedro al ver a su maestro caminando sobre las aguas? O ¿cuáles sentimientos fluirían es su corazón cuando escucha de Cristo "sobre ti edificaré mi Iglesia" y más tarde le dice "apártate de mí Satanás."

Este misterio sobre Cristo lo comprenderíamos mejor con los ojos de la fe que nos da el Padre. Mientras la fe no sea le oxígeno de nuestra vida, no seremos capaces de reconocer a Cristo como el Mesías. Por esto Cristo le dice a Pedro "dichoso Tú, Pedro, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre sino mi Padre que está en el cielo."

El don de la fe se lo dona el Padre a Pedro no por mérito de Pedro ni por sus cualidades personales -era pescador- sino por su propia bondad Dios. Es el don más precioso, el de reconocer a Dios como Mesías, como la auténtica luz que guiará nuestros pasos hacia la felicidad eterna. Y gracias a la fe Pedro y Pablo encontraron la fuerza para llevar a término su misión en la tierra.

Propósito
Haré una oración especial por el Papa Francisco, pidiendo a Dios lo ilumine y lo fortalezca en su misión.

Diálogo con Cristo
Señor, siendo fiel a la Iglesia, estoy seguro que te soy fiel. Estar en comunión con el Papa es estar en comunión contigo. Por eso hoy te quiero confirmar mi amor y mi deseo de caminar siempre al paso de la Iglesia, sin poner límites a mi servicio ni a mi amor.
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Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net

Nuestra Señora de Linares

Nuestra Señora de Linares
Junio 29

El soberano llegó a Córdoba y examinó el arrabal que ya habían fortificado los cristianos, pero era necesario cercar el resto, para lo cual el rey fue por la margen izquierda del río, tomando la fortaleza de la Calahorra e impidiendo con ello que se recibieran en la ciudad alimentos y ayuda militar.
 
El emir árabe Aben Hud, que andaba por Ecija, intentó socorrer a sus vasallos, pero viendo que la situación era muy difícil, abandonó la población con intenciones de volver con un ejército más poderoso y reconquistarla, huyendo hasta Almería, donde fue asesinado por el emir de aquella población, al-Rumami, después de recriminarle su cobardía y el abandono de la ciudad y de los suyos.
 
Cuando los cordobeses conocieron que su rey los había dejado solos, con la ciudad cercada y sin medios de obtener alimentos ni armas, no tuvieron otro remedio que capitular. Pero don Fernando no lo consintió; les pidió que se marcharan sin condiciones y les dio permiso para salir en libertad, llevándose sólo lo que pudieran transportar sobre sus espaldas. Las condiciones fueron aceptadas, y el día 29 de junio de 1236, festividad de San Pedro y San Pablo, salieron de la ciudad, al mismo tiempo que un heraldo del rey castellano-leonés, por mandato real, subió al alminar de la gran mezquita y colocó sobre él el estandarte real y la cruz de Cristo.
 
El día 6 de julio Fernando III y su ejército entraron en Córdoba, dirigiéndose a la Mezquita, donde el obispo de Osma, don Juan, hizo la consagración del templo musulmán como catedral cristiana bajo la advocación de la Asunción de la Virgen y dándole el nombre de Santa María la Mayor.

La atalaya de la sierra
Esto es lo que nos cuentan las crónicas de la Reconquista de Córdoba. Pero a ello debemos añadir que en estas narraciones no se omite que Fernando III instaló su Real Sitio sobre una colina en la que había una atalaya que los árabes usaban para avisarse, de unas a otras, haciendo señales con humo blanco o negro, según los casos, y en la que el Santo Rey mandó colocar la imagen de una Virgen a la que el monarca profesaba una gran devoción y a la que todo su ejército llamaba la Virgen Conquistadora y Capitana.
 
El lugar elegido para capilla de esta imagen de Nuestra Señora fué delante de dicha atalaya, en un hueco que había en el muro, dejando detrás el testero superior de la torre, que formaba un arco, en dónde se puso a la Madre del Salvador, implorándole la intercesión ante su Divino Hijo para obtener la victoria en los combates que precedieran a la reconquista de la ciudad; también ordenó el Rey a los prelados y sacerdotes que acompañaban a las tropas que ofrecieran diariamente el santo sacrificio de la misa.

Primeros pasos de la Hermandad
En el año 1.278 el Obispo D. Pascual, da reglas a los cofrades del Hospital de S. Cristóbal y la Magdalena, más tarde de la Lámpara, con sede en la calle Amparo, para que fueran todos los años al Santuario en procesión solemne al templo de la Virgen de Linares; y es aquí donde podemos decir que comienzan los primeros pasos de la Hermandad.
 
En los siglos XIV y XV hay oscuridad sobre la hermandad. En 1.546 (concretamente el 20 de Agosto de 1.546, se concede "Licencia al Preboste y Cofrades de Linares para hacer fiestas a Nuestra Señora") y demostrándose que existe Hermandad por aparecer varios diputados canónigos nombrados por el Cabildo de la S.I. Catedral para visitar y gobernar anualmente el santuario. Se extinguió en 1.646; volviendo a aparecer en 1.659 y se le dan estatutos nuevos en 1.660. Permaneciendo durante los siglos XVII (centuria en que entra en gran decadencia pero se mantiene con apariciones y desapariciones en los datos del Cabildo) y XVIII con sus altas y bajas.
 
Queremos destacar el nombre de algunos personajes famosos que figuraron con cargos importantes en el santuario de Linares. Por ejemplo, el pintor y escultor Pablo de Céspedes, que fué elegido diputado de Linares en 1.602 y estuvo en este cargo hasta su fallecimiento acaecido en 1.608. También fué elegido con el mismo cargo de diputado el lectoral Luis de Belluga, nombrado en 1.698 y que más tarde llegaría a vestir la púrpura cardenalicia. Por último citaremos a ilustre arcediano de Pedroche, fundador del Monte de Piedad, José Medina y Corella, que fué elegido en el mes de septiembre de 1.766.
 
La creación de la actual Hermandad se remonta al 9 de Enero de 1.861, fecha en que se reforman los estatutos firmándolos el 26 de Abril el Obispo Alburquerque, siendo ésta Hermandad la que ha permanecido hasta nuestros días.
 
El día 15 de Mayo del año de 1.660 fueron ratificados por el Vicario General D. José Hurtado Roldan, y el 26 de Abril de 1.861 por el Obispo Alburquerque.
 
El objetivo principal de los estatutos de la hermandad era y son Mantener y promover la devoción a la Santísima Virgen María y a Su Divino Hijo Nuestro Redentor. Conservar las tradiciones religiosas, históricas y populares.
 
Dar culto en su muy Centenario Santuario a la tan antigua y venerada Imagen de la Purísima Concepción de Linares.
La imagen
La devoción del pueblo de Córdoba por la Virgen de Linares es sin duda una de las más antiguas de las conocidas en ciudades y pueblos reconquistados por los reyes cristianos, si bien no es la única imagen que un monarca castellano depositara en alguna ermita o capilla, a veces en altares improvisados y, en ocasiones, hasta desconociéndose el origen y nombre de las mismas.
 
Ejemplo de ello lo tenemos en la Virgen de Zocueca, patrona de Bailen (Jaén), de la que se ignora su procedencia y el origen de su nombre, y que, como la de Linares, tiene al Niño en su brazo derecho.
 
La Virgen de la Coronada, patrona de Alcalá la Real (Jaén), que fue depositada por el monarca Alfonso XI el Justiciero en una ermita levantada para ella frente al castillo de Aben Zaide, antes de la conquista de la población. O Nuestra Señora de los Reyes, patrona de Sevilla, ofrecida por San Fernando a aquella ciudad después de conquistada, y otras muchas a lo largo de la geografía andaluza.
 
La Virgen de Linares, conocida ya desde tiempos pretéritos como Conquistadora y Capitana, y a veces como "invencible generala", está muy ligada al pueblo de Córdoba desde que Fernando III la depositara en aquella atalaya agarena del bello paraje escogido por el rey castellano-leonés para su Real Sitio, y a través de los siglos, para Ella se organizaron solemnes actos de extraordinaria emotividad, que fueron para la ciudad y los cordobeses ayuda, aliento y amparo.
 
Existe la creencia de que el nombre por el cual se conocía a esta imagen, Nuestra Señora de Linares, era, tal vez, por haber sido recogida por el rey en algún pueblo de este nombre, o bien, por llevar el apellido Linares el sacerdote o capellán a quien se encargó de su custodia, nombre que ya se utilizó hasta nuestros días. Pero en una cita del tomo tercero de la Palestra Sagrada de Sánchez de Feria, se dice que "quando el glorioso Conquistador de Córdoba, el ínclito San Fernando, vino con su Exercito a la toma de Córdoba, hizo alto en este sitio, donde había y hoy permanece, una fuerte Atalaya. Aquí, en un altar portátil, dixo Misa un sacerdote natural de Linares de Baeza, que en su compañía traía esta imagen que colocó en el altar, siendo el culto preparativo a una gloriosa, como ardua conquista".
 
Estudios más recientes, llevados apuntan que "Linares" tal vez sea una castellanización del nombre árabe de estas atalayas llamadas tali'a as'ala al-narum, cuyo significado en castellano es "atalaya donde se enciende el fuego", o bien, simplemente al-narum, "donde se hace fuego", del cual derivaría Linares, como sucedió con otros muchos nombres árabes al castellanizarse, tales como al-Marlya, Almería; al-Yussana, Baena; as-Suja\ra, Zuheros, y un largo etcétera.
 
La imagen de la Virgen de Linares es una talla en madera que lleva un niño en su brazo derecho. Su actitud es majestuosa y su fisonomía acusa una gran expresión mística, tanto en la Virgen como en el bellísimo Niño que descansa sobre el seno de la madre. Su mirada es tierna y la sonrisa, de una dulzura extraordinaria.
 
El padre Juan Bautista Moga, de la Compañía de Jesús, en una visita que efectuó al santuario en 1881, al contemplar la imagen de Nuestra Señora tuvo la curiosidad de levantar la falda con la que entonces se cubría, observando la media luna que ésta tenía a sus pies, quedando así convencido de que la Virgen de Linares estaba representada en el misterio de su Concepción inmaculada.
 
Al dar cuenta de este hecho, dice Redel: "El docto jesuíta padre Moga, tan entusiasta y devoto de este misterio, apresuróse a dar cuenta de su descubrimiento al gobernador eclesiástico don Camilo de Palau, en vista de que se hallaba ausente el obispo, que era a la sazón el insigne filósofo fray Ceferino González. El señor Palau, muy competente en arqueología, cuya asignatura explicaba en el Seminario, dispuso, accediendo a los deseos del padre Moga, que, bajo su presidencia, reconociera la efigie una comisión facultativa, compuesta del mismo ilustrado jesuíta y del elocuente magistral don Manuel González Francés, entre otros capitulares y sacerdotes; del sabio individuo de la Comisión de Monumentos don Francisco de Borja Pavón; del notable arqueólogo y pintor don Rafael Romero Barros; del delicado poeta perteneciente al cuerpo de archiveros, bibliotecarios y anticuarios, don Julio Eguilaz Bengoechea; del aparejador de obras de la Catedral don Rafael Aguilar; del carpintero don José Casvas Heredia, y, del acreditado fotógrafo don José de Hoces..."
 
En otro párrafo, transcribe Redel los cinco primeros puntos del acta que se levantó después del reconocimiento efectuado por los maestros carpinteros llevados al santuario con esta finalidad :
 
"Primero: que la altura de la imagen es de 94 centímetros y la peana de 8 y 1/2, con un diámetro de 25.
 
"Segundo: que imagen y peana forman una pieza, de buena madera de peral, excepto las dos extremidades salientes por los dos lados de la media luna que está a los pies, las cuales son de pino de Segura muy bueno y puesto al hilo para su mayor robustez y consistencia". Acerca de este pormenor añadieron los peritos que de esta misma madera de pino de Segura "son dos remiendos de la peana" y que "ambos remiendos y el de la media luna, según su labrado, color y dureza, son posteriores a la escultura".
 
"Tercero: que la imagen está hueca por dentro.
 
"Cuarto: que aunque labrada la media luna de una madera distinta de la restante de la estatua, no es un simple apegamiento de época posterior, sino que forma con ella un todo, pues de otra suerte no pudiera explicarse la disposición y caída de los pliegues que contornean en parte dicho emblema.
 
"Y quinto: que la madera de la imagen presenta señales de muy remota antigüedad".
 
Por otra parte, de las manifestaciones que hicieron los componentes de la comisión técnica, después de un prolongado reconocimiento, sólo vamos a dar un resumen, que el propio Redel señala de la siguiente manera:
 
"El Reverendo Padre Moga hizo resumen concreto de todos los pareceres, sustentando las tres conclusiones que a continuación se expresan. Primera: que aquella misma imagen era, por lo menos, del siglo XIII, igual que los emblemas que le son anexos, fundado en el reconocimiento, en la tradición oral y en la escrita. Segunda: que los atributos representan, sin género de duda, el misterio de la Concepción de María. Y tercera: que de esta demostración se deduce que esta escultura es la Concepción más antigua de las conocidas y auténticas, existentes en todo el mundo católico, por ser anterior (dos siglos y medio) a las más antiguas, que no pasan de mediados del siglo XV".

Restauraciones de la Imagen
Aunque el número de veces que se retocó la imagen de Nuestra Señora de Linares es difícil de precisar, sí se puede decir que éstas no fueron de lo más acertado. Se conoce la que tuvo lugar el año 1885, aprovechando una de las veces que la imagen fue trasladada a Córdoba para que librase al pueblo de una gran epidemia de cólera.
 
Se sabían los desperfectos que tenía y era necesaria una restauración inmediata, por lo que la hermandad decidió aceptar el ofrecimiento del director de la Escuela de Bellas Artes Rafael Romero Barros, para dirigir dicha restauración, que fue comenzada el 30 de septiembre de dicho año, previa autorización del Cabildo catedralicio. El señor Romero junto con el artífice Rafael Díaz, tras un detenido estudio decidieron hacer una restauración completa de la imagen, que fue concluida el 20 de noviembre del citado año.
 
En otras ocasiones se retocó la imagen de Nuestra Señora de Linares, pero sin duda, la más importante de estas restauraciones, ha sido la última efectuada, se llevó a cabo en 1994 con el consentimiento del Cabildo catedralicio, que es su patrono, encargándose de dicha restauración el imaginero cordobés Miguel Arjona Navarro.
 
Después de un estudio en profundidad de la imagen, tanto exterior como interior, y vistas las malas condiciones en que se encontraba la misma, se procedió a resanar todo el conjunto, descubriéndose que en otros tiempos la imagen había tenido unos rayos salientes a ambos costados, siete en cada lado, que le han sido repuestos y que luce en la actualidad.
 
Una vez restaurada, y antes de cerrar su entorno, le fue colocado en su interior un pergamino, en el que se da cuenta de dicha restauración. La memoria que publica anualmente el boletín de la hermandad, correspondiente a 1994, dice a este respecto: "La Virgen ha estado en el taller de don Miguel Arjona un total de 118 días, trasladándose a la S.I.C. el día 29 de abril y estando nueve días en el altar mayor, para regresar a hombros del pueblo de Córdoba a su altar del Santuario".
 
Es posible que el primer traslado a Córdoba de la imagen de Nuestra Señora de Linares fuera en el año 1808, cuando la invasión francesa, cuyas tropas, al mando del general Dupont, se disponían a entrar en la ciudad. El comandante general de la vanguardia del Ejército de observación de Sierra Morena, Pedro Agustín de Echavarri, a la vista de que disponía de pocos hombres e inexpertos en la lucha, dirigió una proclama a todos los pueblos de su provincia previniéndoles que "con orden, quietud y sosiego se preparasen a tomar las armas, pertrechos y municiones y que impetrasen de los buenos patricios caudales, caballos y demás efectos necesarios, para ponerlo todo a las órdenes del indicado comandante general".
 
El general Echavarri, que era un heroico militar y profesaba una gran devoción a la Virgen de Linares, dispuso que ésta se trajese a la ciudad para que fuera amparo de la misma. "En la tarde del sábado 4 de junio de 1808 -dice Redel- salió para su santuario el rosario de Nuestra Señora del Socorro con multitud de sacerdotes e inmensidad de pueblo, y en la mañana del día 6, domingo de Pascua de Pentecostés, entró por la Puerta de Plasencia precedida de la imagen de San Fernando y acompañada de todos los habitantes de la provincia, que convertidos en soldados, la vitoreaban y proclamaban por su invencible generala".
 
La crónica añade que "ambas efigies, la de la Virgen y la de San Fernando, fueron saludadas al entrar en Córdoba con un repique general de campanas; penetraron a su paso en los templos de Santa María de Gracia y Santa Marta; en la puerta del convento de San Pablo fueron esperadas por la comunidad de dominicos, y en la de San Francisco, por la de los franciscanos. Siguió la procesión por la Cruz del Rastro hasta la parroquia de San Pedro, en cuya iglesia quedaron depositadas las imágenes, a las que se ofrecieron misas y otros actos religiosos, incluidos sermones de doctos representantes de la Iglesia".
 
Más a pesar de todo, las tropas del general Dupont llegaron hasta Alcolea el día 7 de junio, haciendo un gran número de bajas al ejército cristiano y avanzando hasta Córdoba, cuya Puerta Nueva encontraron cerrada; el general francés ordenó que la derribaran a cañonazos, y entró en la ciudad, donde, a su paso por la calles, hicieron los soldados destrozos incalculables.
 
Se cuenta que cuando las tropas galas llegaron hasta la parroquia de San Pedro, que estaba cerrada, creyeron que el templo era un cuartel o palacio en el que se hospedaba el general Echavarri, por lo que se ordenó volar el edificio. La crónica dice que se produjo un hecho milagroso, pues varias veces que se encendieron las mechas del cañón, éstas se apagaron sin que pudiera cumplir su objetivo, dando con ello tiempo a que supieran que aquel edificio era una iglesia y se desistiera de disparar contra ella.
 
El hecho de encontrarse la imagen en el templo fue el motivo para que el pueblo creyera firmemente en la protección de Nuestra Señora a la ciudad, ya que ésta no fue de las que más sufrieron el azote de la invasión francesa, a pesar de que los cordobeses tuvieron que soportar tres días de saqueo durante los cuales se profanaron muchos templos y se cometieron grandes desmanes. El día 16 de junio el general francés debió salir precipitadamente de Córdoba con sus tropas, y los cordobeses, libres del yugo de los franceses, acudieron a la parroquia de San Pedro a dar gracias a Nuestra Señora de Linares, por haber librado a Córdoba de males mayores, como los ocurridos en otras ciudades y pueblos españoles. Después de cuatro meses de permanencia en la ciudad, el 16 de octubre del citado año de 1808 la imagen volvió a su santuario, acompañada de la de San Fernando.
 
Cuatro años más tarde, en 1812, la Virgen de Linares volvió a ser trasladada a Córdoba para que ante ella y en la Santa Iglesia Catedral se procediese al juramento de la Constitución. Refiere la crónica que consultamos sobre el particular que "la imagen de la Virgen salió del santuario en la mañana del día 15 de septiembre de dicho año, depositándola en el molino del arroyo de Pedroche, convenientemente arreglado al efecto, donde estuvo hasta las cinco de la tarde, que atravesando el arroyo, fue llevada hasta la casa de la Pólvora, donde se agregó el clero y las cruces parroquiales, siguiendo hasta la Cruz de Roelas, donde fue recibida por el general Echavarri, que la esperaba con una compañía de lanceros y música militar, siguiendo la comitiva hasta la Puerta Nueva, donde se le incorporó la imagen de nuestro Custodio San Rafael, con su hermandad, siguiendo hasta la Catedral en la que entró, luego de ser recibida por el obispo y capitulares, verificándose en la mañana del día 16 la fiesta de la Jura de la Constitución. La Virgen de Linares regresó a su santuario el día 25 de septiembre del citado año de 1812".
 
En otras varias ocasiones la imagen de Nuestra Señora de Linares fue bajada a la ciudad con motivo de epidemias que asolaban no sólo a Córdoba, sino a Andalucía y España, cuyo relato sería prolijo.
El entorno del santuario
A unos ocho kilómetros de Córdoba siguiendo la carretera de Almadén, por una desviación de la llamada Carrera del Caballo y en un paraje de extraordinaria belleza, se encuentra situado sobre una pequeña colina el santuario de Nuestra Señora de Linares, rodeando a la antigua atalaya agarena en la que mandara colocar el rey Fernando III la imagen de la Virgen Capitana y Conquistadora de la ciudad.
 
De telón de fondo tiene los ya altos cerros de las primeras estribaciones de Sierra Morena, y rodeando a la ermita, otros cerros más bajos, de los que destaca el llamado Cerro de San Fernando o de Jesús, sobre el que la tradición cuenta que en su cúspide ordenó poner su bandera el Santo Rey, y en el que cada año, con motivo de las fiestas de la romería, se continúa colocando la enseña nacional.
 
A los pies de la colina corre un sinuoso arroyo, rumoroso en alguno de sus tramos por los roquedales que tiene en su curso, y tranquilo en las balsas que se forman en su recorrido. A ambas márgenes se alza una frondosa alameda, en la que anidan multitud de ruiseñores que lanzan sus sonoros trinos a los cuatro vientos, teniendo al pie de los álamos y a lo largo de todo el curso del arroyo centenares de rosales y flores silvestres, enredaderas y espinos. El resto del paisaje lo forman olivos, pinos y monte bajo en el que crecen jaras y lentiscos, que hacen del entorno del santuario un paraje verdaderamente delicioso y encantador.
 
A poca distancia de la ermita, con unas panorámicas bellísimas, sobre todo el entorno de la misma, se halla el Puerto de la Salve, lugar desde el cual, al avistar el santuario, los romeros rezan su primera Salve a Nuestra Señora, si bien la tradición cuenta que el nombre lo recibe el lugar "porque allí se detuvieron las tropas de Fernando III, cuando se disponían a venir a la ciudad y que alentadas por el monarca entonaron una Salve a la Virgen de Linares antes de perder de vista la atalaya, tradición que se ha seguido a través de los siglos". Lindando con el santuario está el Camino de la Vegueta, que parte del puente que cruza sobre el arroyo, y las fincas conocidas por San Fernando y Lofuentes o "lo de Fuentes".

Descripición del Santuario
El Santuario es un complejo arquitectónico, basado en un núcleo preexistente, una atalaya o torre vigía, a la que se le fueron adosando hasta constituir una unidad constructiva, con posterioridad, una serie de construcciones: el templo, la hospedería y la vivienda del santero. Todos estos elementos están ensamblados, conformando un único edificio.
 
La torre, perteneciente a la arquitectura militar islámica del siglo IX, fue, según la tradición, el lugar que eligió el rey Fernando III para que sirviese de primer templo a la Virgen. Es de planta cuadrada, fábrica de mampostería con sillares en las esquinas y dos plantas. La planta baja, incluida dentro del ámbito de la iglesia, constituye el antiguo presbiterio y está cubierta con bóveda de cañón. El templo es de cruz latina con un añadido posterior para formar un ábside. Se compone de atrio con coro alto, una nave, capillas laterales, presbiterio y ábside.
 
El atrio, de planta rectangular, presenta una puerta exterior con arco de medio punto, recercada por alfiz y cancel de forja. Se cubre con techo plano y en los muros se conservan algunos exvotos. La portada Interior de acceso a la nave es de piedra caliza, con un arco apuntado cuya clave lleva tallado el emblema de Linares, se apoya en unas jambas de piedra que terminan en una imposta de la que arrancan tanto el arco como el alfiz. Todos estos elementos arquitectónicos tienen una moldura de perfilería gótica.
 
Junto a la portada, en planta alta, se desarrolla el coro, de planta rectangular, abierta a la nave de la iglesia con un arco deprimido rectilíneo y una barandilla de balaustres de madera.
 
La nave es de planta rectangular alargada y no muy regular, con dos brazos abiertos a la nave central por arcos apuntados y capillas laterales decoradas con retablos. Lo más sobresaliente de este espacio es la colección de pintura con obras de Antonio del Castillo o Juan de Alfaros y otras de Zambrano, Sarabia y anónimos cordobeses del siglo XVII.
 
A la derecha, existe una capilla de planta rectangular cubierta con bóveda de arista y tres altares, uno de ellos con la imagen de San Fernando, obra del artista cordobés Lorenzo Cano, de poco relieve artístico; en otro altar está la imagen de San José, atribuida al padre trapense Webber, y el tercero tiene una imagen de San Rafael, de artista desconocido, que algunos autores aseguran que fue la que estuvo en la primera iglesia del Juramento hasta que fue sustituida por la actual, del escultor cordobés Alonso Gómez de Sandoval.
 
A la izquierda, otra capilla de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón con lunetos y con dos altares, uno de ellos con la imagen de Jesús Nazareno de bastante valor artístico, cuya procedencia se cree que sea del desaparecido convento de las Dueñas; durante muchos años tuvo una hermandad que en los días de Semana Santa rezaba, procesionando a la imagen, un vía crucis hasta el monte cercano, que desde entonces se conoce por Cerro de Jesús. El retablo tiene una inscripción en la que se dice que fue dorado y pintado a expensas de don Pedro de Heredia en el año 1801. En el siguiente testero se venera una imagen de vestir de Nuestra Señora de los Dolores, de autor desconocido, si bien la expresión de su rostro refleja con bastante acierto el significado de su advocación.
 
Finaliza la nave en un arco apuntado cuya rosca es de piedra arenisca y conecta con un tramo más estrecho, que corresponde al torreón. Era el antiguo presbiterio. Se cubre con bóveda de cañón. El ábside conecta con el tramo anterior, es de forma semicircular cubierta con una cúpula sencilla y en su paramento se abren cinco ventanas apuntadas. Este espacio está presidido por un templete neoclásico que cobija la talla de la Virgen de Linares. Es de planta circular con columnas corintias que sostienen una cúpula.
 
Desde el lado derecho del templo se accede a la sacristía, donde se encuentra el exvoto más antiguo, fechado el 1717. También anexa al muro derecho se ubica la casa del santero, con dos plantas. En la parte izquierda se encuentra parte de la antigua hospedería.
 
La fachada principal del santuario reproduce los esquemas de casas de campo de los siglos XVIII y XIX, con un marcado carácter popular. Presenta, en primer lugar, el muro de cerramiento de la antigua hospedería en la que se abran cuatro arcos de medio punto. La del templo es de dos plantas. En planta baja, hay dos puertas adinteladas con marco de listel y en el centro un vano de arco de medio punto y un rehundido de alfiz, la entrada Interior del templo. En planta alta existen tres balcones sencillos y cubierta con tejado de un agua. Tras él se eleva un parapeto curvilíneo del que sale la espadaña, de dos cuerpos, el bajo con dos arcos de medio punto entre pilastras y el segundo con un arco de campana que termina en una cornisa con copete central. Fue construida en 1862.
 
En resumen, el aspecto de esta construcción es el de un caserío rural andaluz más que un edificio religioso, pero, por su complejidad, no presenta la apariencia de ermita rural.
 
Este Santuario se convierte en el centro de una serie de actividades y ritos religiosos dedicados a la Virgen de Linares (romería, ofrenda de flores...), de amplio eco en la sociedad cordobesa. De aquí la importancia de sus valores etnológicos.

Restauraciones de la ermita
Solamente vamos a referirnos en este capítulo a las restauraciones más importantes llevadas a cabo en la ermita, algunas de las cuales ya se han reseñado anteriormente. Pero no podemos obviar la primera ampliación que se hizo en la misma en época del obispo Lope de Fitero, ni las que se hicieron, posteriormente, en 1519, "por estar arruinado el edificio".
 
Con obras de mayor o menor cuantía que hubieron de efectuarse, se llegó hasta el año 1862, fecha en que se construyó el campanario, al que ya nos hemos referido, de dos cuerpos. En la parte superior se colocó una pequeña campana que estuvo en principio colgada entre las almenas de la antigua atalaya y se le puso el nombre de Santa María de Linares. Esta campana fue sustituida por otra que se hizo en 1691, fecha que consta con su nombre en el bronce de la misma. De las otras dos campanas, una procede de una ermita de Aguilar de la Frontera; se hizo en el año 1702 y tiene los nombre de Jesús, María y José. Y por último, la tercera campana, que es la mayor, pesa 244 libras y fue bautizada en la iglesia del convento de Santa Victoria con los nombres de Acisclo, Victoria de San Rafael, quedando colocada en la espadaña el 28 de junio de 1863. Pero la obra más interesante de las llevadas a cabo en el santuario de Linares tal vez sea la de la construcción de un camarín para la Virgen. De la descripción de esta obra dice Redel que "el 28 de marzo de 1867 acordó definitivamente la Hermandad que se procediera a la obra derribando el retablo y altar mayor, así como cuanto fuere necesario, aunque respetando siempre la forma del castillo. Al efecto, el día 31 del mismo mes fue una comisión de socios al santuario, trasladó la santa imagen de la Virgen al altar de San Fernando y quitando el antiguo retablo, quedó patente, dice un testigo presencial, el primitivo nicho u hornacina toscamente excavada en el muro y lugar céntrico de la torre, formando un hueco exactamente igual al bulto de la Santísima Imagen, con un hierro a su cabeza : que manifiesta a la vez el lugar donde al ser traída fue colocada y permaneció los primeros tiempos, y la lámpara que, pendiente del hierro, perpetuamente la alumbraba".
 
El camarín fue construido a pesar de las dificultades sufridas, como carencia de medios económicos y, especialmente, un voraz incendio ocurrido el 27 de abril de 1882, que inutilizó varias dependencias del santuario, que fue necesario reedificar. El día 19 de febrero de 1905, a pesar de que la imagen de Nuestra Señora se hallaba en Córdoba, se procedió a la bendición del camarín, que presentaba cinco artísticos ventanales con vidrieras de colores que llenan de luz el altar, el presbiterio y parte de la iglesia, desapareciendo la penumbra que hasta entonces reinaba en la misma.
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SALVE A NUESTRA SEÑORA DE LINARES
Dios te salve, Virgen Pura.
Reina del Cielo y la Tierra;
Madre de misecordia,
De gracia pureza inmensa,
Vida y dulzura, en quien vive
Toda la esperenza nuestra
A tí, Reina suspiramos,
Gimiendo y llorando penas,
En aqueste triste valle
De lágrimas y miserias
Ea, pues Dulce Señora,
Madre y abogada nuestra,
Esos tus hermosos ojos
A nosotros siempre vuelvas
Y a Jesús, fruto bendito
De tu vientre hermosa perla.
Después de aqueste destierro
En el Cielo nos le muestra.
¡ Oh clementísima Aurora !
¡Oh piadosísisma Reina !
¡ Oh dulce Virgen María
de Linares Madre Nuestra !
Pues eres Reina del Cielo,
Alcanzad de vuestro Hijo
La salud para este pueblo,
para que todos te alaben
el la tierra y en el Cielo.
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sábado, junio 28, 2014

Evangelio Junio 28, 2014

El Niño Jesús en el templo
Lucas 2, 41-51.
Corazón Inmaculado de María.
Que como María, nuestra vida sea un peregrinar en la fe cuando no entendamos los por qué de la vida.


Del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-51
María y José iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Él les dijo: Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

Oración introductoria
Dios nuestro, Tú que has preparado en el corazón inmaculado de la Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, haz que por su intercesión, llegue a ser templo digno de tu gloria.

Petición
Espíritu Santo, dame la fortaleza para cumplir la voluntad de Dios.

Meditación del Papa Francisco
Mientras se encuentra en Jerusalén para presentarlo en el templo, con la alegría de los ancianos Simeón y Ana, tiene lugar también la promesa de una espada que le atravesaría el corazón y la profecía de un signo de contradicción. Ella se da cuenta de que la misión y la identidad misma de ese Hijo, superan su ser madre. Llegamos luego al episodio de Jesús que se pierde en Jerusalén y le buscan: "Hijo, ¿por qué nos has tratado así?", y la respuesta de Jesús que se aparta de las preocupaciones maternas y se vuelve a las cosas del Padre celestial.
Sin embargo, ante todas estas dificultades y sorpresas del proyecto de Dios, la esperanza de la Virgen no vacila nunca. Mujer de esperanza. Esto nos dice que la esperanza se alimenta de escucha, contemplación y paciencia, para que maduren los tiempos del Señor. (S.S. Francisco, 21 de noviembre de 2013). .

Reflexión
Quién mejor que una madre como María sabe lo que significa perder al Hijo de Dios, y a su propio hijo. Si en eso momentos Dios Padre le hubiese pedido cuentas a María de la educación de su hijo ¿qué hubiese respondido María? ¿Se me perdió y no lo encuentro o está cumpliendo tu voluntad? Por lo angustiada que estaba parecería que respondería se me perdió. Con esto no hay otra prueba más convincente de que María amaba a Jesús como tantas otras madres posiblemente amaban sus hijos. Era su hijo y como tal lo amaba y lo cuidaba. Sin embargo, el mismo amor de madre le llevó a callarse ante la respuesta de Jesús: tenía que ocuparme de las cosas de mi padre. ¿Que Jesús no sabía que María estaba dando su vida por Él? ¿No sabía que sin la ayuda de una madre no hubiese podido sobrevivir? ¿Y que si no moría de hambre moriría asesinado por los hombres de Herodes? Posiblemente lo sabía pero también tenía bien claro la misión que debía cumplir, y debía comenzar cuanta antes.

Pero detengamos por más tiempo nuestra mirada en María. Una madre que ha cuidado durante 12 años a su hijo y ahora su hijo le sale con esta respuesta tan desconcertante. Son los riesgos de una madre. A más amor por el hogar más sacrificios que debe afrontar.

Ojalá que en nuestra vida también se cumplan estas palabras que dijo San Juan Pablo II de ella: toda su vida fue una peregrinación de fe. Porque caminó entre sombras y esperó en lo invisible, y conoció las mismas contradicciones de nuestra vida terrena.

Propósito
Que como María también nuestra vida sea un peregrinar en la fe cuando no entendamos los por qué de la vida y ofrecer un misterio del rosario por un miembro de mi familia que esté alejado de la Iglesia.

Diálogo con Cristo
Señor Jesús, la angustia que pasó la santísima Virgen al no encontrarte es la peor pesadilla de cualquier padre de familia. Qué difícil debe haber sido para ella el no entender tu aparente indiferencia a su sufrimiento. Permíteme crecer en tu gracia para que, al igual que María, sepa aceptar la angustia o el dolor, sin dejar mi oración, confiando siempre en tu Divina Providencia.
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Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net

Virgen De Las Tres Manos

Virgen De Las Tres Manos
Junio 28 y Julio 12

Esta advocación evoca una curiosa leyenda. San Juan Damasceno (640-754) era funcionario del califa de Damasco. Cristiano árabe, se opone a las pretensiones de los emperadores iconoclastas. Al advenimiento del califa Abd-el-Mali, Juan se retira al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén. Allí se consagra a la oración y a la elaboración de su obra teológica.

En aquel momento se sitúa la leyenda que cuenta el origen de nuestro icono. El emperador León delata a Juan ante el califa como un traidor que ha entregado los planos de la ciudad al enemigo. El califa manda cortar la mano que había diseñado el plano de la ciudad. Juan, lleno de angustia, presenta la mano cortada a la imagen de la Madre de Dios. Al momento sintió la voz de la Virgen que le prometió la curación.

A la mañana siguiente la mano estaba de nuevo en su sitio. El califa, sintiéndose engañado, quiso restituir a Juan en sus funciones, pero él rehusó, porque había decidido consagrar su vida a la Madre de Dios. Dejó Damasco, llevando consigo el icono, y se hizo monje en el monasterio de San Sabas.

El icono permaneció en el monasterio hasta el siglo XIII. San Juan Damasceno, como signo de agradecimiento, había fijado sobre la parte baja del icono una mano de plata. Más tarde, en las copias, esta mano viene ya pintada. Este icono es uno de los más célebres en la Iglesia greco-ortodoxa y atrae a numerosos peregrinos.

Dice la leyenda que durante la invasión turca, los ortodoxos, temiendo la profanación por parte de los musulmanes, sacaron el icono del monasterio de San Sabas, lo cargaron a lomos de un asno y dejaron partir al animal sin guía alguna. El asno prosiguió solo su camino y llegó tras un largo periplo al Monte Athos.

Allá se paró frente al Monasterio De Chilandar. Los monjes recibieron el icono con alegría y lo llevaron solemnemente hacia su iglesia, donde se venera desde aquel momento. Tras la solicitud del patriarca de Rusia, Nikon, le llega una copia de este icono, Desde entonces se difunde su veneración en aquel país.

Su fiesta es el 28 de junio y el 12 de julio.
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Fuente: oremosjuntos.com

viernes, junio 27, 2014

Evangelio Junio 27, 2014

Mi yugo es suave y mi carga ligera
Mateo 11, 25-30
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
"Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón".

Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Oración introductoria
Dios mío, Tú eres rico en misericordia, al punto tal de entregarnos a tu Hijo Jesús, para librarnos del pecado. Me reconozco pecador, indigno y débil, humildemente imploro me acojas en esta oración porque quiero permanecer en tu rebaño.

Petición
Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por mis pecados, ten piedad y misericordia.

Meditación del Papa Francisco
En los Evangelios encontramos diversas referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo en el pasaje donde Cristo mismo dice: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". Es fundamental, luego, el relato de la muerte de Cristo según san Juan. Este evangelista, en efecto, testimonia lo que vio en el Calvario, es decir, que un soldado, cuando Jesús ya estaba muerto, le atravesó el costado con la lanza y de la herida brotaron sangre y agua. Juan reconoce en ese signo, aparentemente casual, el cumplimiento de las profecías: del corazón de Jesús, Cordero inmolado en la cruz, brota el perdón y la vida para todos los hombres. (S.S. Francisco, 9 de junio de 2013).

Reflexión
En un estanque vivía una colonia de ranas. Y el sapo más viejo se creía también el más grande y el más fuerte de toda la especie. Cada mañana se posaba a la orilla del estanque y comenzaba a hincharse para atraer la atención de sus vecinas y para presumir su tamaño y su fuerza. Un buen día se acercó un buey a beber; y el sapo, viendo que éste era más grande que él, comenzó a hincharse e hincharse, más que en otras ocasiones, tratando de igualarse al buey. Y tanto se infló que reventó. Así sucede también a muchos hombres que, por su ambición, su soberbia y prepotencia tratan de igualarse a otro buey (y también se podría escribir con "g"). Ya muy bien lo decía san Agustín: "La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano".

Feuerbach y Nietzsche -dos filósofos ateos del siglo pasado- lanzaron sus teorías del "super-hombre" y del dominio del más fuerte. Ideas tan tristes que desembocaron en la prepotencia nazi, en un racismo aberrante y en todas las formas de totalitarismo ateo que perseguía todo tipo de religión, especialmente la católica; esas ideas fueron las causantes de la Segunda guerra mundial y originaron un abismo de inhumanidad que ni siquiera excluyeron los terribles campos de concentración y de exterminio. Esa triste "ley del más fuerte" impone muchas veces el criterio de comportamiento entre los hombres, ¡tan penosa y de tan lamentables consecuencias para la convivencia humana! Y es que el poder, la ambición desenfrenada y la soberbia prepotente pudre el corazón de los hombres y crea verdaderos infiernos.

Y, sin embargo, Jesucristo nuestro Señor nos viene a hablar hoy de humildad, de mansedumbre y de servicio: "Tomen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas"... ¿No es un mensaje ya trasnochado y pasado de moda? ¿Acaso el que triunfa, hoy en día, no es el hombre "fuerte", el "grande", el poderoso?

El pequeño, el débil y el humilde ni siquiera es tomado en cuenta; más aún, muchas veces es ridiculizado y emarginado. El mismo Nietzsche se mofaba de la humildad, diciendo que era "un vicio servil y un comportamiento de esclavos".

En el Evangelio de la fiesta del Sagrado Corazón, se nos presenta Jesús en oración bendiciendo a su Padre: "Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado los misterios del Reino a los sabios y a los poderosos, y se los has revelado a los pequeños". ¡Qué contraste tan abismal! Pensamos que las gentes felices del mundo son los ricos, los poderosos, los grandes, los fuertes y los sabios. Y, sin embargo, nuestro

Señor llamó "dichosos" precisamente a los de la parte opuesta: "Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los misericordiosos, los pacíficos, los que padecen persecución... porque de ellos es el Reino de los cielos" (Mt 5, 1-12). Y hoy, Jesús nos sale con otra de las "suyas", invitándonos a la humildad. ¿Es que Jesús está loco?

¡Con razón nadie le hace caso! Parece que Él va siempre "en sentido contrario", contra corriente. Pero, no nos viene mal preguntarnos quién es el verdadero loco. A Nietzsche, al final de su vida, "se le saltaron la tuercas" y acabó suicidándose.

Jesús siempre se presentó así: manso y humilde. Después de la multiplicación de los panes, cuando la muchedumbre quería arrebatarlo para hacerlo rey, Él se les esconde y se va solo, a la montaña, a orar. Y cuando curó al leproso de su enfermedad inmunda o devolvió la vista al ciego de nacimiento; cuando hizo caminar al paralítico, curó a la hemorroísa,resucitó a Lázaro o a la hija de Jairo, no se dedicó a tocar la trompeta para que todo el mundo se enterara... Y, finalmente, cuando se decide a entrar triunfalmente en Jerusalén, no lo hace sobre un alazán blanco o sobre un caballazo prieto azabache, rodeado de un ejército de vencedor, sino montado en un pobre burrito, que era señal de humildad y de paz.

¡Definitivamente, Jesús no hacía milagros para "ganar votos" para las elecciones, ni se aprovechó de su popularidad entre la gente para hacerse propaganda política y ocupar los mejores puestos, como muchos de nuestros gobernantes! Él no era un populista o un demagogo como los que abundan hoy en nuestras plazas y manifestaciones públicas. Él no conocía, sin duda, esa "picardía" y oportunismo interesado, ni sabía mucho de eso que nosotros llamamos "técnicas de publicidad y de imagen"...

"Aprendan de mí -nos dice- que soy manso y humilde de corazón". Sí. Él había dicho durante su vida pública que "no había venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos" (Mc 10,45) y lo cumple al pie de la letra. ¡Aquí está la verdadera grandeza: no la del poder, sino la grandeza de la humildad, de la mansedumbre y del servicio!

Si seguimos su ejemplo, Él nos asegura los frutos que obtendremos: "Encontrarán descanso para sus almas, porque mi yugo es suave y mi carga ligera". La persona humilde goza de una paz muy profunda porque su corazón está sosegado. Ese yugo y esa carga se refieren a la cruz que tenemos que llevar todos los seres humanos. Pero Cristo nos llena de paz y de felicidad en medio del dolor porque su presencia y su compañía nos bastan y nos sacian. Él es nuestra paz. Y no importa que nos lluevan las persecuciones, las calumnias, las injurias y todo tipo de mentiras.

Diálogo con Cristo
No importan las persecuciones. Tu nos llena de paz porque tu yugo es llevadero y tu carga ligera. Nos advertiste que seríamos perseguidos porque también te persiguieron a Ti y te condenaron a muerte por calumnias. Llamaste "bienaventurados a los perseguidos", y contigo tenemos asegurada la victoria y el triunfo definitivo.

Propósito
Poner en en el Corazón de Jesús todas mis preocupaciones y confiarme a Él.
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Autor: P. Sergio Cordova LC | Fuente: Catholic.net

jueves, junio 26, 2014

Evangelio Junio 26, 2014

La verdadera sabiduría
Mateo 7, 21-29.
Tiempo Ordinario.
Es mejor que fundamentemos sobre roca nuestra vida. No vaya ser que sea demasiado tarde para poner los cimientos.


Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina. Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.

Oración introductoria
Señor, me acerco a Ti en esta oración para construir mi vida sobre la roca firme de tu amor. No permitas que me conforme con invocar tu nombre con los brazos cruzados, mis ojos cerrados y mis oídos tapados. Tengo sed de Ti, de encontrarme contigo, de dejarme guiar por Ti en esta meditación.

Petición
Padre Santo, dame el don de construir mi vida sobre la roca firme de tu amor.

Meditación del Papa Francisco
En la historia de la Iglesia han habido dos clases de cristianos: los cristianos de las palabras, aquellos del Señor, Señor, Señor, y los cristianos de la acción, en la verdad. Siempre ha habido la tentación de vivir nuestro cristianismo fuera de la roca que es Cristo. El único que nos da la libertad de decir Padre a Dios es Cristo o la roca. Es el único que nos sostiene en los momentos difíciles, ¿no?
Como dijo Jesús: la lluvia cae, se desbordan los ríos, soplan los vientos, pero cuando se está en la roca es seguro, pero cuando son sólo palabras, las palabras se vuelan, no sirven. Pero permanece la tentación de estos cristianos de palabras, de un cristianismo sin Jesús, un cristianismo sin Cristo. Y esto ha sucedido y está sucediendo hoy en día en la Iglesia: ser cristianos sin Cristo... (Cf. S.S. Francisco, 27 de junio de 2013, homilía en Santa Marta). .

Reflexión
Este mundo es el lugar donde el hombre pasa un momento de su existencia- que es eterna- y en el cual él mismo determina su destino definitivo y eterno. Es esta la realidad que nos enseña hoy el evangelio. Una verdad indiscutible y que nos debería alegrar enormemente.

Jesús nos advierte del riesgo de perder la felicidad eterna porque quiere que no la perdamos. Él ha sufrido tanto en carne propia que no quiere que ninguno pierda su felicidad eterna. Él sabe que sólo amando la alcanzaremos y que por ello no se puede forzar a una persona a amar. El amor es libre. El amor es del corazón y de toda la persona.

Es por eso que podemos elegir no amar en esta vida. Podemos elegir amarnos a nosotros mismos en lugar de amar a los otros. Es un hecho de la vida humana que puede llegar a ser parte de nuestra eternidad y sin embargo Cristo no quiere que sea así. Por eso vino a este mundo, para predicar y buscar a cada hombre en particular. No en vano nos dice estas palabras “escuchad mis palabras y ponerlas en práctica. Es mejor que fundamentemos sobre roca en el hoy de nuestra vida. No vaya ser que sea demasiado tarde para poner los cimientos y llegue la lluvia y destruya nuestra casa.

Diálogo con Cristo
Jesús, contigo cada día es una bella oportunidad para hacer crecer mi amor por Ti y a los demás. Ayúdame a darte un «sí» en cada momento de mi vida, viviendo con la conciencia de que me creaste para ser santo y que la santidad no es sino una respuesta de amor, en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande.
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Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net

miércoles, junio 25, 2014

Evangelio Junio 25, 2014

Los falsos profetas
Mateo 7, 15-20.
Tiempo Ordinario.
Dar fruto es comunicar a los demás una fe que hemos recibido como un don.

«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.


Oración introductoria
Jesús, ilumina mi oración para salir de ella fortalecido, dispuesto a dar los frutos buenos que debo producir. Para perseverar y ser fiel en mi vocación necesito de tu gracia, de tu luz.

Petición
Señor, ayúdame a descubrir lo que me impide crecer más en el amor.

Meditación del Papa Francisco
Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor.
Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: “Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre”.
Es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: «¡No los sigan! (Cf. S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta).

Reflexión
Vivimos en un mundo frenético en sus comunicaciones, y en buena parte de sus actividades laborales y comerciales. Donde se valora quien produce más y se margina a quien no alcanza los ratings de ventas.

Donde la competencia profesional se evalúa constante e implacablemente y se contabiliza con avaricia los resultados. En donde se busca sólo a personas que encabecen proyectos de éxito, etc. La lógica evangélica es, si cabe, más comprometedora.

Para ser un buen discípulo, no basta emplearse a fondo, como lo haríamos al ocupar un cargo de responsabilidad en una empresa hoy en día. No basta siquiera ser original, presentar de manera nueva, atrayente o asequible el mensaje, el producto o el servicio. Aun poniendo en juego todas las dotes humanas de que disponemos, hemos de partir de la base que en todo ello sólo somos instrumentos en las manos de Dios. Porque dar fruto es comunicar a los demás una experiencia, una fe que hemos recibido como un don. Es darla no como quien comparte algo que tiene en "posesión", porque la fe no se posee y es sólo de Dios.

Pero Él nos ha concedido comunicar nuestra vivencia, conscientes que Dios añadirá la parte que le corresponde. Se requiere dejarse guiar por el Espíritu Santo, y sobretodo humildad y confianza, para estar más pendientes de Dios y de su voluntad, que de nosotros mismos. Nuestras virtudes y capacidades, así como nuestros defectos y limitaciones, son también parte de ese plan de Dios. Por sus frutos los reconoceréis... es la llamada colaborar en la obra de Dios si nos prestamos con decisión y humildad.

Propósito
Consentiré sólo buenos pensamientos y deseos y desecharé todo lo que me aleje del amor de Dios.

Diálogo con Cristo
Jesús, quiero vivir siempre bajo tu cuidado exigente, pero amoroso. No puedo dar fruto viviendo mediocremente. Ayúdame a crecer en la generosidad, en la prontitud, en la autenticidad, que nunca consienta el egoísmo o doblez. Sé que esto es difícil, por eso te pido tu gracia, para rectificar hoy todo aquello que me aleja de Ti.
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Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net

martes, junio 24, 2014

Evangelio Junio 24, 2014

Día litúrgico: 24 de Junio: El Nacimiento de san Juan Bautista

Juan es su nombre
El Evangelio Meditado
Lucas 1, 57-66.80.
Solemnidad Natividad de Juan Bautista.
Es preciso que él crezca y que yo disminuya. Estas palabras del Bautista constituyen un programa para todo cristiano.

Texto del Evangelio (Lc 1,57-66.80): Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan».

Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: ‘Juan es su nombre’. Y todos quedaron admirados.

Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Comentario: Rev. D. Joan MARTÍNEZ Porcel (Barcelona, España)
El niño crecía y su espíritu se fortalecía
Hoy, celebramos solemnemente el nacimiento del Bautista. San Juan es un hombre de grandes contrastes: vive el silencio del desierto, pero desde allí mueve las masas y las invita con voz convincente a la conversión; es humilde para reconocer que él tan sólo es la voz, no la Palabra, pero no tiene pelos en la lengua y es capaz de acusar y denunciar las injusticias incluso a los mismos reyes; invita a sus discípulos a ir hacia Jesús, pero no rechaza conversar con el rey Herodes mientras está en prisión. Silencioso y humilde, es también valiente y decidido hasta derramar su sangre. ¡Juan Bautista es un gran hombre!, el mayor de los nacidos de mujer, así lo elogiará Jesús; pero solamente es el precursor de Cristo.

Quizás el secreto de su grandeza está en su conciencia de saberse elegido por Dios; así lo expresa el evangelista: «El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel» (Lc 1,80). Toda su niñez y juventud estuvo marcada por la conciencia de su misión: dar testimonio; y lo hace bautizando a Cristo en el Jordán, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto y, al final de su vida, derramando su sangre en favor de la verdad. Con nuestro conocimiento de Juan, podemos responder a la pregunta de sus contemporáneos: «¿Qué será este niño?» (Lc 1,66).

Todos nosotros, por el bautismo, hemos sido elegidos y enviados a dar testimonio del Señor. En un ambiente de indiferencia, san Juan es modelo y ayuda para nosotros; san Agustín nos dice: «Admira a Juan cuanto te sea posible, pues lo que admiras aprovecha a Cristo. Aprovecha a Cristo, repito, no porqué tú le ofrezcas algo a Él, sino para progresar tú en Él». En Juan, sus actitudes de Precursor, manifestadas en su oración atenta al Espíritu, en su fortaleza y su humildad, nos ayudan a abrir horizontes nuevos de santidad para nosotros y para nuestros hermanos.
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Fuente: evangeli.net

lunes, junio 23, 2014

Evangelio Junio 23, 2014

Sácate primero la viga que tienes en el ojo
Mateo 7, 1-5.
Tiempo Ordinario.
Jesús no nos prohíbe corregir, siempre y cuando actuemos con un corazón amante y sencillo que busca ayudar a los demás.


Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
No juzgues para que no seas juzgado. Porque, con el juicio que juzguen serán juzgados, y con la medida con que midas serás medido. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: Deja que te saco la brizna del ojo, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.

Oración introductoria
Señor, dame las fuerzas necesarias para dar un mayor ejemplo y testimonio de vida, tal como Tú quieres que sea. Dame humildad para reconocer mis faltas y disculpar las de mis hermanos, pero también concédeme ayudarlos a corregirse con un corazón puro que busca sólo su bien.

Petición
Dios mío, concédeme ser humilde, porque sin humildad puedo creerme mayor que los demás, olvidándome por completo de que yo también tengo mis faltas.

Meditación del Papa Francisco
Es un mensaje al cual frecuentemente nos acostumbramos, lo repetimos casi mecánicamente, pero no nos aseguramos de que tenga una real incidencia en nuestras vidas y en nuestras comunidades. ¡Qué peligroso y qué dañino es este acostumbramiento que nos lleva a perder el asombro, la cautivación, el entusiasmo por vivir el Evangelio de la fraternidad y la justicia! [...]
Lo que hagamos con los demás tiene una dimensión trascendente: "Con la medida con que midáis, se os medirá"; y responde a la misericordia divina con nosotros: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará [...] Con la medida con que midáis, se os medirá". Lo que expresan estos textos es la absoluta prioridad de la "salida de sí hacia el hermano” como uno de los dos mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual en respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios. Por eso mismo "el servicio de la caridad es también una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia"» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 179).

Reflexión
Para estar de acuerdo con lo que el Evangelio nos quiere transmitir, tenemos que revisar nuestro interior y ver qué es lo que no nos ayuda y sacarlo de nosotros. Dios nos permite que corrijamos a nuestros hermanos y que les dejemos algo bueno de lo que Dios nos dice por medio de su palabra.
Jesús no nos prohíbe corregir, siempre y cuando actuemos con un corazón amante y sencillo que busca ayudar a los demás. Corregir se convierte en una obra de misericordia, cuando el otro entiende por nuestros gestos y palabras, que le hacemos la observación por su propio bien, y no por demostrarle nuestra superioridad.

Propósito
Antes de corregir a alguien, reflexionaré para ver con qué intención lo estoy haciendo.

Diálogo con Cristo
Señor, dame las fuerzas necesarias para poder dar lo mejor de mí. Que todos mis actos sean para tu gloria. Concédeme ser coherente con mi misión y que con mi buen ejemplo pueda irradiarte a los a demás. Así sea.
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Autor: H. Rafael Torres | Fuente: Catholic.net

domingo, junio 22, 2014

Evangelio Junio 22, 2014

¿De qué tiene miedo el mundo de hoy?... ¿Y tú?
Mateo 10, 26-33.
Tiempo Ordinario.
¡Confía en Dios y se te acabarán todos tus miedos y tus temores para siempre!

Del santo Evangelio según san Mateo 10, 26-33
«No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos. «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.

Oración preparatoria
Señor, concédeme vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Permite que esta oración me cure de aquello que desfigura mi alma y pone distancia entre Tú y yo.

Petición
Señor, no permitas que tenga miedo ni me desconcierten las tentaciones que me presenta el mundo.

Meditación del Papa Francisco
Y el Señor también nos ayuda a no tener miedo: frente a las guerras, a las revoluciones, pero también a las calamidades naturales, a las epidemias, Jesús nos libera del fatalismo y de las falsas visiones apocalípticas.
El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia: Jesús preanuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán padecer, por su causa. Sin embargo asegura: "Pero no perecerá ni un cabello de su cabeza". ¡Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios!
Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia. (S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013).

Reflexión
Las palabras del Papa Wojtyla, en la Misa del inicio solemne de su pontificado, aquel 22 de octubre de 1978, fueron precisamente éstas: "No tengáis miedo de acoger a Cristo y aceptar su poder... No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo, abridlas de par en par... No tengáis miedo. Cristo sabe ‘lo que hay dentro del hombre’. Sólo Él lo sabe". ¡Qué palabras tan proféticas y confortantes!

En el Evangelio de este domingo, nuestro Señor Jesucristo nos presenta este mismo mensaje y nos invita precisamente a no tener miedo. Si leemos con calma el pasaje de hoy, nos daremos cuenta de que, en un texto tan breve, Cristo repite tres veces la misma frase: "No tengáis miedo".

"No tengáis miedo a los hombres. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No tengáis miedo porque vuestro Padre celestial cuida de vosotros". Un mensaje de grandísima actualidad y urgencia. Parece que nuestro Señor está pensando en cada uno de nosotros, en nuestra generación del siglo XX y XXI, a pesar de que pronunció estas palabras por primera vez hace ya dos mil años. Y es que el mensaje de Cristo es siempre tremendamente actual.

"No tengas miedo –nos vuelve a decir hoy– porque Dios está contigo y Él te protege. No tengas miedo porque el poder de Dios, su amor y su providencia son infinitamente superiores al poder humano y a todas sus amenazas juntas. Y aunque padecieras el mal y la muerte misma, no te olvides de que tienes un alma inmortal y Dios te dará vida eterna si vives para Él y lo obedeces".

¿A qué tienes miedo tú? Tal vez miedo a la soledad, a lo desconocido, al futuro, a una grave responsabilidad, a tomar decisiones equivocadas o a fallar en la vida; tal vez miedo al fracaso, a las malas interpretaciones de los demás, a que te hieran o te traicionen; o miedo a tu propia debilidad, al sufrimiento, a la enfermedad, al dolor, a la muerte... Pero también para ti, personalmente, Cristo tiene una respuesta. Y te la está comunicando hoy en el Evangelio. No tengas miedo, pues sólo fracasa el que nunca lo intenta; el dolor es necesario para crecer; sólo teme el ridículo quien no sabe reírse de sí mismo; el pasado ya no puede herirte más, y el futuro todavía no está en tus manos. Si tienes miedo a la opinión de la gente, de todas formas opinarán de ti; la enfermedad y el sufrimiento sólo nos acercan a Dios si lo aceptamos y vivimos con fe y con amor. ¿Temes la oscuridad? Sólo en la noche podrás gozar de la belleza de las estrellas. Y la muerte no es el final, sino el más hermoso de los comienzos. ¡Confía en Dios y se te acabarán todos tus miedos y tus temores para siempre!
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Autor: P. Sergio A. Cordova LC | Fuente: Catholic.net

sábado, junio 21, 2014

Evangelio Junio 21, 2014

Dios y las riquezas
Mateo 6, 24-34.
Tiempo Ordinario
Preocupate por Dios y todos los demás bienes se nos darán por añadidura: ¡Lo ha prometido Cristo!


Del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

Oración introductoria
Señor, creo en Ti y en tu Palabra, confío y espero porque tengo la certeza que me amas. Te quiero sobre todas las cosas y anhelo, con tu gracia, corresponder a tu amor. Concédeme abandonarme con espíritu filial en tu Providencia, que cuida de mis más pequeñas necesidades.

Petición
Dame la gracia de vivir más confiado en tu gracia.

Meditación del Papa Francisco
Nadie puede servir a dos señores. El Evangelio de hoy se centra en el tema de las riquezas y de las preocupaciones. Jesús tiene una idea clara acerca de esto: son las riquezas y los afanes del mundo los que ahogan la Palabra de Dios, son estas las espinas que ahogan la semilla que cayó en la tierra, de las que nos habla la Parábola del Sembrador:
Las riquezas y los cuidados del mundo ahogan la Palabra de Dios y no la dejan crecer. Y la Palabra muere, porque no es conservada: es ahogada. En este caso, o se sirve a la riqueza o se sirve a las preocupaciones, pero no se sirve a la Palabra de Dios. Y esto también tiene un sentido temporal, porque la Palabra es un poco construida en el tiempo ¿no? No se preocupen por el día siguiente, de lo que harás mañana... (Cf. S.S. Francisco, 22 de junio de 2013, homilía en Santa Marta). .

Reflexión
Jesús contrapone la actitud de quien se afana por el dinero y las cosas de aquí abajo, con la de quien vive desprendido y confiado en la providencia de Dios. Aquellos al poner sus esperanzas e ilusiones en el mundo y sus cosas viven en el ansia y la intranquilidad. Esto es porque en último término los éxitos y satisfacciones, tan anhelados, vienen determinados por factores que no siempre pueden controlar. ¿Quién puede predecir el futuro siempre incierto?

Hay bienes tan frágiles como la salud, tan inexplicables como el amor o la amistad sincera. Aspectos, éstos últimos, que son decisivos para la felicidad humana. Además la fugacidad de la vida limita las satisfacciones que estos bienes nos reportan... Desde este punto de vista ¡qué pobres parecen estas aspiraciones! En cambio, los otros, logran superar esa visión materialista para alcanzar, una dimensión espiritual.

Seguir el consejo de Jesús no es fácil, pero reporta tranquilidad, paz y verdadera alegría interior. Saberse en las manos de un Padre bondadoso que nos invita a no preocuparnos de las cosas de este mundo, es una seguridad mejor fundada que las mejores predicciones de negocios. Esto no significa que debemos negar el valor a las cosas de este mundo, pues a todos nos son necesarias. Sin embargo, podemos discernir, con ayuda de Dios, dónde, cuando y cómo poner los cauces a todo ello. Si lo primero en nuestra vida son las cosas de Dios, seguimos viviendo en el mundo, pero todo lo que hagamos será con la intención de construir el Reino, de ayudar a los hermanos y de ganarlos para Cristo con nuestro testimonio, y no por afanes o lucros personales. Además, según la misma promesa, todos los demás bienes se nos darán por añadidura: ¡Lo ha prometido Cristo!

Propósito
Analizar la dificultad más grande de mi vida para ver en qué tengo que tener más confianza en Dios.

Diálogo con Cristo
Padre providente, tu doctrina es sencilla y clara, concreta y amorosa, no vale la pena desgastarse inútilmente por lo pasajero de este mundo, cuando hay un Reino que puedo empezar a gozar desde ahora. Las cosas no cambian por más que uno se preocupe por ellas, por eso te pido, Señor, tu gracia para vivir abandonado a tu Providencia, poniendo todos los medios a mi alcance para extender tu Reino.
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Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net