Santa María de la Paz, Franciscana Mártir en China
Lulio 8 - 9
Mártires de China (†1900)
Entre los muchos mártires de la persecución desencadenada por los «Boxers»
de China en 1900, se encuentran siete Franciscanas Misioneras de María, que son
las protomártires de su Congregación. Habían llegado el año anterior a la misión
de Taiyuanfu y allí mismo, junto con San Gregorio Grassi y compañeros
franciscanos, inmolaron sus vidas en testimonio de la fe en Cristo. Todos ellos
fueron beatificados por Pío XII en 1946, y canonizados por Juan Pablo II el año
2000. Su fiesta se celebra el 8 de julio.
Santa María de la Paz
María de la Paz (Marianna Giuliani) nació en L'Aquila
(Italia) el 13 de diciembre de 1875. Hogar pobre y, además, con el sufrimiento
de un padre de mal carácter que castigaba fácilmente a sus hijos; no permitía la
práctica de la religión, y tenían que ir a la Iglesia a escondidas. La madre
trabaja, sufre y enseña a sus hijas a amar a María. Pronto la enfermedad hace
mella en ella y, a los diez años, Marianna conoce el dolor irreparable de la
muerte de su madre.
El padre abandona a sus hijos y los parientes recogen a los huerfanitos.
Marianna, inteligente y muy piadosa, es orientada por un tío suyo, religioso
franciscano, hacia las Franciscanas Misioneras de María. María de la Pasión la
recibe como probanista, es decir, entre las jovencitas que aspiran a ser
misioneras. En Francia completa sus estudios y fortalece su vocación.
En 1892 comienza su noviciado. Diversas experiencias en París, donde se
encarga de un grupo de jovencitas muy rebeldes, que María de la Paz consigue
calmar con su bondad serena, le dan la oportunidad de seguir su proceso de
maduración. Luego va a Vanves para hacer sus primeros votos. Más tarde,
participa en la fundación de una comunidad en Austria: otra lengua, otras
costumbres... Todo esto la va preparando para la partida a la lejana misión
china. Allí tendrá a su cargo la organización del orfanato, la parte material de
la comunidad y, con su hermosa voz italiana, se encargará también de la música y
del coro.
María de la Paz, silenciosa, encontró la fuerza en la unión con Dios, en
una oración constante y fiel. La más joven de las siete mártires, tuvo ante la
muerte su hora de angustia, de agonía, como Jesús, pero también, como Él, supo
decir ¡Sí! Y entregó su vida totalmente. Tenía sólo 24 años.
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[Texto tomado de la página web oficial de las Franciscanas Misioneras de
María: http://www.fmm.org/esp/cap2.Mart-esp.htm]
Fuente: franciscanos.org
Fuente: franciscanos.org
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