Beata Lucía de Narni,
Religiosa Dominica Virgen
Noviembre 15 - 16
La Sabiduría dice: “ Volved a mí de todo corazón. Volved al Señor porque él es clemente y compasivo, rico en amor y en fidelidad”.
Nació en Narni en 1476 y murió en Ferrara en 1544.
Desde los 12 años, cuando empezaba a notar los efectos de su preadolescencia, se entregó al Señor con su voto de virginidad.
Su familia quería que se casara. Y así lo hizo para no llevarle la contra ni hacerles sufrir.
Pero después de un breve período de vida matrimonial, se separó del marido.
Este se convertiría con el tiempo en hermano franciscano.
En 1494 entró en la tercera orden dominica en Narni. Fue a Roma y después a Viterbo en donde el 24 de febrero de 1496 tuvo ya los estigmas, que el mismo Papa atestiguó y verificó.
Y no solamente él sino también médicos y teólogos.
El duque de Ferrara, una vez que conoció la santidad de Lucía, le pidió que fuera su consejera y le construyó un monasterio, el de santa Catalina de Siena dedicado a la educación de la juventud.
En los últimos años de su vida conoció el desprecio de las jóvenes y la humillación.
Pero – como es propio de los santos y santas – fue rica en amor y en fidelidad aún en los momentos más duros de su existencia.
Noviembre 15 - 16
La Sabiduría dice: “ Volved a mí de todo corazón. Volved al Señor porque él es clemente y compasivo, rico en amor y en fidelidad”.
Nació en Narni en 1476 y murió en Ferrara en 1544.
Desde los 12 años, cuando empezaba a notar los efectos de su preadolescencia, se entregó al Señor con su voto de virginidad.
Su familia quería que se casara. Y así lo hizo para no llevarle la contra ni hacerles sufrir.
Pero después de un breve período de vida matrimonial, se separó del marido.
Este se convertiría con el tiempo en hermano franciscano.
En 1494 entró en la tercera orden dominica en Narni. Fue a Roma y después a Viterbo en donde el 24 de febrero de 1496 tuvo ya los estigmas, que el mismo Papa atestiguó y verificó.
Y no solamente él sino también médicos y teólogos.
El duque de Ferrara, una vez que conoció la santidad de Lucía, le pidió que fuera su consejera y le construyó un monasterio, el de santa Catalina de Siena dedicado a la educación de la juventud.
En los últimos años de su vida conoció el desprecio de las jóvenes y la humillación.
Pero – como es propio de los santos y santas – fue rica en amor y en fidelidad aún en los momentos más duros de su existencia.
=
No hay comentarios.:
Publicar un comentario