Noviembre
20
Martirologio Romano: En Veroli en el
Lazio, beata María Fortunata (Ana Felicia) Viti, de la Orden de San Benito, que
casi durante toda su vida trabajó como encargada del guardarropa, intentó sólo
observar con todo su corazón los preceptos de la regla. (1827-1922).
Etimológicamente significa “ princesa de las aguas”, en lengua siria; “espejo”, en lengua hebrea.
Jeremías dice: “Mis designios sobre
vosotros, dice el Señor, son designios de paz y no de desgracia, de daros un
porvenir y una esperanza”.
Fue una monja del siglo XX.
La llevó a los altares el Papa Pablo
VI. La santidad de María Fortunata Viti no tiene nada de clamoroso.
Su santidad parece anacrónica, fuera
de nuestro tiempo. Vivió casi cien años dedicada a sus trabajos diarios.
Había nacido en 1827 y le pusieron
por nombre Ana Felisa. Su padre lo dilapidó todo en vino y en juego.
Murió su madre cuando tenía 14 años,
y ella tuvo que hacer frente a las tareas de la casa con sus hermanos.
A los 24 años pudo pensar en sí
misma y se hizo monja benedictina en Veroli,
Era iletrada y su trabajo fue el trabajo manual. Todo lo hacía con gusto, con penitencia y con la oración.
Era iletrada y su trabajo fue el trabajo manual. Todo lo hacía con gusto, con penitencia y con la oración.
Decía frecuentemente: " Quiero
hacerme santa".
Y lo alcanzó gracias a su supo ser
fiel a su regla y a su piedad y al trabajo continuo.
Llevó a cabo todos los designios que
Dios le dictaba a su delicada conciencia.
Tuvo esperanza en todo lo que se
propuso. Y, de esta manera, todo le salió bien a pesar de todo cuanto tuvo que
sufrir.
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Autor: P. Felipe Santos | Fuente:
Catholic.net
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