Noviembre 13
Martirologio Romano: En Tours,
de la Galia Lugdunense, san Briccio, obispo, discípulo de san Martín de Tours,
que sucedió a su maestro y durante cuarenta y siete años padeció muchas
adversidades. 444.
Fue discípulo de san Martín de
Tours en el monasterio de Marmoutier, su diácono, pero también era su enemigo.
San Martín llegó a decir: "Si Cristo ha soportado a Judas, ¿por qué no puedo yo
soportar a Briccio?", y todo esto porque antes de ser santo, Briccio fue "el
judas" de Martín, insufrible, irascible, e incluso calumniador. Era envidioso de
su santidad. A quien, por ejemplo, atraído por la fama del obispo, y buscaba de
encontrarse con él, Briccio no dudaba en decir:
"¿Buscáis aquel insensato?
Miradlo: allí arriba está, como siempre, que mira al Cielo como un loco". Para
Briccio las visiones de Martín eran ridículas supersticiones; su austeridad,
hipocresía, su sabiduría, idiotez. De perfectos en toda la Iglesia, solamente
existía él, Briccio. En realidad él era un religioso desordenado e inoportuno, y
muchas veces Martín tuvo que llamarle la atención prudentemente. Le corrigió que
hubiera llegado al monasterio pobre, y ahora tuviera servidores; pero le
defendió, cuando alguno dijo que también tenía doncellas. Martín predijo que
Briccio le sucedería en la diócesis y que sería santo.
A la muerte de Martín, Briccio le sucedió en el episcopado, y con mucha lentitud, trabajo en su perfección; pero tuvo mucho tiempo, ya que su episcopado duró 50 años. Ya viejo, una calumnia le obliga a dejar la sede y marcharse a Roma, regresó después de siete años, y se propuso construir una basílica para su predecesor. Según la leyenda la calumnia fue que fue acusado de seducir a una religiosa de escasas virtudes y de haber tenido un hijo, se justificó mediante dos milagros. Su vida fue un total arrepentimiento de su vida anterior, y murió santo.
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