San Gregorio de Tours,
Obispo
Noviembre 17
Noviembre 17
Martirologio Romano: En Tours en Neustria siempre en Francia, san Gregorio, obispo, que sucedió en esta sede a san Eufronio y compuso una historia de los francos con estilo claro y sencillo. (c.538 - 594).
El más conocido de los obispos de la antigua diócesis de Tours, después de san Martín, fue Jorge Florencio, quien más tarde tomó el nombre de Gregorio.
Nació el año 538, en Clermont-Ferrand.
Pertenecía a una distinguida familia de Auvernia, pues era biznieto de san
Gregorio de Langres y sobrino de san Galo de Clermont, a cuyo cuidado se le
confió cuando quedó huérfano de padre.
Galo murió cuando Gregorio tenía diecisiete
años. El joven salió con bien de una peligrosa enfermedad y decidió consagrarse
al servicio de Dios. Desde entonces, empezó a estudiar la Sagrada Escritura bajo
la dirección de san Avito I, en Clermont, donde recibió la ordenación
sacerdotal.
El año 573, por deseo del rey Sigeberto I y
de todo el pueblo de Tours, fue elegido para suceder en el gobierno de la sede a
san Eufronio.
Era aquella una época muy turbulenta en toda
la Galia y particularmente en Tours. Al cabo de tres años de guerra, a partir de
la elección de san Gregorio, la ciudad cayó en manos del rey Chilperico, quien
no tenía ninguna simpatía por el obispo, de manera que éste debió enfrentarse a
un enemigo poderoso.
En abierta oposición al mandato de la
madrastra de Meroveo -hijo de Chilperico- san Gregorio le dio asilo en el
santuario y, además, tuvo el valor de apoyar a san Pretextato de Rouen, a quien
Chilperico convocó a juicio por haber bendecido el matrimonio de Meroveo con
Brunilda, su tía política. Poco después, Gregorio intervino en la confiscación
de las tierras del condado de Tours, que estaban en posesión de un hombre
indigno llamado Leudastio. Éste le acusó de deslealtad política ante el rey, y
de haber calumniado a la reina Fredegunda. San Gregorio compareció ante un
concilio, pero la sinceridad con que juró que era inocente y la dignidad de su
conducta, movieron a los obispos a ponerle en libertad y a castigar a Leudastio
por su falso testimonio.
Chilperico, como tantos otros monarcas de su
tiempo, se creía teólogo. En este punto, san Gregorio tuvo también conflictos
con él, porque no podía disimular que Chilperico era un mal teólogo y que la
forma como expresaba sus ideas era aún peor. Chilperico murió el año 584. Tours
cayó primero en manos de Guntramo de Borgoña y después en las de Childeberto II;
ambos soberanos trataron amistosamente a Gregorio, quien pudo dedicarse
tranquilamente a escribir y a administrar su diócesis.
Bajo el gobierno de san Gregorio, la fe y las
buenas obras aumentaron en Tours. El santo reconstruyó su catedral, así como
otras iglesias, y supo atraer a la fe y a la unidad a muchos herejes, a pesar de
que no era un gran teólogo. San Odón de Cluny alaba su humildad, su celo por la
religión y su caridad para con todos, especialmente para con sus enemigos. Se le
atribuyeron en vida varios milagros, que él atribuía a su vez a la intercesión
de san Martín y otros santos, cuyas reliquias llevaba siempre
consigo.
Aunque san Gregorio fue uno de los obispos
merovingios más activos, actualmente se le recuerda sobre todo como historiador
y hagiógrafo. Su «Historia de los francos» es una de las fuentes principales de
la historia primitiva de la monarquía francesa, que nos proporciona muchos datos
sobre su autor. Menos valiosas desde el punto de vista histórico son otras obras
suyas, como los tratados «Sobre la gloria de los mártires» y sobre otros santos,
«Sobre la gloria de los confesores» y «Sobre las vidas de las Padres». Según la
costumbre de su tiempo, el santo narra en extenso los milagros y otros hechos
maravillosos y, sólo de vez en cuando, deja ver su espíritu crítico. En este
sentido, el juicio de Alban Butler es muy moderado: «En sus nutridas colecciones
de milagros, dice Butler, parece dar crédito a las leyendas populares con
demasiada frecuencia».
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VIDAS DE LOS SANTOS Edición 1965
Autor: Alban Butler (†)
Traductor: Wilfredo Guinea, S.J.
Editorial: COLLIER´S INTERNATIONAL - JOHN W. CLUTE, S. A.
Autor: Alban Butler (†)
Traductor: Wilfredo Guinea, S.J.
Editorial: COLLIER´S INTERNATIONAL - JOHN W. CLUTE, S. A.
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