Octubre 31 - Noviembre 1
Martirologio Romano: En la ciudad de Hai Duong en Tonkín, hoy Vietnam, santos mártires Jerónimo Hermosilla y Valentín Berrio Ochoa, obispos, y Pedro José Almató Ribera, sacerdote, de la Orden de Predicadores, decapitados por orden del emperador Tu Duc. 1861.
La histórica ciudad de Santo Domingo de la Calzada en La Rioja (España) vio nacer el año 1800 a Jerónimo Hermosilla Aransay. Fue el menor de los nueve hijos de Agustín Julián Hermosilla y Sáenz y de Catalina Aransay, quienes disponían de pocos recursos. Su padre falleció teniendo él 10 años, por lo que su madre padeció penurias para sostener a la familia, trabajando como ama de llaves para el sacerdote, de quien Jerónimo sería su ayudante. Viviría en la localidad de Cordovín entre 1809 y 1814.
A los 15 años residió en el arzobispado de Valencia, donde servía su hermano Millán, ingresando en el Seminario Diocesano de Valencia, donde sería cautivado por algunos de sus profesores Dominicos, pidiendo en 1819 su admisión en el Convento de Santo Domingo de Valencia, perteneciente a dicha orden
En 1820 se ve obligado a interrumpir sus estudios eclesiásticos para alistarse en las tropas del monarca Fernando VII. En 1823 al término del Trienio Liberal reanudó el noviciado en la orden dominica. Hizo la profesión religiosa ese mismo año. Aún subdiácono, el año 1825 Hermosilla partió del convento de Predica¬dores de la ciudad levantina para Filipinas, y en Manila concluyó los estudios eclesiásticos y se ordenó sacerdote en 1828.
En 1829 fue enviado a Tonkín en el norte del actual Vietnam como misionero, donde aprendería el lenguaje local y realizaría una labor docente con los catequistas locales y colaboraría con las religiosas dominicas. Allí el 15 de mayo de ese año vivió la persecución y matanza que el emperador Minh Manh llevaba a cabo contra los cristianos.
En Vietnam el joven misionero se lanzó a trabajar incansablemente, visitando todas las cristiandades, predicando a todos con la palabra y el ejemplo, llegando pronto a hacerse popular entre los cristianos y los infieles. Durante todo este largo periodo de 32 años no le faltaron tampoco persecuciones sin cuento, por lo que tuvo vivir continuamente escondiéndose.

Jerónimo Hermosilla era de una gran personalidad, física y moral y un admirable misionero evangélico; virtudes que se añadieron para que fuera beatificado por Pío X en 1906 y canonizado por Juan Pablo II el año 1988.
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Fuente: Santoral, el santo de cada día
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