San Lázaro de Constantinopla,
Monje Iconógrafo
Noviembre 17
San Lazaro el Pintor
Martirologio Romano: En Constantinopla, san Lázaro, monje, nacido en Armenia, que insigne en la pintura artística de imágenes sagradas, al negarse a destruir sus obras por orden del emperador iconoclasta Teófilo, fue atormentado con crueles suplicios, pero después, apaciguadas las controversias sobre el debido culto a las imágenes, el emperador Miguel III le envió a Roma para afianzar la concordia y unidad de toda la Iglesia. c. 867.
Martirologio Romano: En Constantinopla, san Lázaro, monje, nacido en Armenia, que insigne en la pintura artística de imágenes sagradas, al negarse a destruir sus obras por orden del emperador iconoclasta Teófilo, fue atormentado con crueles suplicios, pero después, apaciguadas las controversias sobre el debido culto a las imágenes, el emperador Miguel III le envió a Roma para afianzar la concordia y unidad de toda la Iglesia. c. 867.
Natural de Armenia y monje en Constantinopla. Pintor en los monasterios griegos. Por esta causa le quemaron las palmas de las manos los iconoclastas del emperador Teófilo, pero milagrosamente curó y la emperatriz santa Teodora, lo envió como legado suyo a Roma para que se restableciera una mayor amistad entre la iglesia griega y la latina que se habían enfriado a causa de la herejía iconoclasta.
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Etimológicamente significa “
ayuda de Dios”. Viene de la lengua hebrea.
Nació en el seno de una familia
pagana en Georgia, al lado del monte Cáucaso.
Apenas cumplió la edad necesaria, salió de casa para irse a Constantinopla, centro cultural y religioso de aquellos tiempos.
Apenas cumplió la edad necesaria, salió de casa para irse a Constantinopla, centro cultural y religioso de aquellos tiempos.
Fue en esta gran ciudad en donde
abrazó la fe cristiana. Y lo hizo en uno de los monasterios más fervorosos de
cuantos visitó por aquellos sitios.
Eran los años en los que se había
desencadenado una guerra terrible contra las imágenes. Provenía esta contienda
de los iconoclastas, es decir, de gente que no podía ver las
imágenes.
De ordinario, uno de los trabajos
a los que acostumbraban a dedicarse los monjes, era la pintura de imágenes. No
daban abasto para restituir las imágenes que destrozaban en los
templos.
Los mismos emperadores publicaban
edictos en los que condenaban la pintura de imágenes del Señor y de la Virgen o
de los santos.
Los monjes seguían pintando sin
hacer caso a los edictos. Lázaro era un buen monje y un mejor pintor.
De hecho, Teófilo, sucedió en el trono a su padre Miguel, año 829. Volvió a promulgar un edicto condenando a pena de muerte a quien pintara imágenes.
De hecho, Teófilo, sucedió en el trono a su padre Miguel, año 829. Volvió a promulgar un edicto condenando a pena de muerte a quien pintara imágenes.
Se enteró de que Lázaro pintaba
muchas y bien. Entonces lo mandó prender. Le dieron tal paliza que lo dieron por
muerto.
La emperatriz Teodora, que era
cristiana, fue a ver a Lázaro con la intención de esconderlo en la iglesia de
san Juan.
Aquí se restableció de la paliza
y comenzó a pintar de nuevo, empezando por la figura del Precursor de
Jesús.
Cuando Teófilo murió, la
emperatriz y su hijo Miguel III restablecieron el culto a las imágenes. Dados
los méritos de Lázaro, lo enviaron a Roma como embajador. Murió en esta ciudad
en el año 855.
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Autor: P. Felipe
Santos
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