San Amador o Amatre de Auxerre, Obispo
Mayo 1
Mayo 1
n.: 344 - †: 418 - país: Francia
canonización: pre-congregación
En Auxerre, de la Galia, san Amador, obispo, que trabajó con empeño por extirpar de su ciudad las supersticiones de los paganos e instituyó el culto de los santos mártires.
Los datos de la vida de san Amador provienen de una biografía escrita 160
años después de la muerte del santo por un sacerdote africano llamado Esteban.
El contenido de dicha biografía revela que se trata, en gran parte, de una
invención audaz. Según leemos, Amador era el hijo único de un distinguido
matrimonio de Auxerre. Sus padres le prometieron en matrimonio a una rica
heredera, llamada Marta, aunque Amador había manifestado que no quería casarse.
El día del matrimonio acudieron muchos invitados. El obispo Valeriano era el
encargado de celebrar la ceremonia.
Accidental o providencialmente, Valeriano, que era ya muy anciano, en vez de leer la bendición nupcial, recitó la fórmula de la ordenación de los diáconos, pero sólo el novio y la novia cayeron en la cuenta del error. Después de la ceremonia, ambos jóvenes convinieron en llevar vida de continencia. Marta se retiró al poco tiempo a un convento. Amador, después de haber trabajado varios años como sacerdote, fue elegido obispo de Auxerre. En el curso de su largo episcopado, convirtió a los paganos que quedaban en la región, obró numerosos milagros y construyó varias iglesias. Existen pruebas de que él confirió a san Patricio la ordenación sacerdotal.
Accidental o providencialmente, Valeriano, que era ya muy anciano, en vez de leer la bendición nupcial, recitó la fórmula de la ordenación de los diáconos, pero sólo el novio y la novia cayeron en la cuenta del error. Después de la ceremonia, ambos jóvenes convinieron en llevar vida de continencia. Marta se retiró al poco tiempo a un convento. Amador, después de haber trabajado varios años como sacerdote, fue elegido obispo de Auxerre. En el curso de su largo episcopado, convirtió a los paganos que quedaban en la región, obró numerosos milagros y construyó varias iglesias. Existen pruebas de que él confirió a san Patricio la ordenación sacerdotal.
En los últimos años de la vida de San Amador, el gobernador de Auxerre era
Germán, un joven patricio muy temperamental que tenía pasión por la cacería.
Aunque era cristiano, siguió practicando la costumbre pagana de colgar, en un
peral de la plaza central de la ciudad, las cabezas de los animales que había
cazado, para que todo el pueblo admirase sus proezas. Los paganos practicaban
este rito para ofrecer al dios Wotan el producto de la cacería. Naturalmente, la
actitud de Germán escandalizó mucho a los cristianos. San Amador, después de
haber amonestado en vano varias veces al gobernador, mandó cortar el árbol,
mientras aquel se hallaba ausente. Germán se puso furioso al saberlo y amenazó
de muerte al santo obispo. Éste juzgó prudente salir de la ciudad por algún
tiempo. Por otra parte, como era ya de edad avanzada, deseaba, desde hacía
algunos años, renunciar a su cargo.
Hallándose en Autun con Julio, el prefecto de la Provincia, se le ocurrió
súbitamente -ya fuese por revelación o por intuición-, que el propio Germán
debía ser su sucesor. Con permiso de Julio, a cuyas órdenes estaba Germán,
Amador retornó a Auxerre y convocó a todo el pueblo en la catedral. Germán se
hallaba también presente. El obispo ordenó a todos que dejasen las armas fuera
de la iglesia y mandó cerrar las puertas; en seguida, con la ayuda de algunos de
sus clérigos, se apoderó de Germán, le arrancó las insignias seculares, le
tonsuró y le nombró obispo de Auxerre. Con ello, presintió san Amador que estaba
terminada su misión, ya que había trabajado muchos años y había nombrado a un
sucesor que sería, con el tiempo, el más grande de los obispos del lugar: san
Germán Auxerre. Unos cuantos días después, el santo pidió que le trasportasen a
la catedral, donde exhaló apaciblemente el último suspiro. El cuerpo de san
Amador reposa, junto con los de sus predecesores, en el antiguo cementerio de la
carretera de Entrains.
=
Ver en Acta Sanctorum, mayo, vol. I, la biografía latina escrita por san
Esteban. Muchos detalles extravagantes son puramente fabulosos, pero no hay
ninguna razón para dudar de la existencia histórica de san Amador. Mons.
Duchesne, en Fastes Episcopaux (vol. II, pp. 427.446), habla hermosamente de las
listas episcopales de Auxerre. Ver también Dictionnaire d'Histoire et de
Géographie ecclésiastiques, vol. II, c. 981; y el comentario del P. Delehaye
sobre el Hieronymianum (p. 224), en el que se conmemora a san Amador.
Pero,
sobre todo, véase el artículo de R. Louis sobre L'Eglise d'Auxerre... avant S.
Germain, en S. Germain d'Auxerre et son temps (1951), y la obra del mismo autor
titulada Les églises d'Auxerre... au XI siécle (1952).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Tomado de: El Testigo Fiel
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