Beato Guido Maria
Conforti, Obispo y Fundador
Noviembre 5
Martirologio Romano: En Parma, de Italia, San Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931).
Noviembre 5
Martirologio Romano: En Parma, de Italia, San Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931).
Etimología: Guido = Aquel que pertenece al bosque, es de origen
germánico.
Fecha de canonización: 23 de octubre de 2011 por el Papa
Benedicto XVI.
GUIDO MARIA CONFORTI nació en Ravadese (Parma -Italia ) el 30 de marzo de 1865.
GUIDO MARIA CONFORTI nació en Ravadese (Parma -Italia ) el 30 de marzo de 1865.
Era el octavo de los diez hijos de Rinaldo Conforti y Antonia
Adorni.
La óptima educación cristiana recibida de su madre, la
complementaron los Hermanos de las Escuelas Cristianas en cuya escuela de Parma
realizó su primaria. Guido solía decir que su vocación se debía a la educación
recibida de estos religiosos y, además, a una singular experiencia que tuvo
contemplando el Crucifijo.
Venciendo la resistencia de su padre, en 1876 entró en el
seminario, donde realizó brillantemente sus estudios, distinguiéndose por su
diligencia, piedad y obediencia. Durante sus estudios de teología, el Beato
Andrés Ferrari fue su rector en el seminario., Sin haber sido aún ordenado
sacerdote Guido fue nombrado vicerector del seminario, tarea que continuó
realizando después de su ordenación sacerdotal que tuvo lugar el 22 de
septiembre de 1888. En esta misión pudo mostrar sus elevadas dotes de educador
siendo un modelo para los jóvenes seminaristas por su testimonio de santidad y
caridad pastoral.
Su vocación sacerdotal y misionera había nacido a los pies del
Crucifijo. "No es posible - escribió - fijar la mirada en este modelo divino sin
sentirse empujado a cualquier sacrificio por grande que
sea".
"El Crucifijo es el gran libro que ofrece a nuestros ojos
horizontes infinitos". De hecho, a pesar de que la vida de Guido transcurrió en
la región italiana de Emilia, su mirada abarcaba los horizontes de toda la
humanidad, y nunca desfalleció en el deseo ardiente de anunciar el Evangelio a
todos los hombres. El "espectáculo" de la cruz le hablaba "con la elocuencia de
la sangre", manifestándoles el amor infinito de Dios hacia la humanidad. En
1895, Guido funda una Congregación Misionera de hombres consagrados a Dios con
el único fin de llevar el Evangelio a los no cristianos.
El 9 de junio de 1902, el Siervo de Dios fue llamado a regir la
Arquidiócesis de Rávena. El día de su ordenación episcopal pronunció los votos
religiosos junto con el voto de dedicarse sin reservas al anuncio del Evangelio
"ad gentes". En Rávena, la enfermedad le obligó a largos períodos de
inactividad. Su profundo sentido de responsabilidad pastoral hacia el rebaño que
le había sido confiado le llevó a presentar su dimisión que fue
aceptada.
Regresó humildemente a su Instituto Misionero donde, recuperada
algo su salud, se ocupó en la formación de los alumnos misioneros y a la
redacción de las Constituciones de su familia misionera.
A finales de 1907, el Santo Padre confió al Siervo de Dios la
diócesis de Parma. Durante 25 años él fue buen pastor, signo viviente de la
"solicitud maternal de la Iglesia hacia todos los hombres, tanto fieles, como
infieles, por su preocupación particular por los pobres y los más
débiles".
La catequesis fue el punto principal de su tarea pastoral:
instituyó las escuelas de la doctrina cristiana en todas las parroquias, preparó
a los catequistas con apropiados cursos de cultura religiosa y pedagógica. Fue
el primer obispo de Italia que celebró un congreso de catequética en su
diócesis.
Cinco veces realizó la visita pastoral a las parroquias,
celebró dos sínodos diocesanos, instituyó y promovió la Acción Católica,
especialmente de los jóvenes. Cuidó de manera especial la cultura y la santidad
del clero, la formación de los seglares, las asociaciones y la prensa católica,
las misiones populares, los congreso eucarísticos, marianos y misioneros. Logró
reconciliar a los ánimos divididos, se preocupó por llevar a los extraviados a
la unidad del rebaño y fomentó el amor y el respeto incondicional hacia el
Papa.
Su presencia en los momentos difíciles de la historia de
aquellos años en la ciudad de Parma fue discreta, casi inobservada, pero eficaz
y con resultados. Durante las huelgas de 1908, fundó un grupo de abogados
dedicados a la defensa de los derechos de los campesinos y de los sacerdotes,
Cuando una parte de la ciudad se opuso violentamente a la instauración del
fascismo y se corría el peligro de un baño de sangre, la mediación de Conforti
obtuvo la retirada de las milicias fascistas, evitando así una guerra
civil.
La preocupación por la Iglesia local que le había sido confiada
no le quitó la "preocupación por aquellos lugares del mundo donde la Palabra de
Dios no ha sido anunciada". Creía firmemente que el anuncio del Evangelio "ad
gentes" fuese el camino más seguro por la nueva evangelización de su pueblo. Se
entregó incansablemente a la tarea de "la Evangelización ad gentes" ya fuese a
través de su familia misionera, como colaborando con las varias iniciativas de
animación misionera en Italia y en el resto del mundo.
Puso especial cuidado en colaborar en la fundación y en la
difusión de la Pontificia Unión Misionera del Clero, de la que fue su primer
presidente. "Fue providencial que, en la fundación de la Unión Misionera del
Clero, al lado de P. Pablo Manna se encontrase Guido María Conforti, que no sólo
ayudó excepcionalmente con su consejo y su colaboración a la naciente Unión,
sino que con su autoridad logró para dicha Unión la aprobación pontificia"
(Pablo VI ).
En 1928, Conforti viajó a China para visitar las comunidades y
los lugares que habían sido confiados a la familia religiosa de la que él era
Superior General. Su viaje fue signo de la comunión entre las
Iglesias.
El 5 de noviembre de 1931, consumido por su incansable tarea
pastoral, habiendo recibido devotamente el Sacramento de los Enfermos y el Santo
Viático, después de haber profesado públicamente su fe y haber implorado la
bendición de Dios para su clero y su pueblo, Guido María Conforti entró en la
Casa del Padre.
El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 17 de marzo de
1996.
=
Fuente: Misioneros Xaverianos
xaveriens.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario