jueves, julio 25, 2013

San Teodomiro de Córdoba, Monje y Mártir

San Teodomiro de Córdoba, Monje y Mártir
Julio 25

Martirologio Romano: En Córdoba, ciudad de la región hispánica de Andalucía, san Teodomiro, monje de Carmona, martirizado, siendo aún joven, durante la persecución desencadenada por los sarracenos. M. 851.

Natural de Carmona; monje en Córdoba. Mártir, por defender la fe, por los sarracenos de Abderramán II.

El grande ejemplo de fortaleza que dieron en Córdoba los ilustres mártires Sisenando y Pablo, encendió de tal modo el ánimo de otro esforzado militar de Jesucristo llamado Teodemiro, que ni la severidad de los jueces árabes , ni los enormes castigos que estos ejecutaban contra los fieles, ni el amor a la vida, pudieron intimidarlo, para que dejase de combatir contra los enemigos de la fe, ansioso de lograr la corona del martirio.


Fue este héroe natural de un pueblo llamado antiguamente Carmo y hoy Carmona, del que se fue por amor al retiro, queriendo adquirir la perfección a que aspiraba en algún claustro religioso. Y en efecto, vistió el hábito de monje en lo más florido de sus años.


No nos dice san Eulogio, en cuál de los monasterios de Córdoba entró el ilustre mancebo, ni tampoco nos consta los laudables hechos de su vida después de religioso; pero por el glorioso término de su carrera podemos inferir las heroicas virtudes en que se ejercitó en el claustro, especialmente en el ardiente amor para con Jesu-Cristo, que le impelió a confesar su santo nombre ante los tribunales de sus enemigos.


Disponían las leyes de los Moros, en aquella desgraciada época que perseguía de muerte a los cristianos el rey Abderramán, que fuese decapitado el fiel que se atreviese a confesar públicamente su ley, y a declamar contra su Profeta Mahoma; y habiéndolo hecho así Teodemiro con un desprecio total de semejante castigo, sentidos los árabes de su valerosa osadía, le degollaron en el día 25 de Julio del año 851.


Dejaron el venerable cadáver en el lugar del suplicio, y recogido por los cristianos, le dieron sepultura en la Iglesia de San Zoilo, con el de San Pablo y Sisenando, los que se trasladaron después al templo de San Fausto, Januario y Marcial, para ocultarla en él por temor de la furia de los mahometanos; bien que el Cielo los descubrió por los años 1565 en la misma Iglesia, que hoy es de San Pedro, con otros de muchos mártires que padecieron en Córdoba.


La memoria que dejó san Eulogio en sus escritos sobre Teodemiro, y la noticia que de la recuperación de sus reliquias se tuvo en Carmona, despertó la devoción de aquellos naturales para con el ilustre mártir, que estimándole como honor y gloria inmortal de su patria, le eligieron por su Patrono; y habiendo obtenido Breve Apostólico para que como a tal se celebrase su fiesta, se continúa con toda solemnidad, especialmente después que consiguieron una de sus reliquias, la que pidió al Obispo de Córdoba en el año 1609 Don Lázaro Briones y Quintanilla, Alférez mayor y Regidor de Carmona, a nombre del Estado Eclesiástico y Secular, obligándose a conducirla con toda veneración, y colocarla en altar consagrado a su advocación.


Defirió el Ilustrísimo de Córdoba a una pretensión tan justa en 15 de mayo del mismo año, y dio un hueso del santo a fray Rodrigo de Quintanilla, de la Orden de Santo Domingo, para que lo condujese en compañía de otros muchos religiosos, que a la sazón se hallaba en el Capítulo Provincial que se celebró en Córdoba.


Fue recibida en Carmona con las demostraciones del mayor júbilo, y mientras disponía la ciudad lo necesario para su colocación, se depositó en el Monasterio de las Monjas de la Madre de Dios de la misma Orden de Santo Domingo, desde donde se hizo la traslación de la venerable reliquia al altar propio del Santo dentro de la Capilla del Sagrario de la Iglesia mayor, donde se le tributa el culto debido: y se celebra su fiesta en el día último de Julio, por estar impedido el veinticinco (que fue el de su glorioso martirio) con la festividad del Apóstol Santiago.



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