Día litúrgico: Sábado I del tiempo ordinario
Santoral 17 de Enero: San Antonio, abad
Texto del Evangelio (Mc 2,13-17): En aquel
tiempo, Jesús salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía
a Él, y Él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en
el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le
siguió. Y sucedió que estando Él a la mesa en casa de Leví, muchos
publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos,
pues eran muchos los que le seguían. Al ver los escribas de los fariseos
que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos:
«¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?». Al oír esto Jesús,
les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que
están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
Comentario:
Rev. D.
Joaquim
MONRÓS i Guitart
(Tarragona, España)
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores
Hoy, en la escena que relata san
Marcos, vemos cómo Jesús enseñaba y cómo todos venían a escucharle. Es
manifiesto el hambre de doctrina, entonces y también ahora, porque el
peor enemigo es la ignorancia. Tanto es así, que se ha hecho clásica la
expresión: «Dejarán de odiar cuando dejen de ignorar».
Pasando por allí, Jesús vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado donde
cobraban impuestos y, al decirle «sígueme», dejándolo todo, se fue con
Él. Con esta prontitud y generosidad hizo el gran “negocio”. No
solamente el “negocio del siglo”, sino también el de la eternidad.
Hay que pensar cuánto tiempo hace que el negocio de recoger impuestos
para los romanos se ha acabado y, en cambio, Mateo —hoy más conocido por
su nuevo nombre que por el de Leví— no deja de acumular beneficios con
sus escritos, al ser una de las doce columnas de la Iglesia. Así pasa
cuando se sigue con prontitud al Señor. Él lo dijo: «Y todo el que haya
dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o campo por mi
nombre, recibirá el ciento por uno y gozará de la vida eterna» (Mt
19,29).
Jesús aceptó el banquete que Mateo le ofreció en su casa, juntamente con
los otros cobradores de impuestos y pecadores, y con sus apóstoles. Los
fariseos —como espectadores de los trabajos de los otros— hacen
presente a los discípulos que su Maestro come con gente que ellos tienen
catalogados como pecadores. El Señor les oye, y sale en defensa de su
habitual manera de actuar con las almas: «No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores» (Mc 2,17). Toda la Humanidad necesita al
Médico divino. Todos somos pecadores y, como dirá san Pablo, «todos han
pecado y se han privado de la gloria de Dios» (Rm 3,23).
Respondamos con la misma prontitud con que María respondió siempre a su vocación de corredentora.
=
Fuente: evangeli.net
Comunidad Católica Vidas Santas Páginas Católicas... dedicadas a las personas que aman la Vida de los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios del Mundo! En la vida de los hombres y mujeres llamados Santos encontraremos un camino a seguir en el deambular por este valle de lágrimas que es nuestra vida en la Tierra. En ella se busca el lema de la Paz, la Tolerancia y la Caridad, en un intento de recoger el máximo de imágenes de Santos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario