Beato Guillermo Cuffitelli de Noto, Eremita y Terciario Franciscano
Abril 4
Abril 4
Martirologio Romano: En Scicli, lugar de Sicilia, beato Guillermo
Cuffitelli, eremita, que, renunciando a la pasión por la caza, pasó cincuenta y
siete años en la soledad y en la pobreza. († 1404)
Fecha de beatificación: 9 de abril de 1537 por el Papa Pablo III.
También es conocido como: Guillermo de Scicli
Nacido en Noto (Siracusa) en una fecha no determinada del año 1309, en la
noble familia "Buccheri”, muy joven se introdujo en la corte del rey Federico II
de Sicilia, donde durante muchos años ocupó el papel de uno de los escuderos del
monarca.
En 1337 durante una partida de caza en los bosques a las laderas del Etna,
Guillermo cabalgaba junto a su rey cuando de un arbusto salió un enorme jabalí
que se lanzó hacia el rey. Guillermo rápidamente se interpuso ante la bestia,
logrando salvar la vida del Rey, pero no pudo evitar un funesto mordisco que lo
dejó moribundo.
Transportado a Catania, una junta de médicos rápidamente convocada por el
Rey, no puede hacer nada teniendo en cuenta la gravedad de la herida y la
conclusión es que al escudero, lamentable, le quedan tan sólo unas pocas horas
de vida.
Mientras Guillermo está en agonía en un sueño se le apareció la mártir
Santa Ágata, quien le dice estas palabras: "Levántate Guillermo, hermano mio, mi
hermano, abandona la corte y vete a la soledad, donde Dios hablará a tu
corazón”.
Al día siguiente, para sorpresa general de la corte, Guillermo se levantó
de la cama en perfecto estado de salud.
Llevado a la presencia de su soberano, quien lo recibió con alegría, le
habló de la visión que tuvo en la noche, y su deseo de llevar vida de ermitaño.
El agradecido Rey intenta detener a su escudero, pero dada la firmeza de
Guillermo, lo convenció para que acepte al menos un caballo y una bolsa de
dinero.
Parte de Catania para regresar a su terruño natal, Noto, al llegar a un
lugar llamado "Primosole" se encontró con un mendigo con quien cambió su ropa, e
incluso le da al caballo y la bolsa de dinero que recibió del Rey; a partir de
este momento comienza la nueva vida de Guillermo, quien al llegar a Noto ocupa
una ermita denominada "Las Celdas" adyacente a la iglesia de Santa María de la
Cruz, donde se dedicó a la oración y a servir a los pobres ante el asombro de
sus conciudadanos, que le recordaban elegante y poderoso al servicio del rey y
ahora lo ven como humilde y modesto ermitaño usando el hábito de los terciarios
franciscanos.
En la “Las Celdas” vivió en completa pobreza y por algunos años en compañía
del cohermano Terciario Franciscano San Conrado Confalonieri de Piacenza, que
luego vino a ser protector de Noto. Cuando éste, para apartarse todavía más del
mundo escogió la localidad llamada Pizzoni, Guillermo recibió de la Madre de
Dios la orden de ir a Scicli, en 1345, para renovar el culto a la Madona de la
Pietá (Nuestra Señora de la Piedad). Al lado de la iglesita se construyó con sus
manos un pequeño eremitorio. Vivió en áspera penitencia y en oración fervorosa y
constante, difundiendo la devoción a la Madre Dolorosa y haciendo bien a todos.
En 1350 recibió la visita de San Conrado Confalonieri y con él pasó en oración toda la cuaresma. En 1382 amplió la iglesia de Santa María de la Pietà. La devoción a nuestra Señora volvió a florecer. La estima y veneración que los habitantes de Scicli y de las regiones limítrofes tuvieron por el heroico ermitaño fueron tales, que en poco tiempo aquel lugar solitario se convirtió en meta de peregrinaciones frecuentes y fuente de celestiales prodigios.
En 1350 recibió la visita de San Conrado Confalonieri y con él pasó en oración toda la cuaresma. En 1382 amplió la iglesia de Santa María de la Pietà. La devoción a nuestra Señora volvió a florecer. La estima y veneración que los habitantes de Scicli y de las regiones limítrofes tuvieron por el heroico ermitaño fueron tales, que en poco tiempo aquel lugar solitario se convirtió en meta de peregrinaciones frecuentes y fuente de celestiales prodigios.
Fray Guillermo, ermitaño terciario franciscano, vivió en este nuevo
eremitorio durante 57 años. Dormía en la dura tierra, se alimentaba de lo que la
caridad de los fieles le llevaba en señal de devoción y reconocimiento. Su
oración era constante, continua su unión con Dios.
El 4 de abril de 1404, a los noventa y cinco años de edad, se abrieron ante
él las puertas del cielo. Las campanas sonaron a fiesta y anunciaron su muerte
bienaventurada. Clero y pueblo se dirigieron al eremitorio, donde encontraron al
anciano ermitaño con las manos juntas tendido en tierra, rodeado de esplendores
celestiales. Parecía absorto en éxtasis. Fue trasladado procesionalmente a
Scicli a la iglesia de San Mateo, y sepultado en una urna de mármol.
Cuando el 4 de abril cae en Semana Santa, el calendario litúrgico de la
Región Siciliana celebra su memoria el sábado siguiente al Domingo de
Pascua.
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Fuente: Franciscanos.net || santiebeati.it
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