Beata Paulina von Mallinckrodt, Fundadora
Abril 30
Abril 30
Fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana
Martirologio Romano: En Paderborn, en Alemania, beata Paulina von Mallinckrodt, virgen, fundadora de las Hermanas de la Caridad Cristiana, para atender a los niños pobres y ciegos y auxiliar a los enfermos y pobres (1881).
Etimológicamente: Paulihna = Aquella de pequeño tamaño, es de origen
latino.
Paulina von Mallinckrodt nace el 3 de junio de 1817 en Minden, Westfalia. Es la mayor de los hijos de Detmar von Mallinckrodt, de religión protestante y alto funcionario de gobierno del estado de Prusia y de su esposa, la baronesa Bernardine von Hartmann, de religión católica, originaria de Paderborn.
Paulina von Mallinckrodt nace el 3 de junio de 1817 en Minden, Westfalia. Es la mayor de los hijos de Detmar von Mallinckrodt, de religión protestante y alto funcionario de gobierno del estado de Prusia y de su esposa, la baronesa Bernardine von Hartmann, de religión católica, originaria de Paderborn.
Desde pequeña absorbe con avidez la formación cristiana que le imparte su
madre, con amor. De ella hereda una fe profunda, un gran amor a Dios y a los
pobres y una férrea adhesión a la Iglesia católica y a sus pastores. Herencia
paterna son la firmeza de carácter, los sólidos principios, el respeto hacia los
demás y el cumplimiento de la palabra empeñada.
Parte de su niñez y juventud pasa Paulina en Aquisgrán, adonde fue
trasladado su padre. Por la temprana muerte de su madre, Paulina, cuando sólo
cuenta 17 años de edad, toma en sus manos la dirección de su casa y la educación
de sus hermanos menores Jorge y Hermann y de la pequeña Berta. Cumpliendo su
tarea a plena satisfacción de su padre, encuentra tiempo y medios para ponerse
al servicio de tantos pobres que por los cambios técnicos, económicos y sociales
de su siglo, sufren de miserias materiales y espirituales. En Aquisgrán, con sus
amigas, cuida enfermos, niños y jóvenes.
A los 18 años recibe el sacramento de la Confirmación y se have habitual en
ella la Misa diaria. Un poco más tarde su confesor le permite la comunión
diaria, algo infrecuente en esa época.
Fruto de la Confirmación es también la decisión de Paulina de consagrar su vida entera al servicio de Dios.
Fruto de la Confirmación es también la decisión de Paulina de consagrar su vida entera al servicio de Dios.
Cuando su padre se retira del servicio estatal y se instala con su familia
en Paderborn, prosigue Paulina su actividad caritativa. Invita y entusiasma a
señoras y jóvenes a colaborar en el cuidado de enfermos pobres; pero ante todo
le parece necesaria la educación e instrucción de los niños pobres.
Funda para ellos una guardería y acoge niños ciegos para cuidarlos e
instruirlos. Impulsada por la fuerza de la gracia, organiza la Liga Femenina
para el cuidado de los enfermos pobres. Luego funda un jardín de infantes para
atender a los niños de las madres que deben trabajar fuera de su hogar para
ganar el sustento diario de la familia. La fundación de este kindergarten en
1840 fue una idea novedosa y de avanzada para proteger y dar un ambiente de
contención y afecto a estos niños que no podían ser cuidados por sus
madres.
Llega hasta las chozas de los pobres para aliviar sus miserias; los ayuda,
consuela, exhorta y ora con los enfermos, sin temer ni la suciedad ni los
contagios, sino por el contrario, lo afronta todo con una sonrisa dedicando gran
parte de su vida en un incansable servicio en favor de los que sufren. "Nunca he
encontrado a una persona como ella; es difícil describir la imagen tan atrayente
y emotiva de su vivir en Dios" escribe en una carta su prima Bertha von
Hartmann.
En 1842 poco después de la muerte del señor von Mallinckrodt, le confían a
Paulina el cuidado de unos niños ciegos muy pobres. Ella los atiende con la
exquisita afabilidad que la caracteriza. Y como Dios sabe guiar todo según sus
planes, son los niños ciegos los que darán origen a la Congregación, porque a
Paulina la admiten en distintas congregaciones religiosas pero no así a los
ciegos. Paulina pide una vez más consejo a Monseñor Antonio Claessen quien
después de escucharla atentamente y de hacer mucha oración le have ver que ella
está llamada por Dios a fundar una Congregación. Y obtenida la aprobación del
Obispo de Paderborn Monseñor Francisco Drepper, el 21 de agosto de 1849 funda la
Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana, Hijas de la Bienaventurada
Virgen María de la Inmaculada Concepción con tres compañeras más. Pronto se
abren otros campos de actividad: hogares para niños y escuelas.
Bendecida por la Iglesia, la Congregación florece y se extiende rápidamente
en Alemania; pero como toda obra grata a Dios, debe ser probada por el
sufrimiento; la prueba no tarda en llegar. El Canciller von Bismark emprende en
1871 una dura lucha contra la Iglesia católica. Una tras otra ve la Madre
Paulina cómo se van cerrando y expropiando las casas de la Congregación en
Alemania.
Con su profundo espíritu de fe la Madre Paulina ve la mano de Dios en esta
persecución religiosa. Las casas de la joven Congregación fueron confiscadas,
las Hermanas expulsadas, la fundación parecía llegar a su fin. Pero justamente
así produjo frutos, se extendió por Estados Unidos y América Latina.
En la misma época de las persecuciones en Alemania llegan muchos pedidos de
Hermanas desde Estados Unidos y Sudamérica para enseñar a los niños inmigrantes
alemanes. Paulina respondió enviando pequeños grupos de Hermanas a Nueva Orleans
en 1873.
En los siguientes meses se enviaron más grupos de religiosas a los Estados
Unidos y ella misma hizo dos largos viajes a América para constatar en persona
las necesidades del Nuevo Mundo, donde fundó al poco tiempo una Casa Madre en
Wilkesbarre, Pennsylvania. Desde entonces las Hermanas abrieron además casas en
las arquidiócesis de Baltimore, Chicago, Cincinnati, New York, Philadelphia, St.
Louis, y St. Paul, y en la diócesis de Albany, Belleville, Brooklyn, Detroit,
Harrisburg, Newark, Sioux City y Syracuse.
En noviembre de 1874 arriban las primeras religiosas a la diócesis de
Ancud, en Chile, solicitadas por Monseñor Francisco de Paula Solar. De allí
partirían unos años más tarde hacia el Río de la Plata, en 1883 a Melo, Uruguay,
y en 1905 a Buenos Aires, Argentina.
A fines de década de 1870 la persecución religiosa terminó en Alemania y
las Hermanas pudieron volver desde Bélgica a su patria donde prosiguieron con su
obra. La Comunidad había crecido en integrantes y en misiones durante los años
de opresión. La Madre Paulina volvió a Paderborn después de su viaje a América
en 1880. A los pocos meses, ante el dolor de las Hermanas, la Madre Paulina
enfermó gravemente de neumonía y murió el 30 de abril de 1881.
S.S. Juan Pablo II la beatificó el 14 de Abril de 1985.
=
Fuente: UruguayArgentinasCC.org.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario