Beatos Luquesio y Buonadonna de Poggibonsi, Terciarios Franciscanos
Abril 28
Beato Luquesio de Poggibonsi nació en Gaggiano, caserío del Chianti. Siempre había deseado seguir la carrera de las armas y era del partido de los Güelfos. Pero después de haber participado en las luchas políticas a sus propias expensas, decidió retirarse y se trasladó a Poggibonsi (Siena), donde comenzó a ejercer el comercio con lo cual recuperó su holgura económica perdida en las lides políticas. Casado, era muy consciente de que una mujer es muy buena si no malgasta la hacienda. Pero poco a poco, de avaro que era, comenzó a ser generoso y fue acercándose paulatinamente a las prácticas piadosas, al igual que su mujer.
Beato Luquesio de Poggibonsi nació en Gaggiano, caserío del Chianti. Siempre había deseado seguir la carrera de las armas y era del partido de los Güelfos. Pero después de haber participado en las luchas políticas a sus propias expensas, decidió retirarse y se trasladó a Poggibonsi (Siena), donde comenzó a ejercer el comercio con lo cual recuperó su holgura económica perdida en las lides políticas. Casado, era muy consciente de que una mujer es muy buena si no malgasta la hacienda. Pero poco a poco, de avaro que era, comenzó a ser generoso y fue acercándose paulatinamente a las prácticas piadosas, al igual que su mujer.
Ambos esposos eran bien diferentes de lo que habían sido de jóvenes. En
aquel tiempo pasó por la región San Francisco, a quien Luquesio conocía ya como
hijo de su colega Pedro de Bernardone, pero luego logró conocerlo también como
santo y lo alojó gustoso en su casa. Impresionados por su espíritu de pobreza y
sencillez, él y su esposa Buonadonna fueron a preguntarle a San Francisco cómo
podían ellos, casados y con hijos, seguir el camino del Evangelio y poder tener
una regla como ya les había dado a los Hermanos y a las Hermanas. Debía ser una
norma de vida cuya observancia sirviera para imitar a aquellos que se habían
consagrado a Dios.
Con tal fin Francisco venía pensando ya de tiempo atrás en una institución
que agrupase bajo una regla de vida también a los laicos casados y trabajadores,
que por lo mismo no podían observar completamente los tres votos de castidad,
pobreza y obediencia.
Lo que en última instancia lo llevó a concretar esta idea fue la petición
de los dos esposos de Poggibonsi. Señaló a Luquesio y a su mujer un vestido
semejante al de los Hermanos. Más tarde les envió la regla de la llamada
«Tercera Orden Franciscana», definida como «medula del santo Evangelio».
Los terciarios franciscanos se difundieron rápidamente y de manera
sorprendente, puede decirse que en los siglos sucesivos muchos en Europa fueron
terciarios franciscanos. En Italia, entre las glorias de la Tercera Orden se
cuentan Giotto de Bondone, Dante Alighieri y Cristóbal Colón.
La tradición según la cual los dos esposos de Poggibonsi fueron los dos
primeros terciarios franciscanos no es segura. Pero ellos fueron los primeros en
alcanzar la gloria del altar porque en Poggibonsi el culto a los beatos Luquesio
y Buonadona comenzó inmediatamente después de su muerte.
Muchos episodios, prodigiosos o edificantes se narran acerca del resto de
su vida, que ciertamente se desarrolló santamente, en busca de una perfección
siempre creciente, siguiendo cada vez más estrictamente la regla dada por San
Francisco para la Tercera Orden. Luquesio y Buonadona fueron los primeros en
practicarla, como medio de honestidad, de paz y de amor en la tierra, y de
eterna bienaventuranza en el cielo. Murió el 26 de abril de 1260 y su cuerpo se
venera en la iglesia de los hermanos menores.
Inocencio XII en 1694 concedió oficio y misa en su honor.
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Fuente: Franciscanos.net
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