martes, septiembre 17, 2013

Santa Paloma o Columba de Córdoba, Virgen y Mártir

Santa Paloma o Columba de Córdoba, Virgen y Mártir
Septiembre 19 - Julio 23

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santa Columba, virgen y mártir, que en la persecución desencadenada por los árabes confesó espontáneamente su fe ante el juez y demás magistrados, por lo que fue degollada frente a las puertas del palacio (853).
 
Era una joven noble cordobesa que había escuchado las predicaciones de san Eulogio. Y de ahí le vino la conversión. Luchó, contra el parecer de su familia, para entrar en el monasterio de Tábanos (Córdoba) de donde era abad su hermano Martín del doble monasterio, y que había sido fundado por su hermana Isabel y por el marido de ésta, san Jeremías mártir.
 
Muerta su madre logró hacerlo. En este monasterio vivió felizmente con su hermana Isabel. Tuvo grandes tentaciones pero supo dominarlas, pidió vivir como reclusa en el monasterio y se lo concedieron. Columba llegó a ser elegida abadesa. San Eulogio dice de ella: “perfecta en la castidad, firme en la caridad, constante en la oración, pronta en obedecer, propensa a la misericordia, fácil en el perdonar, pronta a la enseñanza, dispuesta a enseñar”.

Como arreciase la persecución contra los cristianos, tuvo que dejar el monasterio e ir a la ciudad para esconderse; ella continuó con sus oraciones y penitencias por el alma de los mártires; hasta que un día oyó los cantos de un monasterio cercano, y tuvo nostalgia del Cielo, y del heroico martirio de sus amigos: santos Digna e Isaac. Así se presentó ante el cadí y confesó su fe cristiana, ofendiendo a Mahoma, y exhortó a todos a que trabajaran por su salvación. La decapitaron a las puertas del palacio, ante su ejemplo, otra cristiana, santa Pomposa, dos días después, dio su vida.
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Fuente: Vidas Santas
Etimológicamente significa “ paloma”. Viene de la lengua latina.
La mano del Señor estaba con los que anunciaban a Cristo y muchos fueron los que creyeron y convirtieron sus corazones al Señor.

Una de las claves de la fuerza cristiana a lo largo y ancho de los siglos ha sido, sin duda, que tras el anuncio de la Palabra de Dios, hay gente que se siente atraída en más o menor fuerza por el impacto de la palabra divina.

Paloma fue una mártir del siglo IX. Se veneraba en Córdoba esta gran figura del cristianismo durante la persecución árabe.
Córdoba era la capital del reino que llegó a todo su esplendor en el campo cultural durante toda aquella época.

El cristianismo florecía cada día más en los tiempos de paz.
Paloma era una joven de esta ciudad califal. Dicen que era de una gran belleza.
Ya había rechazado a varios pretendientes. Esto le disgustó mucho a su madre.
Al morir ésta, Paloma se fue a un monasterio de la Sierra, con el nombre de Isabelita.
Se contaba que era capaz de estar rezando horas y horas en silencio y sin cansarse. Muchas veces lloraba dulcemente durante la oración.

Lloraba por sus hermanos en la fe, y a los que estaban persiguiendo los musulmanes.
A causa de estas persecuciones, las monjas tenían que abandonar sus conventos y monasterios para bajarse a la ciudad, en la cual era más fácil pasar desapercibidos.
En Córdoba, Paloma oía los cánticos de la iglesia, ya que estaba cerca de una de ellas.
La descubrieron y, llevada al juicio, la condenaron a muerte. Le acompañó en el martirio la joven Santa Pomposa.
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Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

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