martes, abril 09, 2013

Traslación del cuerpo de Santa Mónica de Ostia a Roma

Traslación del cuerpo de Santa Mónica de Ostia a Roma
Abril 9

Culto, patronatos e iconografía:
Ha tenido Santa Mónica varias festividades, a lo largo del tiempo: 9 (segunda traslación) y 20 de abril (primera traslación), 4 de mayo (víspera de la conversión de San Agustín) y, actualmente, 27 de agosto (víspera de San Agustín).

Su culto, aunque tardío en la Iglesia, en la Orden Agustina comienza desde los inicios, en el siglo XII. El 20 de abril de 1162 sus restos fueron trasladados al monasterio agustino de Arras.
El 9 de abril de 1430, fueron trasladados otra vez, con gran solemnidad a Roma, hecho que se considera su canonización oficial. Fueron llevados a la iglesia de San Agustín de Plaza Navona para ser puestos junto a los de su hijo. El Concilio de Trento fijó su memoria para el 4 de mayo, el día antes de la conversión de san Agustín, celebrado el 5 de mayo, hasta el Concilio Vaticano II. luego de la reforma del calendario litúrgico, se trasladó al día de hoy, 27 de agosto, víspera de San Agustín.
Es patrona de California, de Germolles-sur-Grosne, en Bretaña, donde se le proclamó como tal en el siglo XVI, ya que un 4 de mayo cayó una granizada masiva y se pidió su protección, y no hubo heridos ni daños considerables. Esta ciudad celebraba una feria y procesión el primer domingo de mayo. Por extensión, en la región se le invoca contra el granizo. En algunos países del norte de Europa quedan imágenes y altares suyos, vestigios de otrora presencia agustina. Y, claro, allí donde están establecidos, su memoria se mantiene. En Colonia existe una hermandad "de la Correa", de inspiración agustina, que la tiene por patrona. Es patrona de madres, mujeres y esposas cristianas, protectora de las que tienen los hijos descarriados y matrimonios difíciles.

Su iconografía es bastante repetitiva. Normalmente la vemos como matrona anciana, con pañuelo en las manos, que recuerda las lágrimas por el hijo descarriado. A veces se presenta vestida, en un delicioso anacronismo, con el hábito agustino (báculo incluido), protegiendo a la orden, como madre de los religiosos y religiosas. En el arte pictórico abunda el pasaje de la conversación entre madre e hijo, en Ostia, o la conversión de Agustín. Y no falta la representación con el niño Agustín. El rosario (la oración incesante por el hijo) y el libro (la Regla de la Orden) son también atributos típicos.
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