San Sátiro de Milán,
Obispo y Confesor
Septiembre 17
Hermano de San Ambrosio
Martirologio Romano: En Milán, de la Liguria, sepultura de san Sátiro, cuyos insignes méritos relata su hermano san Ambrosio. Cuando aún no estaba iniciado en los misterios cristianos, sufrió un naufragio sin temor a la muerte, pero, salvado de las aguas, entró en la Iglesia de Dios para no morir con las manos vacías. Unido en íntima y mutua fraternidad a su hermano Ambrosio, fue enterrado por el obispo de Milán junto al mártir san Víctor (377).
Sátiro vivió en el siglo IV. Su nombre se quedó eclipsado ante la figura estelar de la Iglesia en aquellos tiempo, san Ambrosio.
Era su hermano. Se querían mucho los dos, y ambos emprendieron la carrera que les condujo directamente a la meta de la santidad. Pasaron sus pruebas pero la fe les sostuvo en todo instante.
Para que te des cuenta de su valor, Ambrosio escribió estas palabras acerca de él:" Qué haré ahora sin mi hermano tan dulce, tan bueno, mi ayuda, mi consuelo. No sé si llorar o reírme. De los tres hermanos fue san Sátiro el más inteligente e ingenioso".
Hizo la carrera de abogado y de administrativo. Su fama le distinguió en Roma porque, sin duda, fue quien hizo las defensas más brillantes entre sus compañeros de Derecho.
Le nombraron gobernador de una provincia. Siendo rico, vivía como un pobre.
Todo lo que le quedaba del sueldo de un día, lo entregaba alegremente a los pobres.
Tardó tiempo en abrazar la fe. Se pasó años de catecúmeno o de preparación para dar el salto a la vida cristiana en profundidad.
Al bautizarse, el pueblo lo eligió en seguida obispo. Viajó por Africa y otros lugares predicando y escribiendo sobre el catecismo. Al volver del continente africano, se encontró con sus hermanos y hermanas. Poco tiempo después, murió en el año 379.
Septiembre 17
Hermano de San Ambrosio
Martirologio Romano: En Milán, de la Liguria, sepultura de san Sátiro, cuyos insignes méritos relata su hermano san Ambrosio. Cuando aún no estaba iniciado en los misterios cristianos, sufrió un naufragio sin temor a la muerte, pero, salvado de las aguas, entró en la Iglesia de Dios para no morir con las manos vacías. Unido en íntima y mutua fraternidad a su hermano Ambrosio, fue enterrado por el obispo de Milán junto al mártir san Víctor (377).
Sátiro vivió en el siglo IV. Su nombre se quedó eclipsado ante la figura estelar de la Iglesia en aquellos tiempo, san Ambrosio.
Era su hermano. Se querían mucho los dos, y ambos emprendieron la carrera que les condujo directamente a la meta de la santidad. Pasaron sus pruebas pero la fe les sostuvo en todo instante.
Para que te des cuenta de su valor, Ambrosio escribió estas palabras acerca de él:" Qué haré ahora sin mi hermano tan dulce, tan bueno, mi ayuda, mi consuelo. No sé si llorar o reírme. De los tres hermanos fue san Sátiro el más inteligente e ingenioso".
Hizo la carrera de abogado y de administrativo. Su fama le distinguió en Roma porque, sin duda, fue quien hizo las defensas más brillantes entre sus compañeros de Derecho.
Le nombraron gobernador de una provincia. Siendo rico, vivía como un pobre.
Todo lo que le quedaba del sueldo de un día, lo entregaba alegremente a los pobres.
Tardó tiempo en abrazar la fe. Se pasó años de catecúmeno o de preparación para dar el salto a la vida cristiana en profundidad.
Al bautizarse, el pueblo lo eligió en seguida obispo. Viajó por Africa y otros lugares predicando y escribiendo sobre el catecismo. Al volver del continente africano, se encontró con sus hermanos y hermanas. Poco tiempo después, murió en el año 379.
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Autor: P.
Felipe
Santos
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