Beato Querubin Testa de Avigliana, Sacerdote Agustino
Septiembre 17Perteneciente a la noble familia Prueba, Querubín nació en Avigliana, provincia de Turín (Italia), el año 1451. Abrazó en edad temprana la vida religiosa y vistió el hábito de los Ermitaños de S. Agustín en el convento local de la Orden, fundado por el beato Adriano Berzetti de Buronzo. Allí llevó, hasta al final de su breve existencia, una austera vida de mortificación y santidad, marcada siempre por un profundo espíritu de obediencia y una inmensa piedad. Se distinguió, además, por su pureza y por una particular profunda devoción a la Pasión de Cristo, hasta el extremo de pasar gran parte del día llorando, en extática contemplación de Jesús crucificado.
Querubín murió, con sólo
veintinueve años, el 17 de septiembre de 1479, en el convento de Avigliana. Se
cuenta que, en el momento mismo en que exhaló el último aliento, las campanas
del lugar comenzaron a tocar por sí solas, como para anunciar a los cuatro
vientos el feliz tránsito de su alma al
paraíso.
En una pintura existente tiempo
atrás en el claustro del antiguo convento agustino de Tolentino, en las Marcas,
el beato Querubín estaba representado con la aureola del santo, una azucena
florecida sobre el corazón y un crucifijo en la mano derecha. Bajo la imagen se
podía leer la siguiente inscripción: Beatus Cherubinus de Aviliana, conventus S.
Augustini Avilianae magnus splendor. La razón por la que fue representado con la
azucena floreciente que salía del corazón, es explicada por algunos antiguos
escritores agustinos, como, por ejemplo, Torelli y Elsen, con el hecho de que
advirtiendo algunos religiosos que surgía una suave fragancia de su sepulcro
cada vez que pasaban delante del mismo para ir al coro, se decidió exhumar el
cuerpo del beato para trasladarlo a una sepultura más digna; y al abrir el
sepulcro todos pudieron ver que una azucena perfumada había brotado
milagrosamente del corazón de
Querubín.
Tales prodigios, ocurridos
después de su muerte, favorecieron la inmediata afirmación del culto en su
honor, conservado siempre vivo, e hicieron posible conseguir la solemne
confirmación por parte de Pío IX, el 21 de septiembre de
1865
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Autor: Niccolò Del Re | Fuente:
Osanet.org
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