martes, diciembre 10, 2013

Evangelio Diciembre 10, 2013

La misericordia de Dios
Mateo 18, 12-14.
Adviento.
Quien va con el Señor, incluso en los valles oscuros del sufrimiento, la incertidumbre y todos los problemas; como la oveja, se siente seguro.
Del santo Evangelio según san Mateo 18,12-14

¿Qué os parece? Si tiene un hombre cien ovejas, y se le extravía una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve e irá a buscar la extraviada? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegrará por ella más que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Así, pues, no es voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda ni uno solo de esos pequeñuelos.

Oración introductoria
¡Cómo no admirarme de tu paciencia para con el hombre, si Tú te dignas vivir entre pecadores que no te conocen y no te hacen caso! Tú perdonas lo que el hombre no sabe perdonar. Tú olvidas las ingratitudes. Enséñame a ser una persona misericordiosa como Tú lo has sido conmigo. Soy una persona ciega y dominada por el egoísmo.
Gracias, Señor, porque Tú me has cuidado cada vez que me pierdo, ya sea consciente o inconscientemente. Gracias por cargarme en tus hombros, pues soy una persona muy débil. Muchas gracias.

Petición
Dulce Jesús, que has salido a buscarme para que no me perdiera. Dame la gracia de ser un hijo tuyo que pueda seguir tu ejemplo de paciencia y misericordia para con los que me rodean.

Meditación del Papa Francisco
¿Qué quiere decir ser "Pueblo de Dios"? Ante todo quiere decir que Dios no pertenece en modo propio a pueblo alguno; porque es Él quien nos llama, nos convoca, nos invita a formar parte de su pueblo, y esta invitación está dirigida a todos, sin distinción, porque la misericordia de Dios «quiere que todos se salven».
A los Apóstoles y a nosotros Jesús no nos dice que formemos un grupo exclusivo, un grupo de élite. Jesús dice: id y haced discípulos a todos los pueblos. San Pablo afirma que en el pueblo de Dios, en la Iglesia, "no hay judío y griego... porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús". Desearía decir también a quien se siente lejano de Dios y de la Iglesia, a quien es temeroso o indiferente, a quien piensa que ya no puede cambiar: el Señor te llama también a ti a formar parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor. Él nos invita a formar parte de este pueblo, pueblo de Dios. (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013).

Reflexión
Tenemos una seguridad de la gran misericordia y paciencia de Dios para con el hombre: "Tú estás conmigo: ésta es nuestra certeza, la certeza que nos sostiene". Es una certeza saber que Nuestro Señor Jesucristo siempre va a nuestro encuentro, y que se alegra de tenernos a su lado.
Sin embargo, Él permite que nos perdamos en ocasiones para que comprendamos que nos cuida en cada momento, que está a nuestro lado. Pero hay que recordar que tenemos un deber muy grande al llevar a Cristo a los demás, y que, con nuestra certeza de que Él nunca nos dejará solos, haremos que las personas también se den cuenta de ello, y confíen más en Jesucristo.

Propósito
Haré un sacrificio por aquellos que se han extraviado, para que Nuestro Señor les ayude y puedan regresar al redil.

Diálogo con Cristo
Señor Jesús, después de meditar contigo sobre la misericordia que tienes con aquellos que se han perdido por no hacer caso a lo que Tú quieres, te doy gracias por regalarme la certeza de que nunca me dejarás en los momentos en los yo me pierda, sabiendo que me esperas y que siempre sales a mi encuentro.
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Autor: Andrés González Cristóbal, LC | Fuente: Catholic.net

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