Febrero 22 - 23
Hermana de Luis VIII
Martirologio Romano: En Longchamp, suburbio de París, en Francia, beata Isabel, virgen, que, siendo hermana del rey san Luis IX, renunció a matrimonio de realeza y a ventajas mundanas y fundó un monasterio de Hermanas Menores, con las que sirvió a Dios en humildad y pobreza (1270).
Etimológicamente: Isabel = Aquella a quien Dios da la salud, viene de la lengua hebrea.
Fecha de beatificación: Su culto fue confirmado por el papa León X el año 1521
Nació el año 1225 y era hija del rey Luis VIII de Francia y de su esposa Blanca de Castilla, y era, por tanto, hermana del rey San Luis IX.
Isabel se cría en la corte paterna bajo los cuidados de su madre que infundió en ella, como en su hermano Luis, los más fervorosos sentimientos religiosos y el horror al pecado. Ya de pequeña aprendió a amar a los pobres y a emplear mucho tiempo en los actos de piedad y culto divino.
Solicitó su mano el príncipe Conrado, hijo y heredero del emperador Federico II. La propuesta fue acogida con satisfacción por la reina viuda Blanca de Castilla y por su propio hermano Luis, y al papa Inocencio IV, a quien se había dado noticia de la petición, le pareció buena para soldar la paz entre los príncipes cristianos y le escribe a Isabel diciéndole que contaría con su bendición. Pero Isabel contesta al papa que ella ha hecho voto de virginidad y que desea mantener su consagración a Dios. Inocencio IV contesta a la princesa que no puede menos que alabarla por esta deliberación y que la animaba a proseguir en tan santo propósito.
Isabel prosigue entonces en medio de la corte llevando una vida dedicada a la caridad y a la piedad y puede ver cómo su hermano Luis, llevado de un alto idealismo, marcha a las Cruzadas, donde sus armas no consiguen el triunfo esperado sino que incluso es apresado y a gran precio recupera la libertad. Estando su hermano ausente, muere su madre Blanca.
A partir de entonces ya no se cree necesaria en la corte y piensa poner en práctica el propósito concebido de fundar un convento de clarisas en el que pasar el resto de sus días. Su hermano le da la oportuna licencia y surge así el convento de Longchamp el año 1257, que ella coloca bajo la advocación de la Humildad de Nuestra Señora. Parece claro que, aunque la Orden Franciscana presenta a Isabel como monja de la segunda orden y con ese título se confirmó su culto, en realidad ella nunca profesó ni emitió los votos religiosos. Vivió en un ala del convento, en una especie de casa aparte, no en las celdas de las monjas, y continuó su costumbre de generosidad extrema con los pobres. De esta forma además evitó el que las monjas la pudieran elegir abadesa.
Su vida fue santa: toda ella dedicada a la oración, la penitencia y las buenas obras, pudiendo ser vista en éxtasis con que el Señor la favorecía.
Murió el 22 [para otros, el 23] de febrero del año 1270, y su culto fue confirmado por el papa León X el año 1521 al permitir al monasterio de Longchamp celebrar su fiesta, que posteriormente el papa Inocencio XII, a finales del s. XVIII, extendió a toda la Orden Franciscana.
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Fuente: Franciscanos.org
Nació en París el año 1225, hija de los reyes de Francia Luis VIII y Blanca de Castilla, y hermana del rey San Luis IX. Su madre le inculcó una religiosidad profunda y un gran amor a los pobres. Solicitó su mano el hijo y heredero del emperador Federico II, pero ella había optado por consagrarse a Dios y se mantuvo en su propósito. A la muerte de su madre y con la ayuda de su hermano fundó el convento de clarisas de Longchamp, cerca de París, en el que pasó el resto de su vida, armonizando la vida intensa de oración y penitencia con su prodigalidad en la atención de los pobres. Dios le concedió carismas místicos extraordinarios. Con la ayuda de san Buenaventura y otros maestros de París adaptó para sus monjas la Regla de santa Clara, que no sabemos si ella profesó. Murió el 22 [para otros, el 23] de febrero de 1270.
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Nació el año 1225 y era hija
del rey Luis VIII de Francia y de su esposa Blanca de Castilla, y era, por
tanto, hermana del rey San Luis IX.
Isabel se cría en la corte paterna
bajo los cuidados de su madre que infundió en ella, como en su hermano
Luis, los más fervorosos sentimientos religiosos y el horror al pecado.
Ya de pequeña aprendió a amar a los pobres y a emplear mucho
tiempo en los actos de piedad y culto divino.
Solicitó su mano el príncipe
Conrado, hijo y heredero del emperador Federico II. La propuesta fue acogida
con satisfacción por la reina viuda Blanca de Castilla y por su propio
hermano Luis, y al papa Inocencio IV, a quien se había dado noticia de
la petición, le pareció buena para soldar la paz entre los
príncipes cristianos y le escribe a Isabel diciéndole que
contaría con su bendición. Pero Isabel contesta al papa que ella
ha hecho voto de virginidad y que desea mantener su consagración a Dios.
Inocencio IV contesta a la princesa que no puede menos que alabarla por esta
deliberación y que la animaba a proseguir en tan santo propósito.
Isabel prosigue entonces en medio de la
corte llevando una vida dedicada a la caridad y a la piedad y puede ver
cómo su hermano Luis, llevado de un alto idealismo, marcha a las
Cruzadas, donde sus armas no consiguen el triunfo esperado sino que incluso es
apresado y a gran precio recupera la libertad. Estando su hermano ausente,
muere su madre Blanca.
A partir de entonces ya no se cree
necesaria en la corte y piensa poner en práctica el propósito
concebido de fundar un convento de clarisas en el que pasar el resto de sus
días. Su hermano le da la oportuna licencia y surge así el
convento de Longchamp el año 1257, que ella coloca bajo la
advocación de la Humildad de Nuestra Señora. Parece claro que,
aunque la Orden Franciscana presenta a Isabel como monja de la segunda orden y
con ese título se confirmó su culto, en realidad ella nunca
profesó ni emitió los votos religiosos. Vivió en un ala
del convento, en una especie de casa aparte, no en las celdas de las monjas, y
continuó su costumbre de generosidad extrema con los pobres. De esta
forma además evitó el que las monjas la pudieran elegir
abadesa.
Su vida fue santa: toda ella dedicada a la
oración, la penitencia y las buenas obras, pudiendo ser vista en
éxtasis con que el Señor la favorecía.
Murió el 22 [para otros, el 23] de
febrero del año 1270, y su culto fue confirmado por el papa León
X el año 1521 al permitir al monasterio de Longchamp celebrar su fiesta,
que posteriormente el papa Inocencio XII, a finales del s. XVIII,
extendió a toda la Orden Franciscana.
=
[Año cristiano. Febrero. Madrid, BAC,
2003, pp. 480-481]
BEATA ISABEL DEL FRANCIA
(1225 - 1270)
Virgen de la Segunda Orden (1225-1270).
León X concedió oficio y misa en su honor el 11 de enero de
1520.
Isabel nació hacia 1225, hija de
Luis VIII, rey de Francia, y de Blanca de Castilla, quien con piedad,
inteligencia y energía supo formar santos también en trono real.
La joven princesa fue iniciada en la oración y en una tierna
devoción al Señor y a la Santísima Virgen, en la
meditación y las prácticas de la vida cristiana. La escuela y el
ejemplo de Blanca de Castilla nos dieron un San Luis IX, rey de Francia, y la
Beata Isabel. Experta en labores de bordado y tejido, donó a las
iglesias ornamentos confeccionados con sus propias manos y adoró la
Eucaristía con todo el ánimo de su corazón.
Ayunaba tres veces por semana, se
alimentaba parcamente. Evitaba las diversiones. Sus recreaciones eran en
compañía de su hermano Luis y de las damas que estaban a su
servicio. Con frecuencia visitaba a los enfermos en los hospitales o en sus
casas, atendía a sus necesidades y les endulzaba sus penas.
Enfermó gravemente, de modo que se temió por su vida; sanó
gracias a las oraciones y cuidados de su madre Blanca.
Conrado, hijo del emperador Federico II, la
pidió en matrimonio, con gran alegría de Blanca y de su hermano
el rey Luis, y del papa Inocencio IV, pero ella declaró que había
hecho voto de virginidad y que nadie la haría desistir de su
decisión.
Para mejor realizar su vocación
religiosa, en los alrededores de París hizo construir un monasterio en
1261, y adoptó la regla de la Segunda Orden de Santa Clara. Las
religiosas que habían seguido su ejemplo provenían de la nobleza
y pertenecían a la corte de Francia. Para una mejor formación
franciscana de la nueva comunidad, hicieron venir cuatro religiosas de otros
monasterios.
Isabel vivió nueve años en el
monasterio y lo honró con sus virtudes. Murió el 23 de febrero de
1270, a los 45 años de edad. Algunas religiosas en el mismo instante
oyeron cantos angélicos que decían: «En la paz está
su morada». San Luis estuvo presente en los funerales de su querida
hermana y tuvo palabras de consuelo para la comunidad de las Clarisas.
=
[Ferrini-Ramírez, Santos
franciscanos para cada día. Asís, Ed. Porziuncola, 2000, pp.
60-61]
=
Tomado de: franciscanos.org
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