jueves, febrero 21, 2013

San Pipino o Pepino de Landen, Duque de Brabante

San Pipino o Pepino de Landen, Duque de Brabante
Febrero 21

Jefe de palacio de los reyes de Austrásia, Francia, s. VII. Tras la muerte de Carlos Martel en 741, sus cargos de mayordomo de palacio fueron repartidos entre sus dos hijos, Carlomán, mayordomo del palacio de Austrasia, y Pipino, mayordomo del palacio de Neustria.

Es el periodo en el que la decadencia de la dinastía merovingia se halla en su justo medio, cuando los jóvenes "reyes holgazanes" no tienen ya ninguna autoridad y los mayordomos de palacio son los verdaderos dirigentes del Estado. Carlomán y Pipino se reparten entonces el poder del reino franco, que gobernarán entre los dos, luchando, en primer lugar, por devolver la estabilidad a las fronteras del reino.

Comienzan enseguida una reforma de la Iglesia con la ayuda del obispo Bonifacio y se realizan dos concilios: el primero en Austrasia, convocado por Carlomán en 742-743; el segundo por Pipino, en 744 en Soissons (Neustria), en el que adoptará las decisiones tomadas en el concilio de Austrasia. Esta reforma establecerá la jerarquía en el seno del clero franco, a cuya cabeza se encuentra Bonifacio (evangelizador de Germania), como dirigente de los obispos repartidos por las ciudades del reino.

Pepino, halló el medio para unir la piedad con las riquezas, la santidad y la humildad con las grandezas del mundo. Supo conciliar el favor del rey sin perder la amistad de Dios. Acercábase a menudo al tribunal de la penitencia, siempre con los pies desnudos y los ojos llenos de lágrimas. Sus principales consejeros fueron dos santos obispos. Gracias a sus consejos, vivió en el mundo sin dejarse seducir por sus falsas máximas ni corromperse con sus malos ejemplos.

Murió en el año 646. Manera de vivir como hombre de mundo y como buen cristiano: No debemos tener miedo de disgustar a los hombres, de atraernos su desprecio y de llegar a ser objeto de sus burlas, si ello es necesario para hacer que Dios nos ame y estime. Hemos de salvarnos, cueste lo que cueste. De lo dicho, sacamos dos conclusiones: nada debemos hacer contra Dios por temor a los hombres, y nada debemos omitir de lo que pueda contribuir a su gloria, con la mira puesta en atraernos su estima y su amistad. No trabajamos para los hombres: ellos no nos recompensarán ni nos castigarán después de esta vida; Dios sólo nos puede hacer felices durante la eternidad.
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Fuente: oremosjuntos.com

1 comentario:

  1. está un poco enredado esta "biografía", pero este tipo es el famoso Pipino el Viejo, sus descendientes no son no son ni mas ni menos que los carolingios, y sus descendientes más modernos son los Borbones, o sea Felipe VI Borbon de España lleva la sangre de este hombre, les dejo el dato saludos...

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