Febrero 24
(† 155) Etimológicamente significa "falso amigo". Viene de la lengua alemana. Los hagiógrafos armenios narran que en aquellos tiempos, el emperador romano envió a su primo Vartan a Sanadrouk, rey de Armenia. Había asuntos importantes que necesitaban una solución urgente.
Le acompañaban en esta misión delicada cuatro altos funcionarios del imperio. Su sorpresa fue mayúscula cuando encontraron en la misma corte real al apóstol san Judas que intentaba convertir al propio Sanadrouk.
Todos sus esfuerzos resultaban vanos. Sin embargo ellos cuatro se bautizaron y abrazaron la fe en Cristo. El rey armenio, en lugar de reaccionar de forma elegante, mandó que dieran muerte a san Judas. Se encontraron con tres georgianos que iban a darle un homenaje a la reina de Armenia, su prima. Vartano los convirtió y los bautizó con gran gozo para su alma. Estos jóvenes se unieron a los romanos para vivir como ellos.
Vivieron felices hasta que el hijo de Sanadrouk los mató por no haber hecho la visita a la reina. También dieron muerte a los chicos romanos por haber hecho proselitismo. Murieron en febrero del año 155.
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Fuente: oremosjuntos.com
Se sitúa su martirio en el siglo I.
En aquel tiempo, el emperador romano envió a su primo Vartán a Sanadruk, rey de Armenia, acompañado de cuatro funcionarios de alto rango. Encontraron en la corte a san Judas que intentaba sin éxito convertir al rey Sanadruk. Ellos, en cambio, creyeron de inmediato en el Evangelio y fueron bautizados.
Cuando se enteró Sanadruk hizo que mataran al apóstol Judas. Saliendo de incógnito de la corte, los nuevos cristianos buscaron un lugar apartado donde poder, sin peligro de muerte, practicar los consejos evangélicos. Lo encontraron en las fuentes del Eufrates y se establecieron allí, dedicándose en adelante sólo a la oración y a la agricultura.
Con el paso de los años volvió a rondarles la idea de que tal vez era el momento de intentar de nuevo la conversión de Sanadruk. Se pusieron en camino, pero dieron media vuelta al saber que el monarca armenio había prometido exterminar a cuantos cristianos cayeran en sus manos. Un gran consuelo les esperaba en el camino de regreso. Se encontraron a tres georgianos que iban a visitar a su prima la reina de Armenia. Vartán los bautizó y, como manifestaran vocación religiosa, regresaron todos juntos a las fuentes del Eufrates.
Vivieron felices allí bajo la dirección de Vartán hasta el día en que llegó el hijo de Sanadruk con intención de matarles por haberse hecho cristianos. De paso, también dieron muerte a Vartán y a sus amigos romanos, acusados de hacer proselitismo en el reino.
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