miércoles, marzo 13, 2013

San Eldrado o Heldrado Novalose, Abad

San Eldrado o Heldrado Novalose, Abad
Marzo 13

Martirologio Romano: En el monasterio de Novalesa, a los pies del Monte Cenisio, en el valle de Susa, san Herald, abad, que, muy interesado por el culto divino, enmendó el salterio y cuidó de construir nuevas iglesias. 840.
 
Natural de Lambesc en Provenza, era de buena familia y gastó su patrimonio en buenas obras; marchó en peregrinación a Roma y Santiago de Compostela. Por otros peregrinos oyó hablar de la abadía benedictina de Novalesa, Piamonte, donde ingresó (c. 810) y fue abad durante 30 años. Cuidó la biblioteca; fue un estudioso del culto divino, enriqueciendo el salterio y fue un gran constructor: erigió un hospicio en Moncenisio. El emperador Lotario le donó el monasterio de Pagno, en Cúneo.

Fue celoso en el culto al Señor, se distinguió como constructor de nuevas iglesias, entre las cuales está la de San Pedro en su nativa Lambesc, como las cuatro en Monestier-les-Bains y el grandioso campanario de la abadía de Novalesa; además fue revisor del “Salterio” (recogió, del texto hebreo, los salmos en 6 libros); le preocupaba las imprecisiones y los errores que encontró en el libro de los “Salmos” copiados por copistas ignorantes, que generaban más ignorancia. Decidió ofrecer a los celebrantes y a los fieles los textos bíblicos en su total pureza en versión latina y para este trabajo se lo encomendó a Floro, un doctísimo diácono de origen español, que vivía y enseñaba en Lyon.
 
Así Herald y Novalesa, ofrecieron a los cristianos de toda Europa un “Salterio” revisado “según la regla de la verdad”. Vehículos importantes de esta difusión fueron los peregrinos que llegaban a la abadía, participando de la vida litúrgica: y que difundieron en sus países la versión correcta de los “Salmos”. Entre sus méritos está su capacidad para tutelar los derechos de la abadía, en aquel tiempo en su máximo explendor y de construir un nuevo monasterio en Monestier, en Francia.

Su presencia está documentada, como abad de una de las 16 abadías más importantes de la época, esto es Novalesa, posiblemente entre los años 820-825 y 840-845. Pero el testimonio más claro de su santidad, es la existencia en el interior de la abadía, de una iglesia que lleva su nombre. Murió en Novalesa y sus reliquias están en la iglesia parroquial de este pueblo.

 Eldrado nació en el año 781, en la localidad de Ambel, a medio camino entre Grenoble y Gap. Pertenecía a una familia muy rica, de la aristocracia de la Provenza, sus padres y Aldrado Léodda, eran los propietarios del castillo de Ambel, recibió una exquisita educación religiosa e intelectual. Huérfano a los veinte años, heredó una gran fortuna que administraba bien, destinando una parte de ella a obras de caridad, como el hospital que él mismo mandó edificar y costeaba.


Pero se sentía llamado a vivir la pobreza evangélica y decidió desprenderse de sus bienes, dando una parte de ellos a la Iglesia y otra parte distribuyéndola entre los pobres y peregrinos, comenzando a trabajar la tierra. Entonces decidió dejar todo y vivir como un peregrino, comenzando su peregrinar a través de la Provenza y Languedoc.


Pero en dicho viaje, encontró un grupo de cristianos que se dirigían de peregrinación a la ciudad de Santiago de Compostela, con los que se unió para realizar dicha peregrinación. Por otros peregrinos oyó hablar de la abadía benedictina de Novalesa, Piamonte y cuando regresó a los Alpes, comenzó a buscar dicho monasterio en el que profesar, pues le habían indicado que era muy austero.


Cuando lo hubo encontrado, llamó a la puerta de la Abadía Novalesa, a los pies del Montecenisio en el valle de Susa, en la provincia de Turín (Italia). Pero ocurrió que el abad Arnulfo, con ganas de demostrar su determinación, le dio un palo y la bolsa de peregrino y lo envió en la carretera, para que siguiera caminando.


Posteriormente en el año 810, fue finalmente admitido en Novalesa, como un monje observante, dio pruebas de su Fe y ejemplaridad, por todo ello se le confió el cuidado de los jóvenes monjes. Luego fue elegido abad años más tarde, concretamente en el año 815, fue un abad celoso en el culto al Señor, que procuró en todo el bien del monasterio.


Así mismo, se distinguió como constructor de nuevas iglesias, entre las cuales está la de San Pedro en Lambesc, fue muy apasionado del culto divino, revisando el salterio y promovió la construcción de nuevas Iglesias, también destinaba su tiempo abriendo hospicios en los pasos de Mont Cenis y Lautaret.


También le preocupaba las imprecisiones y los errores que encontró en el libro de los “Salmos”, copiados por copistas ignorantes, que generaban más ignorancia. Decidió ofrecer a los celebrantes y a los fieles los textos bíblicos en su total pureza en versión latina y para este trabajo se lo encomendó a Floro, un doctísimo diácono de origen español, que vivía y enseñaba en Lyon.


Ansioso de ayudar a los peregrinos que estuviesen en peligro en las carreteras de la época, envió monjes a varios puntos de hospedajes para proteger a los fieles, también creó un monasterio en el valle de Guisane, cerca de Briançon, el monasterio desapareció, pero el pueblo de Monêtier, que se formó a su alrededor, se mantiene en la actualidad, llamándose Monêtier-les-Bains.


Eldrado murió en olor de santidad, en la Abadía de Novalesa, su alma se elevó al Paraíso Celestial a la presencia del Sumo Hacedor, en el año 844, fue canonizado el día 9 de diciembre del año 1903, por el Papa Pío X.

Sus reliquias se conservan en una urna de plata en relieve en la Iglesia parroquial de Novalesa.


Vidas Santas




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