Marzo 6
Benedictino irlandés; parece que fue monje de Luxeuil y abad de Saint Hilaire de Poitiers y que marchó de misionero fundando el monasterio de Scïckingen o Säckingen, en el Rhin, apoyado por el rey Clodoveo II. Se le atribuye la fundación de la ciudad de Glarus, que dependendía del monasterio de Säckingen. Evangelizador y patrón de Glaris (Suiza), en cuyo escudo aparece representado.
Según los historiadores modernos, la abadía de Säckingen en realidad fue fundada por monjes del Poitou que llevaron las reliquias de san Hilario y de Fridolino; pero el santo nunca habría estado allí mientras vivió. Se ha propuesto identificarlo como el sacerdote Fridoaldo, discípulo de san Columbano, con el obispo Balderico de Speyr (970-986).
Fridolino o Fridolin, nació en la segunda mitad del siglo V, en Irlanda, siendo descendiente de una noble familia irlandesa, enormemente estimada y respetada en dicha región. Desde su más tierna infancia Fridolino tuvo una formación cultural excelente, como correspondía a su rango familiar. También Fridolino tuvo una educación religiosa extraordinaria, impregnándose de la enorme espiritualidad reinante en el seno familiar, pues sus padres eran muy religiosos y temeros de Dios. Conforme fueron pasando los años, Fridolino comenzó a sentir unos profundos deseos, por dedicar a su vida al servicio de Dios y el prójimo.
No obstante Fridolino ramificó sus estudios en una formación científica, demostrando ser un brillante estudiante, pues obtenía excelentes resultados. No obstante como sus sentimientos estaban tan arraigados por dedicar su vida al servicio de Dios, se preparó con gran brillantez y poniendo el máximo interés, en su formación religiosa, obteniendo extraordinarios frutos y siendo ordenado sacerdote. Tras su ordenación sacerdotal, Fridolino, comenzó a ejercer sus funciones, siendo un excelente orador y un magnifico evangelizador, pero él deseaba dedicarse a realizar una labor evangelizadora como peregrino.
Con el propósito de ser un buen evangelizador itinerante, en primer lugar Fridolino se trasladó a Francia comenzando su peregrinaje, hasta que llegó a Poitiers. En la citada ciudad de Poitiers, Fridolino tuvo una visión, en la cual se le indicaba, que tenía que restaurar la tumba de San Hilario y el monasterio dedicado al citado santo, pues dicho monasterio había sido destruido. Tras obtener Fridolino dicha visión, rápidamente se la comentó al obispo que le había acogido dándole hospedaje en su casa. Dicho obispo tras escuchar el relato de la visión, le sugirió a Fridolino comentárselo y solicitar la ayuda de su amigo el rey Clodoveo I.
Por mediación del obispo, Fridolino pudo informar a Clodoveo I, de dicha visión con todo lujo de detalles y sus profundos deseos de cumplir dicha visión, inmediatamente le apoyó y ayudó económicamente para llevar a buen fin dicho proyecto. Tan pronto Fridolino obtuvo gracias a Dios, la ayuda del rey Clodoveo I, comenzó, a cumplir inmediatamente dicha visión, con el propósito de llevarla a buen fin. Además de ejecutar y cumplir lo indicado en dicha visión, Fridolino también aprovechó el tiempo en realizar una gran labor evangelizadora, en dicha ciudad y sus inmediaciones, impulsando también el culto a San Hilario.
Posteriormente Fridolino, tuvo un sueño, donde se le apareció nuevamente San Hilario y le dijo que se trasladara a una isla deshabitada del Rin, en Alemania. A raíz de dicho sueño, Fridolino en obediencia a esta llamada, decidió partir, pero antes quiso visitar al rey Clodoveo I, para agradecerle toda la ayuda prestada, al tiempo que le contó el nuevo sueño. En esta ocasión el rey le concedió a Fridolino, la posesión de la isla, que aún se desconocía cuál era, no obstante le entregaba la totalidad de la propiedad de todas sus tierras, para sus misiones pastorales.
Seguidamente Fridolino, pronto emprendió el camino y se fue de la ciudad de Poitiers, continuando nuevamente con su labor de evangelizador itinerante. Durante su peregrinar, a través de Estrasburgo y Chur, fundó iglesias en cada distrito, dedicadas a San Hilario y también se le atribuye la fundación de la ciudad de Glarus, en Suiza, de la que fue nombrado su patrón. Entre los frutos de su peregrinar evangelizador, tuvo especial significado la conversión a la Fe cristiana de Urso, un gran terrateniente, el cual a su muerte le legó a Fridolino, todas sus grandes propiedades, en la actualidad el cantón de Glaro, en Suiza.
En las tierras donadas, Fridolino fundó varias iglesias dedicadas a San Hilario, pero Landolfo el hermano de Urso, no reconocía, ni estaba de acuerdo con la legitimidad de dicha donación, por lo cual acudió ante un tribunal de la corte, en Rankweil. Según la leyenda, Fridolino, para probar su título, resucitó a Urso entre los muertos, para que confirmara y testificara el legado, a su favor, mientras totalmente aterrado Landolfo, accedía a donar todo a Fridolino. Con muchísima frecuencia, se representa a Fridolino, con un cadáver en descomposición o un esqueleto, en referencia de la leyenda mencionada con anterioridad.
Tras dichos acontecimientos, Fridolino continuó su peregrinar, hasta que finalmente encontró la isla de Säckingen en el río Rin, la cual reconoció como su destino, gracias a sueño, comenzando inmediatamente a construir una iglesia. Pero dicha isla la usaban los habitantes de las orillas del río Rin, para pastar su ganado e inicialmente lo confundieron con un ladrón de ganado y luego cuando Fridolino inició la construcción de la iglesia, iniciaron una campaña ahuyentándolo, pues querían expulsarlo. Sin embargo, con total humildad, Fridolino se dirigió a ellos y les mostró la escritura de donación del rey Clodoveo I, con el cual el asunto quedó resuelto y finalmente se le permitió establecerse en dicho lugar.
Al poco tiempo Fridolino, terminó la construcción de la Iglesia y fundó un monasterio, también en honor de San Hilario, siendo el primer abad de dicho monasterio. Tras haber puesto en marcha el citado monasterio, Fridolino, continuó nuevamente su labor como evangelizador itinerante y fundó el monasterio escocés Schottenstift, en Constanza, extendiendo su misión evangelizadora a Augusta. Luego Fridolino, regresó al recién monasterio fundado y se establecido en él, siendo el primer abad del mismo, ejerciendo sus funciones con extraordinaria humildad y caridad, llevando una vida de total penitencia, meditación, ayuno y mucha oración, hasta el final de sus días.
Su alma se elevó al Paraíso Celestial, a la presencia del Sumo Hacedor, el día 6 de marzo del año ca. 540, en el monasterio de San Hilario, en Bad Sächkingen, actualmente pequeña ciudad del distrito de Waldshut, estado federado de Baden Wurtemberg en Alemania. Dicha ciudad se conoce por la “ciudad del trompetero”, por la novela escrita por Joseph Víctor von Sheffel. Después de su muerte, Fridolino, recibió cristiana sepultura en el mismo monasterio que él había fundado, en Sächkingen.
El monasterio de San Hilario, fundado por Fridolino, aún tenía una gran importancia en el siglo IX, habiéndose hallado un documento más antiguos, el cual registra una donación del Monasterio, efectuada por Carlos El Grande o Carlomagno, a una de sus esposas. San Fridolino de Säckingen, es muy venerado y recordado, como el Apóstol de los alemanes, pues fue un misionero irlandés, el primero en evangelizar entre los alemanes del Alto Rin, en la época de los Merovingios.
Algunos indicios de la vida de San Fridolino, se conocen gracias a Balther, monje de Säckingen, el cual manifiesta haber obtenido dicha información de una biografía descubierta en el Monasterio de Ellen en el Mosela, fundado por Fridolino y que como no pudo copiarla por falta de pergamino y tinta, la había aprendido de memoria. Al no tenerla por escrito, confió en la tradición oral, para escribir su biografía a principios del siglo XI, indicando que pertenecía a una noble familia de Irlanda, y siendo misionero peregrinó por Francia, fundando iglesias y dos monasterios en honor a San Hilario, del cual había tenido varias visiones.
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