San Juan de Dios, Religioso
Marzo 8
"En el año de 1538, reinando en españa el Emperador Carlos V, y siendo
Arzobispo de la Ciudad de Granada don Gaspar de Avalos... que alcanzó
felicidad en sus tiempos, de florecer en su obispado hombres señalados
en santidad y virtud; entre los cuales fue unop, pobre, bajo y desechado
en los ojos de los hombres, pero muy conocido y estimado en los de
Dios, pues mereció llamarse en apellido Juan de Dios”
Se trata de Juan Ciudad Duarte, un hombre nacido año 1495 en el pueblo
portugués de Montemor o Novo, del obispado de Évora, Portugal y que
muere en Granada, España, el año 1550 a la edad de 55 años, siendo
considerado uno de los tesoros de la ciudad. Para todos es conocido como
"el santo". El apellido de Dios le vino impuesto por un Obispo
conocedor de su obra a favor de los pobres y enfermos. No cabe mayor
honor que apellidarse de Dios y nada refleja mejor el modo de hacer de
este hombre.
Aparece a la edad de ocho años en el pueblo
toledano de Oropesa. En las biografías de Juan de Dios, hay las grandes
lagunas y muchos interrogantes, algunos todavía no resueltos, en
relación a su ascendencia, pueblo, familia, vida, hasta bien entrado en
años... La tradición habla que vino con un clérigo que pasó por su casa y
es acogido en la de Francisco Cid Mayoral donde vivió mucho tiempo,
casi la friolera de 29 años en dos ocasiones diferentes.
Siendo
mancebo de veintidós años le dio voluntad de irse a la guerra" luchando
en la compañía del Conde de Oropesa, al servicio del Emperador Carlos V
que fue en socorro de la plaza de Fuenterrabía atacada por el Rey
Francisco I de Francia. La experiencia no puede ser más desastrosa, está
a punto de ser ahorcado y regresa de nuevo a Oropesa hasta que es
solicitado para defender Viena, en un momento de amenaza por parte de
los turcos.
Después de estas experiencias guerreras vuelve al
oficio de pastor, leñador para ganarse el sustento, albañil en la
construcción de las murallas de Ceuta y finalmente, inicia en Gibraltar
el oficio de librero, que ejerce en Granada de forma estable en un
puesto de la calle Elvira, hasta su conversión.
En Granada
comienza la ve Juan de Dios, cuando más asentado y cuando al parecer,
había terminado su “andadura” española y europea. Juan había caminado
tanto en bucsa de una cita que por fin acontece el año 1539, fiesta de
S. Sebastián en el Campo de los Mártires, a la vera de la Alhambra. Ese
día un predicador de fama, S. Juan de Ávila es el encargado del sermón.
No sabemos qué munición usó el "maestro Ávila", el caso es que el
corazón de Juan de Dios quedó tocado, sus palabras "se le fijaron en las
entrañas" y "fueron a él eficaces", dice su biógrafo Castro. Juan
parece haberse vuelto loco y grita, se revuelca clamando "misericordia".
Se produce un total despojo de sus pocos haberes, hasta de sus
vestidos...
El pueblo se divide: unos dicen que era loco y
otros que no era sino santo y que aquella obra era de Dios. Aquello era
ni más ni menos que la cita con Dios.
No es un asunto fácil.
Desde ahora comienza una nueva aventura totalmente inédita en la vida de
Juan. Después de la experiencia espectacular de su conversión tiene que
entrar en contacto con los pobres más marginados de siempre, los
enfermos mentales. “Dos hombres honrados compadecidos tomaron de la mano
a Juan y lo llevaron... ¿Dónde? Al manicomio. Un ala del Hospital Real
de Granada estaba ocupada por los locos. Allí, siente en sus carnes el
duro tratamiento que se da a estos enfermos en su propia carne y se
rebela de ver sufrir a sus hermanos. De esta experiencia surge la
conversión a los hombres, que ya serán para Juan, "hermanos".
"Jesucristo me traiga a tiempo y me dé gracia para que yo tenga un
hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de
juicio, y servirles como yo deseo".
El corazón herido, cogido
por el amor desbordante de Dios no le dejará en paz hasta el último
momento en que muere de rodillas. En el año 1539, de acuerdo con san
Juan de Avila, es huésped en Guadalupe donde se prepara en las artes
médicas, y en 1540 inicia su primera obra, un pequeño hospital en la
calle de Lucena, "tanta gente acudía por la fama de Juan y por su mucha
caridad que los amigos le compraron una casa para hospital en la cuesta
Gomérez”.
La fama de Juan es grande en Granada: acoge a todos
los pobres inválidos que encuentra, a los niños huérfanos y abandonados,
visita y rehabilita a muchas mujeres prostitutas, y todo sin renta
fija, salvo la limosna en la cuál es verdadero maestro, "¿quién se hace
bien a si mismo dando a los pobres de Cristo?" -sería su lema cotidiano.
El corazón encendido de Juan, contrasta con el fuego del Hospital Real
en llamas el día 3 de julio de 1549. Allí acude como toda la ciudad,
pero no para lamentarse, sino para remangarse y entrar y sacar los
enfermos saliendo sano y salvo. Desde ese momento, Juan adquiere la
categoría de santo y su fama llega a todos los que pudieran tener alguna
duda de su pasado en la zona de los enfermos mentales. En el mes de
enero de 1550, tratando de salvar a un joven que se estaba ahogando en
el río Genil, enfermó gravemente.
En el lecho de muerte a Juan
le queda la herencia que entrega al arzobispo y a su sucesor, Antón
Martín: libro de las deudas y los enfermos asistidos. Así se continúa la
obra de Juan de Dios hasta nuestros días.
Juan muere el día 8 de
marzo de 1550. Su entierro es una auténtica manifestación de duelo y
simpatía hacia su persona y su obra.
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Autor: Daniel A. Marquez B
Comunidad Católica Vidas Santas Páginas Católicas... dedicadas a las personas que aman la Vida de los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios del Mundo! En la vida de los hombres y mujeres llamados Santos encontraremos un camino a seguir en el deambular por este valle de lágrimas que es nuestra vida en la Tierra. En ella se busca el lema de la Paz, la Tolerancia y la Caridad, en un intento de recoger el máximo de imágenes de Santos
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