Marzo 7 - 8
Etimológicamente significa “el que ama a Dios”. Viene de la lengua griega.
Este joven de la nada llegó a ser obispo de Nicomedia. Así son las cosas de Dios. Cuando menos te lo esperas, él te tiene asignado una misión en la vida.
Si la aceptas de buen grado, nunca te va a defraudar. Si por el contrario, no la aceptas – y eres libre siempre de no hacerlo- puede que andes dando tumbos por la vida sin encontrar nunca tu sitio.
Sus maestros le indicaron que su vocación al sacerdocio era clara por sus cualidades humanas, por su espíritu apostólico y su profunda piedad.
Tuvo que emplearse a fondo en la lucha titánica que se había desatado contra las imágenes. Tan dura fue esta persecución que el patriarca de Constantinopla tuvo que convocar un Concilio para que la doctrina ortodoxa siguiera viva en aquellos lugares.
Pero hay que tener en cuenta que, de por medio, estaba nada menos que el emperador. Por tanto, sabía bien a lo que se exponía.
En el concilio, todos los obispos se pusieron de acuerdo para que integridad de la fe saliera incólume de aquellas sesiones teológicas.
El emperador, sin embargo, no decía nada ni a favor ni en contra. Se mantenía pasota.
La dulzura y el buen trato de Teófilo hicieron que fuera en su busca. Y hablando con claridad ante su majestad, le pronosticó que le esperaban desgracias muy serias si no obedecía las conclusiones del concilio.
Pareció que las palabras de Teófilo le calaron muy profundamente. Pasaba ratos dándole vueltas a la cabeza para tomar la decisión que fuera más conveniente para todos.
Y cuando todo el mundo esperaba que el emperador cortase todo el lío de la imágenes – aceptando la doctrina de la Iglesia – apareció una orden mediante la cual mandaba a la cárcel a Teófilo. Lo encerró de tal manera que allí se pasó media vida, hasta su muerte. El nombre del emperador era León V. Murió en el 845.
Martirologio Romano: En Nicomedia, de Bitinia, san Teofilacto, obispo, que
desterrado por defender el culto de las sagradas imágenes, falleció en Estróbilo
de Caria. 845
El antiguo Martirologio le llamaba erróneamente "Teófilo". Según la reseña
que sobre él escribió A. Butler: “Cuando era niño, Teofilacto pasó de Asia a
Constantinopla, donde conoció a san Tarasio, quien le tomó cariño y le dio una
buena educación. Observando que el joven estaba llamado a la vida religiosa, san
Tarasio le envió a otro de sus discípulos, san Miguel el Confesor, quien acababa
de fundar un monasterio junto al Bósforo. Algunos años más tarde, cuando sus dos
discípulos habían soportado rudas pruebas, san Tarasio confirió a ambos la
dignidad episcopal; Teofilacto recibió la sede de Nicomedia y Miguel la de
Sínada.
Este joven de la nada llegó a ser obispo de Nicomedia. Así son las cosas de Dios. Cuando menos te lo esperas, él te tiene asignado una misión en la vida.
Si la aceptas de buen grado, nunca te va a defraudar. Si por el contrario, no la aceptas – y eres libre siempre de no hacerlo- puede que andes dando tumbos por la vida sin encontrar nunca tu sitio.
Sus maestros le indicaron que su vocación al sacerdocio era clara por sus cualidades humanas, por su espíritu apostólico y su profunda piedad.
Tuvo que emplearse a fondo en la lucha titánica que se había desatado contra las imágenes. Tan dura fue esta persecución que el patriarca de Constantinopla tuvo que convocar un Concilio para que la doctrina ortodoxa siguiera viva en aquellos lugares.
Pero hay que tener en cuenta que, de por medio, estaba nada menos que el emperador. Por tanto, sabía bien a lo que se exponía.
En el concilio, todos los obispos se pusieron de acuerdo para que integridad de la fe saliera incólume de aquellas sesiones teológicas.
El emperador, sin embargo, no decía nada ni a favor ni en contra. Se mantenía pasota.
La dulzura y el buen trato de Teófilo hicieron que fuera en su busca. Y hablando con claridad ante su majestad, le pronosticó que le esperaban desgracias muy serias si no obedecía las conclusiones del concilio.
Pareció que las palabras de Teófilo le calaron muy profundamente. Pasaba ratos dándole vueltas a la cabeza para tomar la decisión que fuera más conveniente para todos.
Y cuando todo el mundo esperaba que el emperador cortase todo el lío de la imágenes – aceptando la doctrina de la Iglesia – apareció una orden mediante la cual mandaba a la cárcel a Teófilo. Lo encerró de tal manera que allí se pasó media vida, hasta su muerte. El nombre del emperador era León V. Murió en el 845.
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Fuente: Oremosjuntos.com
Que sufrió el destierro por defender el culto de las imágenes († 845) Fue discípulo de San Tarasio quien al darse cuenta de la vocación y dones del muchacho para la vida religiosa, decidió confiárselo a otros de sus discípulos, San Migel el Confesor, quien se hallaba fundando un monasterio junto al Bósforo.
Que sufrió el destierro por defender el culto de las imágenes († 845) Fue discípulo de San Tarasio quien al darse cuenta de la vocación y dones del muchacho para la vida religiosa, decidió confiárselo a otros de sus discípulos, San Migel el Confesor, quien se hallaba fundando un monasterio junto al Bósforo.
Años más tarde, y luego de soportar ambos las más duras y difíciles
pruebas, San Tarasio confirió la dignidad episcopal: Teófilo recibió la sede de
Nicomedia y Miguel a la Sínada. Cuando el León V emprendió de nuevo su batalla
contra las imágenes, San Nicéforo, sucesor de San Tarasio en la sede de
Constantinopla, convocó a un Concilio para mantener la doctrina católica contra
el emperador.
San Teofilo y otros teólogos de gran saber defendieron con elocuencia el
punto de vista de la Iglesia, pero el emperador pemanecía inconmovible.
Fue entonces, que el santo, al ver la dureza del corazón del emperador,
vaticinó terribles desgracias y pesares que caerían sobre él; el emperador,
enfurecido, mandó a encarcelar al santo en una oscura y terrible celda, donde
falleció treinta años después. San Teófilo tuvo un corazón grande y generoso; su
incansable servicio y entrega hacia los más pobres y enfermos conllevó a que más
adelante, el santo fundase varios hospitales en la región.
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Fuente: aciprensa.com
SAN TEOFILO RUEGA POR NOSOTROS. GRACIAS por todos los favores recibidos
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