Marzo 9
Martirologio Romano: En el territorio de Rapolla en Basilicata, san Vidal
de Castronuovo, monje. (c.900 - 990).
Vital fue monje en Rapolla, en la Lucania lombarda (en el presente en la
Basilicata italiana)
Natural de Kars-nubu (actualmente Castronovo de Sicilia), en el valle de
Mazara de Sicilia, bajo dominio bizantino en el siglo X, sus padres eran Sergio
de Mennita y Crisónica[2], siendo una familia rica de alto linaje y de origen
bizantino
Fue bautizado en la iglesia local de María Santísima de la Audiencia y educado según los preceptos del rito griego, en esta época de dominación musulmana a los cristianos se les permitía en la isla una cierta autonomía en materia religiosa.
A la madurez no le interesaron los estudios sino que se inclinó por la vida espiritual, que le llevaría a entrar en torno al año 950 en el retiro ascético del monasterio de san Felipe de los monjes basilios, estaba situado en la ladera del monte Etna en Agira (Enna) y en él recalaron muchos ascetas calabreses y sicilianos de los siglos IX y X, aquí permanecería cinco años dedicado a la oración y el trabajo.
Transcurridos estos años pidió permiso al abad y realizó con un grupo de hermanos una peregrinación ritual a la tumba de los santos apóstoles en Roma; durante el viaje fue mordido por una serpiente venenosa en Terracina (Latina), y se dice que aconteció una curación milagrosa tras hacerse él mismo la señal de la cruz sobre la herida.
En su camino de regreso decidió no volver al monasterio y se separó de sus compañeros, eligiendo vivir como un eremita, ocuparía una cueva cercana a Santa Severina (Crotona), en Calabria, durante dos años.
Volvería después a Sicilia incorporándose a un cenobio cercano al de Agira, también bajo la regla de los basilios, permaneciendo en éste doce años, perfeccionándose.
Al final de este período regresó a Calabria para proseguir su vida anacoreta y peregrinaría por esa tierra; se asentó cerca de Cassano en el monte Lipirachi, en una gruta donde encontró a san Antonio de Gerace (abad del convento de Locri), monje eremita que realizaba una vivencia muy estricta, con quien permaneció unos días dándole sabios consejos sobre moderación.
Continuó hacia Roseto Capo Spulico (Cosenza), en Lucania, donde habitó un lugar solitario en Piedra Roseti frente al mar, a pesar de perseguir una vida de aislamiento recibía hospitalariamente incluso a los malhechores, transformaria un lugar decadente en un cenáculo para monjes, ganándose el afecto de las gentes de Roseto que quisieron levantar una iglesia dedicada a san Basilio. De este período es el relato según el cual obró un milagro al orar en ruego por los cultivos amenazados por una inundación, la cual cedió recogiéndose una cosecha fructífera.
En los años sucesivos cambió varias veces de ubicación eremítica: monte Raparo (San Chirico Raparo), Santo Ángel de Asprono (Monte Santo Ángel), monte San Juliano (Erice). Pasando por Mercurion y Latiniano, en la Lucania, se recogió en otros monasterios después, organizando la vida monástica; posteriormente volvería a viajar por la región, fundando en varios lugares algunos monasterios, y a su vez reconfortando a los monjes que se encontraba angustiados ante la invasión sarracena. Pero fue por poco tiempo, pues su vocación le llevaba a escuchar al Señor en la quietud de la soledad; así que se estableció en una cueva próxima a Armento (Potenza), siendo proverbial su familiaridad con los animales, una composición popular castronovense dice:
«SANTU VITALI / FEDDA DI PANI / E DI LU RIESTU / NNI DUNA A LI CANI».
Pediría a Dios en varias ocasiones que mediara, con éxito, en asuntos de mayor o menor gravedad, por lo que su fama se extendió y el gobernador bizantino de Bari, catapano Basilio, le llamó a su presencia para conocerle en 979; acudió acompañado de oros dos mojes y le confesó, una fuerte tormenta que se había desatado no provocó daños.
El santo siempre atendía a quienes se acercaban con sinceridad a pedir su mediación y obtener la gracia divina, como un hombre que pudo tener hijos, y a quienes se retractaban de sus malas acciones buscando expiar sus culpas. Vital aplicaba la norma evangélica del amor universal, especialmente hacia los pecadores pues consideraba muy importante el momento del arrepentimiento con la penitencia en uno mismo.
De vuelta a Lucania se dedicó a restaurar de su destrucción el monasterio de los Santos Adrián y Natalia y su iglesia, que habían sido saqueados por los musulmanes; acción en la que los lugareños vieron la mano de su santidad. Próximo a finalizar el siglo, volvieron a realizar un segundo ataque y saqueo de este monasterio, los hermanos monjes huyeron ante el peligro para salvarse, pero Vital fue presa de ellos y, cuando uno iba a matarle, un rayo fulminó su cimitarra derribándolo muy dolorido, el santo ayudó a sanar a su agresor a la vez que advertía a los sarracenos de que se retiraran, y así lo hicieron, abandonando estas tierras, pero capturaron como prisionero a Vital, quien sufrió muchos tormentos.
Una vez liberado se refugió con su sobrino, el beato Elías, también monje basilio de Castronovo como su tío; junto a él fueron a Torri donde fundó un monasterio con su iglesia, y luego a Rapolla donde fundaría su último monasterio. Una vez resolvió sobre el nuevo abad y designó a su sucesor para la dirección del monasterio de Rapolla, Vital moriría a una avanzada edad.
Fue enterrado inicialmente en la iglesia del monasterio de Rapolla, en el que falleció; pero siguiendo sus indicaciones expresas su cuerpo fue trasladado a los treinta años de fallecer, recibiendo nueva sepultura en 1024 en el monasterio de Guardia Perticara, fundado por su sobrino Elías y en donde era abad entonces, siendo acompañado la comitiva por el obispo de Torri, por Elías y por los fieles. Posteriormente sería trasladado a Torri para proteger sus restos del avance sarraceno, y más tarde por orden del señor feudal a Armento para situarlo al lado del túmulo de san Lucas de Demenna. Todavía tendría lugar otro cambio de sus restos, pues ambos santos fueron llevados a la catedral de Tricarico (Matera). En su último traslado los restos retornarían a Armento, donde reposan en un ataúd en el que figura la inscripción «SANCTI VITALIS RELIQUIAE», en un monasterio de monjes basilios erigido el mismo año de su muerte.
Castronovo de San Andrés, en Potenza cerca de Armento, fue fundado por san Vital dándole el nombre de su localidad natal, pues el epíteto de «san Andrés» se le incorpora siglos después.
La primera biografía del santo fue obra de un monje basilio contemporáneo suyo, escrita en griego antiguo, pero el pergaminó se perdió; el escrito había sido traducido en 1194, un siglo después del fallecimiento de san Vital, al latín, para uso litúrgico, y que se dedicó al obispo de Tricarico Roberto, siendo ésta la única copia que queda de la hagiografía.
La noticia de que un conciudadano había sido elevado a los altares llegaría a Sicilia muy tarde, en los años 1660, de manos de los castronovenses de Armento; sin embargo, en 1671 ya habían abierto una iglesia dedicada a él, esperando recibir alguna reliquia del santo. El 6 de septiembre de 1704 lo elegirían como patrón, en lugar de san Jorge; es el santo patrón tanto de Castronovo de Sicilia como de Armento.
Su festividad se celebra el 9 de marzo en el santoral católico.
=
Fuente: enciclopedia.us.es
Fue bautizado en la iglesia local de María Santísima de la Audiencia y educado según los preceptos del rito griego, en esta época de dominación musulmana a los cristianos se les permitía en la isla una cierta autonomía en materia religiosa.
A la madurez no le interesaron los estudios sino que se inclinó por la vida espiritual, que le llevaría a entrar en torno al año 950 en el retiro ascético del monasterio de san Felipe de los monjes basilios, estaba situado en la ladera del monte Etna en Agira (Enna) y en él recalaron muchos ascetas calabreses y sicilianos de los siglos IX y X, aquí permanecería cinco años dedicado a la oración y el trabajo.
Transcurridos estos años pidió permiso al abad y realizó con un grupo de hermanos una peregrinación ritual a la tumba de los santos apóstoles en Roma; durante el viaje fue mordido por una serpiente venenosa en Terracina (Latina), y se dice que aconteció una curación milagrosa tras hacerse él mismo la señal de la cruz sobre la herida.
En su camino de regreso decidió no volver al monasterio y se separó de sus compañeros, eligiendo vivir como un eremita, ocuparía una cueva cercana a Santa Severina (Crotona), en Calabria, durante dos años.
Volvería después a Sicilia incorporándose a un cenobio cercano al de Agira, también bajo la regla de los basilios, permaneciendo en éste doce años, perfeccionándose.
Al final de este período regresó a Calabria para proseguir su vida anacoreta y peregrinaría por esa tierra; se asentó cerca de Cassano en el monte Lipirachi, en una gruta donde encontró a san Antonio de Gerace (abad del convento de Locri), monje eremita que realizaba una vivencia muy estricta, con quien permaneció unos días dándole sabios consejos sobre moderación.
Continuó hacia Roseto Capo Spulico (Cosenza), en Lucania, donde habitó un lugar solitario en Piedra Roseti frente al mar, a pesar de perseguir una vida de aislamiento recibía hospitalariamente incluso a los malhechores, transformaria un lugar decadente en un cenáculo para monjes, ganándose el afecto de las gentes de Roseto que quisieron levantar una iglesia dedicada a san Basilio. De este período es el relato según el cual obró un milagro al orar en ruego por los cultivos amenazados por una inundación, la cual cedió recogiéndose una cosecha fructífera.
En los años sucesivos cambió varias veces de ubicación eremítica: monte Raparo (San Chirico Raparo), Santo Ángel de Asprono (Monte Santo Ángel), monte San Juliano (Erice). Pasando por Mercurion y Latiniano, en la Lucania, se recogió en otros monasterios después, organizando la vida monástica; posteriormente volvería a viajar por la región, fundando en varios lugares algunos monasterios, y a su vez reconfortando a los monjes que se encontraba angustiados ante la invasión sarracena. Pero fue por poco tiempo, pues su vocación le llevaba a escuchar al Señor en la quietud de la soledad; así que se estableció en una cueva próxima a Armento (Potenza), siendo proverbial su familiaridad con los animales, una composición popular castronovense dice:
«SANTU VITALI / FEDDA DI PANI / E DI LU RIESTU / NNI DUNA A LI CANI».
Pediría a Dios en varias ocasiones que mediara, con éxito, en asuntos de mayor o menor gravedad, por lo que su fama se extendió y el gobernador bizantino de Bari, catapano Basilio, le llamó a su presencia para conocerle en 979; acudió acompañado de oros dos mojes y le confesó, una fuerte tormenta que se había desatado no provocó daños.
El santo siempre atendía a quienes se acercaban con sinceridad a pedir su mediación y obtener la gracia divina, como un hombre que pudo tener hijos, y a quienes se retractaban de sus malas acciones buscando expiar sus culpas. Vital aplicaba la norma evangélica del amor universal, especialmente hacia los pecadores pues consideraba muy importante el momento del arrepentimiento con la penitencia en uno mismo.
De vuelta a Lucania se dedicó a restaurar de su destrucción el monasterio de los Santos Adrián y Natalia y su iglesia, que habían sido saqueados por los musulmanes; acción en la que los lugareños vieron la mano de su santidad. Próximo a finalizar el siglo, volvieron a realizar un segundo ataque y saqueo de este monasterio, los hermanos monjes huyeron ante el peligro para salvarse, pero Vital fue presa de ellos y, cuando uno iba a matarle, un rayo fulminó su cimitarra derribándolo muy dolorido, el santo ayudó a sanar a su agresor a la vez que advertía a los sarracenos de que se retiraran, y así lo hicieron, abandonando estas tierras, pero capturaron como prisionero a Vital, quien sufrió muchos tormentos.
Una vez liberado se refugió con su sobrino, el beato Elías, también monje basilio de Castronovo como su tío; junto a él fueron a Torri donde fundó un monasterio con su iglesia, y luego a Rapolla donde fundaría su último monasterio. Una vez resolvió sobre el nuevo abad y designó a su sucesor para la dirección del monasterio de Rapolla, Vital moriría a una avanzada edad.
Fue enterrado inicialmente en la iglesia del monasterio de Rapolla, en el que falleció; pero siguiendo sus indicaciones expresas su cuerpo fue trasladado a los treinta años de fallecer, recibiendo nueva sepultura en 1024 en el monasterio de Guardia Perticara, fundado por su sobrino Elías y en donde era abad entonces, siendo acompañado la comitiva por el obispo de Torri, por Elías y por los fieles. Posteriormente sería trasladado a Torri para proteger sus restos del avance sarraceno, y más tarde por orden del señor feudal a Armento para situarlo al lado del túmulo de san Lucas de Demenna. Todavía tendría lugar otro cambio de sus restos, pues ambos santos fueron llevados a la catedral de Tricarico (Matera). En su último traslado los restos retornarían a Armento, donde reposan en un ataúd en el que figura la inscripción «SANCTI VITALIS RELIQUIAE», en un monasterio de monjes basilios erigido el mismo año de su muerte.
Castronovo de San Andrés, en Potenza cerca de Armento, fue fundado por san Vital dándole el nombre de su localidad natal, pues el epíteto de «san Andrés» se le incorpora siglos después.
La primera biografía del santo fue obra de un monje basilio contemporáneo suyo, escrita en griego antiguo, pero el pergaminó se perdió; el escrito había sido traducido en 1194, un siglo después del fallecimiento de san Vital, al latín, para uso litúrgico, y que se dedicó al obispo de Tricarico Roberto, siendo ésta la única copia que queda de la hagiografía.
La noticia de que un conciudadano había sido elevado a los altares llegaría a Sicilia muy tarde, en los años 1660, de manos de los castronovenses de Armento; sin embargo, en 1671 ya habían abierto una iglesia dedicada a él, esperando recibir alguna reliquia del santo. El 6 de septiembre de 1704 lo elegirían como patrón, en lugar de san Jorge; es el santo patrón tanto de Castronovo de Sicilia como de Armento.
Su festividad se celebra el 9 de marzo en el santoral católico.
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Fuente: enciclopedia.us.es
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