miércoles, marzo 20, 2013

Santa Ciríaca de Roma, Virgen y Mártir

Santa Ciríaca de Roma, Virgen y Mártir
Marzo 20

Santa Ciríaca era la hermana de la Santa Mártir Potina (Svetlana) la mujer samaritana, con la cual el Señor converso en el pozo de Jacob (Juan 4:5-42). Convocada para presentarse ante Nero, el emperador le preguntó a las santas si de verdad creían en Cristo. Todos los confesores rechazaron la renuncia a Cristo. Entonces el emperador ordenó que le cortaran los empalmes de los dedos a las mártires. Durante los tormentos, las confesoras no sentían ningún dolor, y sus manos seguían siendo puras. Santa Potina y sus cinco hermanas: Anatolia, Pota, Potis, Paraskeva y Ciríaca fueron enviadas a la corte imperial bajo la corte imperial para ser supervisadas por Domnina la hija de Nero. Santa Potina convirtió a Domnina y a todos sus criados a Cristo. Ella también convirtió a un hechicero, quien había envenenado la comida para matarla.

Pasaron tres años, y Nero mandó a prisión a uno de sus criados, que se había convertido al cristianismo. Los mensajeros reportaron a los Santos Sebastián, Potino y Joses, que se había quedado ciego y que se había recuperado totalmente, y que esa gente los visitaba para escuchar sus predicaciones, y la prisión entera se había transformado de lugar horrible a lugar brillante por la fragancia que Dios envió.

Nero entonces dio órdenes de crucificar a los santos, y batir sus cuerpos desnudados con cinturones. En el cuarto día el emperador envió varios de sus criados para ver si los mártires todavía seguían vivos. Pero, acercándose al lugar de las torturas, los cayeron se cayeron de impresión. Un ángel del Señor liberó a los mártires de sus cruces y los curó. Los santos se llenaron de compasión al ver que los criados se habían quedado ciegos, y restauraron su vista por peticiones a Dios.

Los que fueron curados, se convirtieron a Cristo y pronto se bautizaron. Las hermanas de Santa Potina también sufrió horribles tormentos. Nero dio órdenes para cortar sus bustos y su piel. Un experto en crueldad, el emperador organizó la ejecución más feroz para Santa Potina: La ataron por los pies a las tapas de dos árboles amarrados con cuerdas y así quedaron encurvados.

Cuando las cuerdas fueron cortadas, los árboles se soltaron verticalmente y rasgaron los miembros corporales de la mártir. El emperador ordenó que los otros santos fueran decapitados, a excepción de Santa Potina.
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