Cristina, nació en la primera mitad del siglo VI, en la región de Persia, dinastía del Imperio Persa. El territorio del Imperio persa sasánida, estaba formado por los actuales países de Irán, Irak, Azebaryán, Armenia, Afganistán, parte del este de Turquía y Siria, además de parte de Pakistán, el Cáucaso, Asia Central y Arabia. La vida de Santa Cristina de Persia, al parecer fue escrita sobre el agua, motivo por el cual, a nuestros días solamente han llegada datos tan pobres, que aún ahondando incluso en el Martirologio Romano, este también tiene escasos datos, siendo la vida de dicha santa, una de las pocas cuya información, también se escapa como agua entre los dedos.
Al parecer, comenzaron a realizarse investigaciones sobre la vida de Santa Cristina y según cuenta el historiador Abel Della Costa, en “El testigo fiel”, en dicho escrito dice: Todo comienza con una inscripción en un menologio griego, que traducido al latín por Pietro Canisius en el siglo XVI, sitúa a Santa Cristina de Persia, con los siguientes términos: “En este día, Cristina, hecha mártir por la confesión de Cristo frente a los persas, emigró al Señor”.
A partir de dicha información el Martirologio Romano de Baronio, efectuado en aquellos mismos años, recogió dicha noticia y la transfirió en los términos siguientes: “En Persia, santa Cristina, virgen y mártir”. Pero rápidamente los bolandistas, cuando leyeron dicho Martirologio Romano de Baronio, concluyeron que no había razón alguna, para tipificar a la santa como virgen, sugerencia que se tuvo presente, pues dicho aspecto, ya no aparece en el Martirologio actual.
Posteriormente, según el Sinaxario Constantinopolitano, muestra que Santa Cristina, se encuentra inscripta, para los días 13 o 14 de marzo, según los códices y consta con el añadido de que fue castigada con latigazos. También los bolandistas, encontraron en la Biblioteca Laurentina de Florencia, un acta martirial en griego del siglo XVII, que ellos consideraron que estaba escrito por un contemporáneo de Santa Cristina, pero dicha acta hablaba de santa Sira, una joven que murió bajo la tortura del látigo, antes de su ejecución de muerte, bajo el reinado de Cosroes I, entre los años 531 y 579.
Por motivos diversos o quizás por razones de adaptación, le asignaron el año 559 y como la citada Santa Sira, no aparece en ninguna otra fuente, la inscribieron provisionalmente en la fecha del 18 de mayo, dando largos razonamientos. No obstante, aún teniendo conocimiento del descubrimiento de los bolandistas, Santa Sira, no fue inscripta en el catálogo de los santos, sino que más tarde el Martirologio Romano, adoptó para Santa Cristina, los datos cronológicos de Santa Sira, fundiendo dichos datos en uno solo, de donde procede la mártir Santa Cristina.
Todo lo expuesto, viene a sugerir que el Martirologio Romano, debido a la poca información existente, ha preferido inscribir solamente a la mártir Santa Cristina y no reseñar a las dos mártires. Con ello, se ha optado por estar claramente con las críticas de las fuentes, de donde se ha nutrido el Martirologio Romano, con la noticia detallada de que el martirio de Santa Cristina, fue durante el gobierno de Cosroes I.
Fuera como fuera, lo cierto es que una joven persa, por defender su Fe en Cristo, fue cruelmente azotada con varas, hasta que finalmente falleció, recibiendo la corona del martirio, b ajo el reinado de Cosroes I, rey de los persas. Su alma se elevó al Paraíso Celestial, a la presencia del Sumo Hacedor, presuntamente el día 15 de marzo del año 559, en el Imperio Persa. Santa Cristina, mártir de Persia, es la Patrona de Cirimido, Sepino, Granze, Formicola y Santa Cristina Gela. Santa Cristina de Persia, es venerada por la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa.
Ohhh pobre mujer
ResponderBorrarPobre? Ahora goza de la felicidad plena para siempre. Pobres nosotros que no sabemos si la tendremos.
Borrar