Beato
Florentín Pérez Romero,
Mártir
Agosto
23
Martirologio Romano: Cerca del pueblo de Vallbona
siempre en el territorio de Valencia en España, beatos mártires Florentín Pérez
Romero, sacerdote, y Urbano Gil Saes, religioso, de la Tercera Orden de San
Francisco de los Capuchinos de la Virgen de los Dolores, que llevaron hasta el
final el combate por la fe durante la misma persecución.
1936.
Florentín Pérez nace en Valdecuenca, pueblo turolense de la Serranía de
Albarracín, el 14 de marzo de 1902. Son sus padres Francisco e Ignacia quienes,
enseguida de nacer, lo presentan al cura del pueblo para que le administre las
aguas bautismales.
Huérfano de padre, es internado en el Asilo San Nicolás de Bari, de Teruel,
regentado por los religiosos terciarios capuchinos. Con ellos aprende las
primeras letras, recibe su primera comunión y realiza todos sus estudios. Ya
desde niño muestra disposición por la música, dedicación al estudio e
inclinación a la oración.
El 15 de septiembre de 1919 viste el hábito religioso y dos años después,
el día de la Virgen de los Dolores, emite sus primeros votos religiosos. Y en
1927 profesa perpetuamente. Al año siguiente es ordenado sacerdote por el
fundador Venerable Luis Amigo.
El P. Florentín da comienzo a su ministerio sacerdotal en la escuela de
reforma Nuestra Señora del Camino, en Pamplona (Navarra), pasando enseguida a la
escuela seráfica de San Antonio, en la misma ciudad. De 1930 a 1935 ejercita su
ministerio en el convento de Nuestra Señora de Monte Sión, como professor de
música y educador de niños. La revolución le sorprende en la casa noviciado San
José de Godella, Valencia.
Uno de los días, con los padres Francisco de Ayelo, Antonio de Masamagrell
y algún novicio más, compareció ante el pelotón de milicianos dispuesto a morir.
Los padres se dieron mutuamente la absolución y se prepararon para el
martirio.
Salvada la vida por esta vez, halla refugio en casa de un bienhechor de
Benaguasil, pero al fin fue apresado. Pasa tres días en la cárcel del pueblo.
Finalmente, junto con fray Urbano Gil, es sacrificado el 23 de agosto de 1936 en
la salida a la carretera de Pobla de Vallbona a Lliria.
El P. Florentín, físicamente un haz de sarmientos, tenía un carácter alegre
y bondadoso, sin hiel ni malicia, y con facilidad se ganaba la simpatía de
todos. Era un espíritu sencillo, piadoso, infantil. Era dulce, amable y
paciente... Era un ángel. De espíritu candoroso e inocente, siempre profesó una
gran devoción a la Virgen de los Dolores.
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Fuente: aciprensa.com
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