Beato Francisco Drzewiecki, Presbítero y Mártir
Agosto 10
Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beatos Francisco Drzewiecki, de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, y Eduardo Grzymala, presbíteros y mártires. Oriundos de Polonia, y devastada su patria durante la guerra, fueron encerrados en una cárcel extranjera, emigrando a Cristo desde la cámara de gas (1942).
Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beatos Francisco Drzewiecki, de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, y Eduardo Grzymala, presbíteros y mártires. Oriundos de Polonia, y devastada su patria durante la guerra, fueron encerrados en una cárcel extranjera, emigrando a Cristo desde la cámara de gas (1942).
Presbítero polaco de la Obra Don Orione que entregó su vida en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.
El padre Francisco fue
beatificado el 13 de junio de 1999 junto a otros 107 mártires
polacos.
Al momento de su muerte,
Francisco tenía 34 años y seis de profesión religiosa. Conoció a San Luis Orione
en Italia, donde terminó su formación y trabajó pastoralmente en el Pequeño
Cottolengo de Génova. En 1939 regresó a su Polonia natal para ayudar en la
parroquia y el cottolengo de Woclawek. Sin dudas fue un llamado del
Señor.
Allí lo sorprende el estallido
de la guerra. Cuando el ejército alemán invade Polonia, el P. Francisco -junto a
monjas orionitas- acoge a la población perseguida en las instalaciones del
cottolengo.
Poco tiempo después es hecho
prisionero junto a otros sacerdotes y seminaristas y conducido al campo de
concentración de Dachau, donde realizaban trabajos forzosos 2500
eclesiásticos.
Una carta fechada el 13 de
septiembre de 1942 y firmada por un oficial del servicio de inteligencia nazi
daba cuenta de la muerte del P. Francisco.
Un compañero suyo, José Kubicki,
también religiosos orionita y sobreviviente al encierro en Dachau, recuerda el
último encuentro que tuvo con Francisco: "El padre Drzewiecki me dijo: ´¡Adiós,
José! Partimos. No te pongas triste. Nosotros hoy, tú mañana...´ Y con gran
calma pudo agregar: ´Nos vamos, pero ofrecemos como polacos nuestra vida por
Dios, por la Iglesia y por la Patria´. Y no regresó nunca
más".
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Fuente: DonOrione.org.ar
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