Beato Francisco (Franz) Jägerstätter, Mártir Laico
Agosto 9
Martirologio Romano: En Brandeburgo, Alemania, beato Francisco Jägerstätter, mártir (1943)
Franz Jägerstätter nació el 20 de mayo de 1907 en la aldea de St. Radegung, Austria, a pocos kilómetros de la frontera con Baviera. Durante su adolescencia y su juventud se distinguió por su alegría y vitalidad. A pesar de las tentaciones propias de su edad, permaneció siempre firmemente arraigado en los principios de la fe. Rezaba todos los días y recibía con frecuencia los sacramentos.
Martirologio Romano: En Brandeburgo, Alemania, beato Francisco Jägerstätter, mártir (1943)
Franz Jägerstätter nació el 20 de mayo de 1907 en la aldea de St. Radegung, Austria, a pocos kilómetros de la frontera con Baviera. Durante su adolescencia y su juventud se distinguió por su alegría y vitalidad. A pesar de las tentaciones propias de su edad, permaneció siempre firmemente arraigado en los principios de la fe. Rezaba todos los días y recibía con frecuencia los sacramentos.
En 1931
su padre, propietario de una granja, enfermó gravemente, y Franz se vio obligado
a ocuparse de ella para mantener a la familia. En 1936 contrajo matrimonio con
Franziska Schwaniger. Tuvieron tres hijas: Rosalía, María y Luisa. Los esposos
eran católicos practicantes, profundamente devotos y recibían diariamente la
sagrada Comunión.
Llamado
a cumplir el servicio militar en 1943, en pleno conflicto mundial, declaró que
como cristiano no podía servir a la ideología nazi y combatir una guerra
injusta. Su vida y su elección reflejaban su radicalismo evangélico, que no
admitía réplicas, sino que provocaba e interpelaba. El padre José Karobath, su
párroco, tras una conversación con él pocos días antes de que lo reclutaran,
escribió: "Me ha dejado sin palabras, porque tenía las argumentaciones mejores.
Queríamos que desistiera, pero se imponía siempre citando las Escrituras". En el
siervo de Dios se reflejaba su serenidad sufrida y su adhesión al significado
pleno del mensaje evangélico: en él la coherencia era una señal distintiva, no
por prejuicios ideológicos o por un pacifismo abstracto, sino porque manifestaba
con sencillez y firmeza su fidelidad a los valores en los que
creía.
Ante el
terror nazi, ante la oscuridad de las conciencias y el consiguiente olvido de
Dios, Franz elevó su voz sin alardes, pero con gran valor, para defender a la
Iglesia de la furia anticlerical y para anunciar con su ejemplo el amor al
prójimo, hermano en Cristo y no un enemigo contra el cual
combatir.
A este
propósito, son clarificadoras las palabras del cardenal Christoph Schönborn,
o.p., arzobispo de Viena: "Considerar el martirio como una participación en el
combate escatológico contra las fuerzas del poder no era simplemente una
fantasía delirante de la Iglesia de los orígenes. Una figura tan límpida como la
del mártir Franz Jägerstätter, campesino de Austria, nos permite comprender cuán
actual es esta concepción. Su testimonio franco, que lo llevó a rechazar el
servicio militar en el ejército del Reich de Hitler, desvela las fuerzas que
aquí luchan entre sí".
Franz
fue procesado por insumisión por un tribunal militar reunido en Berlín, que el 6
de julio de 1943 lo condenó a muerte. Permaneció detenido desde marzo hasta mayo
de 1943 en la prisión militar de Linz; desde allí fue trasladado a una cárcel en
Brandeburgo, en espera de la ejecución de la sentencia. Quienes compartieron con
él aquellos meses testimoniaron que soportó las pruebas con infinita paciencia,
en particular el profundo dolor de la despedida de su esposa y de sus hijas. A
su esposa envió una serie de cartas, en las que destaca continuamente su
entrañable e inquebrantable amor a la familia, a la Iglesia y a Dios, así como
su petición de perdón por todos los sufrimientos que podía haber ocasionado con
su decisión de oponerse a la
guerra.
El 9 de
agosto de 1943, poco antes de ser guillotinado, el p. Jochmann le administró los
últimos sacramentos y le preguntó si necesitaba algo. El siervo de Dios le
respondió con gran entereza: "Tengo todo, tengo las sagradas Escrituras, no
necesito nada".
Fue
beatificado el 26 de octubre de
2007.
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Fuente:
Vatican.va
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