Febrero 15
s. XIV. Zapatero remendón que vivió y murió como ermitaño en Serravalle
(Piamonte).
Se narra un milagro en el que se manifiesta su santidad, era el último día
de carnaval, cuando algunas personas enmascaradas, al pasar cerca de su ermita,
se dieron cuenta que sobre el lugar habían florecido tres lirios; como fuera
invierno, el hecho suscitó la impresión de los presentes, que se acercaron al
lugar y encontraron el cadaver del ermitaño muerto desde hacía poco
tiempo.
Este suceso conmocionó a los lugareños, que lo sepultaron en su ermita, donde edificaron una iglesia. Con el transcurrir del tiempo, vista la afluencia de fieles y su devoción, esta iglesia fue ampliada y se edificaron otras en su honor en los pueblos de las cercanías.
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