Beato Manuel Borrás Ferré, Obispo y Mártir
Agosto 12
Obispo auxiliar de Tarragona
Obispo auxiliar de Tarragona
Martirologio Romano: En Tarragona, España, Beatos Manuel Borrás Ferré Obispo Auxiliar de Tarragona, Agapito Modesto religioso lasallista y 145 compañeros, asesinados por odio a la fe en España. († 1936-39)
Fecha
de beatificación: 27 de octubrer de 2013, durante el pontificado de S.S.
Francisco.
Nació en la Canonja (Tarragona) el 9 de septiembre de 1880. A los veintitrés años recibió el presbiterado y poco tiempo después fue notario de la curia eclesiástica y del tribunal metropolitano de Tarragona. Desde 1905 fue subdirector diocesano del Apostolado de la Oración y en 1910 se le nombró confesor del Seminario Pontificio, y cuatro años más tarde, al posesionarse de la diócesis de Solsona el doctor Vidal y Barraquer, nombra a Borrás secretario de cámara y gobierno y poco después vicario general.
Nació en la Canonja (Tarragona) el 9 de septiembre de 1880. A los veintitrés años recibió el presbiterado y poco tiempo después fue notario de la curia eclesiástica y del tribunal metropolitano de Tarragona. Desde 1905 fue subdirector diocesano del Apostolado de la Oración y en 1910 se le nombró confesor del Seminario Pontificio, y cuatro años más tarde, al posesionarse de la diócesis de Solsona el doctor Vidal y Barraquer, nombra a Borrás secretario de cámara y gobierno y poco después vicario general.
El 2
de julio de 1934, el cardenal Francisco Vidal y Barraquer le confería la
consagración episcopal a su gran colaborador, primero en la sede de Solsona y
luego en la tarraconense, y la Santa Sede le asignó la diócesis titular de
Bísica. Hombre muy piadoso dejaba por doquier un halo de espiritualidad. Puso en
marcha en Tarragona la Adoración Nocturna y la obra de Ejercicios Parroquiales y
la Acción Católica tuvieron gran apoyo en el obispo auxiliar de
Tarragona.
Los
días 19 y 20 de julio de 1936 los jefes y oficiales de la escasa guarnición, que
se hallaban comprometidos con el alzamiento, esperaron a ver como se
desarrollaban los acontecimientos en Barcelona. Tras el fracaso del general
Goded en la Ciudad Condal, el teniente coronel de Infantería Ángel
Martínez-Peñalver Ferrer, procuró mantener el orden y abortar cualquier intento
de levantamiento, con lo cual la ciudad, dominada por el Frente Popular, recobró
aparentemente la tranquilidad, que duró poco, pues días después, siguió una ola
de crímenes, incendios, profanaciones de iglesias y asesinatos de sacerdotes,
militares no adictos y civiles de derecha.
A las
once de la noche del día 21, entraron en el palacio unos agentes del comisario
de la Generalidad con orden de conducir al cardenal y al obispo al punto que
ellos eligieran, con tal que no fuese en Tarragona capital. El cardenal aceptó
decidiendo como destino el monasterio de Poblet. A los dos prelados se les
acondicionó en la residencia del presidente del Patronato de
Poblet.
El 23
por la tardeun coche con matrícula de Barcelona paró a la puerta del Patronato.
Sus ocupantes reclamaron al cardenal Vidal y Barraquer. Con su secretario Juan
Villadich partió el coche de los patrulleros. El vecino de Poblet, Guitert,
telefoneó al Gobierno de la Generalidad para prevenirles del desaguisado
cometido con su eminencia. Barcelona tomó medidas urgentes confiando al diputado
Soler y Pla, con un policía a su servicio, la recuperación del cardenal y del
obispo auxiliar. Antes de llegar a Montblanch, el coche de los patrulleros se
cruzó con el del diputado.
Cumpliendo con la consigna del Gobierno catalán,
salvaron al cardenal y a su acompañante, aunque aún tuvieron que luchar con los
comités de Vimbodí y Montblanch, ya que no querían dejarse arrebatar esa
importante presa. Monseñor Borrás, desde su despedida del cardenal sufrió una
odisea. Se acordó en el Patronato de Poblet buscarle un escondrijo más seguro,
habilitándole en un molino de la Casa Girona. El que hasta entonces había sido
valedor del prelado, el señor Todá, llamó el día 24 de madrugada al jefe del
comité de Espluga para informarle de la presencia del obispo en su casa. El
coche de milicianos llegó a los pocos minutos, trasladando al obispo desde
Poblet a Montblanch, recluyéndolo en una celda de la cárcel de este último
pueblo.
Curiosamente el día 24 de julio la cárcel de Montblanch
abrió una celda por la mañana para el cardenal y para Villadrich y otra por la
tarde para el obispo auxiliar. Pero a la madrugada siguiente los emisarios de la
Generalidad sacaron a Vidal y Barraquer, pidiendo éste que le permitiesen llevar
consigo a su gran colaborador monseñor Borrás, pero no lo consintieron. El
cardenal, una vez en Barcelona marchó a Italia merced a una intervención de la
Santa Sede. Intentaron varias veces llevarse a Tarragona al obispo Borrás para
deshacerse de él.
Al
final, el 12 de agosto de 1936 bajo el pretexto de tener que declarar ante un
tribunal de Tarragona, hicieron subir al obispo auxiliar en la caja de un
camión, partiendo en dirección a Valls. Tras avanzar tres kilómetros y medio se
detuvieron antes del Coll de Lilla. Le obligaron bajar a tierra y un par de
descargas de fusil acabó con su vida. Recogieron entre todos un montón de leña
seca, colocaron sobre él el cadáver boca abajo y le prendieron
fuego.
S.S.
Benedicto XVI firmó el 28 de junio de 2012 el decreto con el cual se reconoce el
martirio de los Siervos de Dios Manuel Borrás Ferré Obispo Auxiliar de
Tarragona, Agapito Modesto religioso lasallista y 145 compañeros, lo cual
permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 27 de
octubre de 2013.
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Fuente: Religiòn en Libertad
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