San Dositeo de Gaza o Palestina, Monje
Febrero 19 - 28 (29)
No está incluido en el actual Martirologio Romano.
En los años bisiestos se celebra el día 29 en lugar del 28.
En Palestina († s. VI) (Febrero 29) Cuenta una antigua
biografía suya que en su juventud fue soldado, y que en un recorrido por Tierra
Santa hallándose en Getsemaní le impresionó un cuadro que representaba los
tormentos del Infierno; así se convirtió a los grandes ideales de perfección
religiosa y se hizo monje en Gaza, donde iba a transcurrir toda su vida.
La
historia le recuerda como un contemplativo que renuncia a la propia voluntad
para ponerse en manos de Dios y que tiene un desprendimiento ejemplar respecto a
las cosas de este mundo, sin sentir apego por nada, porque cualquier afición a
personas u objetos era para él una atadura que le impedía estar completamente
disponible en su espera del Cielo.
San Dositeo se nos aparece así en una
desnudez heroica de asceta negándose a apoyarse en nada humano, reducido a un
manojo de ansias de vivir sólo para Dios y entrar en su eternidad sin el menor
lastre de afectos relativos a esta tierra. Hasta en el calendario ocupa un lugar
humildísimo, de comodín, donde termina el mes de febrero, negándose incluso una
fecha inamovible en la procesión de los días; porque él es quien rellena las
veinticuatro horas supernumerarias de los años bisiestos, como aceptando
privarse del retorno anual de la fiesta de todos los demás.
Sin tener siquiera
un sitio en el tiempo, porque ni eso quiere.
=
Fuente: oremosjuntos.com
Los años bisiestos tienen el inconveniente de celebrar un tanto aislada
en clara desventaja con respecto a los demás santos la fiesta de los
que el santoral coloca en este día. Menos mal que desde la altura de la
santidad esa situación peculiar, debida a las imperfecciones humanas que
no encuentran otra forma para medir el tiempo, a mí se me antoja que
puede ser una más de las oportunidades que en el Cielo deben tener los
bienaventurados para bromear entre ellos aquello de la gloria accidental
y para ejercer su función de intercesores al compadecerse mejor de las
flaquezas tan comprobables de los hombres.
Es el caso de
Dositeo. Cuenta una antiquísima biografía suya que pasó los años de su
juventud alineado en las filas del ejército, peleón como el primero y
entusiasta de las victorias como el que más. Era cristiano. Entre guerra
y guerra tuvo la oportunidad de visitar los Santos Lugares; peregrino
piadoso, fue rememorando los acontecimientos de la Salvación que allí se
realizaron; su amor a Jesucristo fue creciendo entre las piedras que
ahora podía tocar y besar; en Getsemaní se quedó profundamente
impresionado ante la visión de un cuadro que representaba los tormentos
del Infierno. Aquello fue la ocasión para que diera un vuelco su vida.
Decidió abandonar sus bien estudiados planes de futuro y los cambió por
hacerse monje en Gaza (Palestina); desde entonces, intentó poner en
juego todas sus energías con el fin de lograr la más perfecta imitación
de Jesucristo, bajo la dirección del abad san Doroteo.
Desprendimiento es la palabra-clave desde entonces.
Comprendió con claridad que cualquier persona, cosa y situación de la
tierra podría servirle de enredo y estorbo para el anhelo del Cielo. Y
con el paso del tiempo cuentan sus biógrafos, logró un desapego completo
y perfecto de todas las cosas, manifestado incluso en el
desprendimiento de los libros para los rezos y de las herramientas con
las que trabajaba su huerto.
Debían tener razón, porque ¡tantas
veces se oculta el apegamiento detrás de la razonable excusa de poseer
las cosas consideradas imprescindibles para el ejercicio de la
profesión, o de las que son un medio para vivir! De esta manera, se
presenta al asceta san Dositeo como un inmenso mazo de amor a Dios, un
hombre cuya voluntad está plena deseos, de ansias, de anhelos de vivir
en exclusiva para el Señor, con la decisión de entrar en su eterna
posesión sin la rémora o lastre que pueda suponer el más ínfimo cariño a
las cosas terrenas.
Pensándolo bien, no es extraño que con esa
desnudez heroica de afectos a lo que la mayoría de los mortales
aprecian, Dositeo haya dado una prueba más al acertar a morirse en el
día del año que sólo cada cuatro llega. Así, ni siquiera está apegado a
su recuerdo.
=
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Comunidad Católica Vidas Santas Páginas Católicas... dedicadas a las personas que aman la Vida de los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios del Mundo! En la vida de los hombres y mujeres llamados Santos encontraremos un camino a seguir en el deambular por este valle de lágrimas que es nuestra vida en la Tierra. En ella se busca el lema de la Paz, la Tolerancia y la Caridad, en un intento de recoger el máximo de imágenes de Santos
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