Febrero 1
Martirologio Romano: En Seul, Corea, santos mártires Pablo Hong
Yong-Ju, catequista, Juan Yi Mun-I, que servía a los pobres y sepultaba los
cuerpos de los mártires, y Bárbara Choe Yong-I, la cual siguiendo el ejemplo de
sus padres y de su marido ejecutados por el nombre de Cristo, fue decapitada
junto a los otros. 1840.
Pablo Hong es hermano de san Pedro Hong. Fue apresado
con su hermano y juzgado junto con él, pero su ejecucción fue desplazada porque
la ley coreana prohibía matar a todos los hermanos o a padre e hijo juntos.
Pablo tenía al momento del martirio 39 años. Los dos hermanos se dedicaban a la
enseñanza del catecismo, al cuidado de los enfermos y otras actividades
caritativas.
Arriesgaron su vida en 1839 para esconder en su casa a los misioneros
extranjeros, y por eso ya estaban marcados como posibles victimas. Cuando fueron
apresados, se les instó a que revelaran el paradero de los cristianos y
renegaran de su fe, pero ninguno de los dos realizó nada de ello. Llevados antes
el fiscal jefe, resultó ser pariente suyo, y declinó torturarlos directamente,
pero mandó hacerlo a unos subordinados. Murió, como su hermano,
decapitado.
Juan Yi provenía de una familia cristiana y noble de
Tong-san-mit. Quedó huérfano a los 5 años, y fue llevado a la capital, donde
quedó en adopción de una familia también cristiana. De joven se volcó a la
piedad, e incluso había decidico guardar el celibato, aunque por deferencia a su
madre adoptiva, aceptó casarse, auqnue su esposa murió muy pronto, por lo que
quedó solo, con sus dos niños; sin embargo, esta circunstancia no lo indujo a
contraer nuevamente matrimonio.
A los treinta años era un activo catequista, acompañaba a los
misioneros en la administración de los sacramentos, y cuando estalló la
persecución de 1839, organizaba colectas de limosnas para el sostén de los
necesitados de la comunidad, y se dedicaba, junto con otros, a recoger los
cuerpos de los mártires. Se escondió en la provincia, pero fue igualmente
apresado y, después de torturarlo, fue decapitado.
Barbara Choe era hija santa Magdalena Son, canonizada
en este mismo grupo de 103 mártires. Fue muy devota desde niña, y cuando sus
padres trataron de arreglar su matrimonio, pidió que quien fuera a ser su marido
fuera un católico ferviente, no importaba si rico o noble. Así se casó con un
hombre mucho mayor, 44 años, Carlos Cho, cuando ella tenía apenas 20 años en
aquel momento. Al año siguiente dio a luz a un hijo. La pareja se animó
mutuamente en la virtud y la práctica de la religión. Cuando Barbara fue
detenida, llevó a su hijo -de menos de 2 años- con ella a la cárcel, sin embargo
era muy difícil para el niño permanecer en prisión, no había luz ni alimentos
suficientes, e incluso Bárbara temía flaquear en su decisión de dar la vida por
Cristo, por lo que dejó finalmente al niño a cargo de familiares.
Fue torturada para que revelara el paradero de los católico, fue
golpeada 250 veces y su cuerpo se retorcía. Escribió desde la cárcel una carta
en la que decía: "¡Qué triste estoy de perder a los míos en el martirio! Pero
cuando pienso en cielo, quedo consolada, y doy gracias a Dios por el privilegio
tan especial de ser mártir. Mi corazón se llena de felicidad". Fue asesinada el
1 de febrero, un día después de su madre.
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Fuente: hagiopedia.blogspot.com
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