sábado, marzo 16, 2013

San Abraham, Solitario y Eremita

San Abraham, Solitario y Eremita
Marzo 16

Siria, 370. Debió de nacer en Edesa, en la Mesopotamia del norte, y el primer episodio que conocemos de su vida es extraño y escandaloso: en su noche de bodas abandonó a la novia y huyó muy lejos, hasta la región del Helesponto, lo que hoy llamamos estrecho de los Dardanelos, para convertirse en penitente ermitaño. Allí, en una gruta vivió diez años en la más completa soledad, sin más que un manto y un cilicio para vestirse, una estera para dormir, un vaso para beber un poco de agua y hierbas crudas del campo por todo alimento.

El obispo de Lampsaco -hoy Lapseki (Turquía)- le suplicó que evangelizara en los pueblos que abundaba el paganismo. El eremita, muy a pesar suyo, acabó aceptando tal misión, y después de ser ordenado de sacerdote, se dirigió hacia allí. Lo primero que hizo fue levantar una suntuosa iglesia, para que el verdadero Dios tuviese una casa digna de Él, y luego destruyó los ídolos a los que tan apegados estaban los indígenas; los indígenas no pararon de maltratarlo con todo lo que tenían hasta que muriera, pero lleno del amor de Dios siguió predicando hasta que se convirtieran y así fue.

El les instruyó en la fe, bautizó a un millar de personas y en seguida huyó a su gruta para seguir viviendo hasta su muerte en la bendita soledad con Dios.
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Fuente: oremosjuntos.com

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