lunes, marzo 18, 2013

San Alejandro de Jerusalén, Obispo y Mártir

San Alejandro de Jerusalén, Obispo y Mártir
Marzo 18

San Alejandro, obispo de Jerusalén, que fue llevado a Cesarea en tiempo de la persecución de Decio y allí martirizado, 251.

Junto con Orígenes, fue estudiante de la gran escuela Cristiana de Alejandría; primero estuvo bajo la dirección de San Panteno y luego bajo la de su sucesor Clemente. Fue nombrado obispo de su ciudad natal, Capadocia, y durante la persecución de Severo hizo su profesión de fe.

Hizo una peregrinación a Jerusalén, y ahí fue elegido por el pueblo para coadjutor del obispo de aquélla sede, debido a una señal del cielo. Esta era la primera vez en la historia de la Iglesia que se daba el caso de un coadjutorado y translación episcopal; acaeció en el año 212 y tuvo que ser ratificado por la jerarquía de Palestina en un Concilio. San Alejandro tuvo un conflicto con el obispo Demetrio de Alejandría, quien le censuró por haber tomado parte en la ordenación de Orígenes y por haberlo alentado a predicar en las iglesias, cuando era aún seglar.

Por testimonio de Orígenes sabemos que Alejandro de Jerusalén sobresalía entre todos los prelados por su mansedumbre, dulzura y discernimiento. Hizo grandes beneficios a la ciudad; entre otros, le dio una biblioteca de obras teológicas, que todavía existía cuando Eusebio escribió y de la que hizo constante uso. En la persecución de Decio, San Alejandro fue aprehendido e hizo su segunda confesión pública. Fue condenado a las fieras, pero no pudieron hacer que lo atacaran; entonces fue llevado prisionero a Cesarea, donde murió en cadenas. La Iglesia lo reconoce como mártir.
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Fuente: oremosjuntos.com

San Alejandro de Jerusalén (f. 251) es un mártir y santo cristiano venerado en la Iglesia ortodoxa y católica y ejecutado durante las persecuciones del emperador Decio.
Vida

Es considerado el primer obispo de Capadocia. Alejandro fue hecho prisionero por su fe en el tiempo de Alejandro Severo y cuando fue liberado vino a Jerusalén, donde se le nombró coadjutor del obispo de Jerusalén, San Narciso, del que se dice que contaba con 116 años. El anciano santo le instó a asistirlo en el gobierno de aquella sede. Este nombramiento contó con el consentimiento de los obispos de Palestina (Siria Palestina).

Fue Alejandro quien permitió que Orígenes, entonces un laico, pudiera hablar en las iglesias. Fue una decisión polémica pero consiguió defenderse extendiendo otros permisos de la misma naturaleza dados incluso al mismo Orígenes en otros lugares, incluso a pesar de su juventud.

Alejandro fue especialmente reconocido por la biblioteca que construyó en Jerusalén. Finalmente, y con una avanzada edad, él, con otros obispos, fue llevado prisionero a Cesarea, y los historiadores dicen que "la gloria de sus blancos cabellos y su gran santidad formaban una doble corona para él en su cautividad". Sufrió numerosas torturas, pero sobrevivió a todas. Cuando las bestias salvajes fueron soltadas para que lo devoraran, algunas lamieron sus pies, y otras se recostaron la arena del coliseo. Desgastado por los sufrimientos, murió en prisión. Era el año 251.

Eusebio conservó fragmentos de una carta escrita por Alejandro a Antinoïtes; y otra a Antiochenes; de la tercer a Orígenes; y otra, escrita en conjunto con Theoctisto de Cesarea, a Demetrio de Alejandría.
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