San Joaquín, padre de la Santísima Virgen
Marzo 20 - Julio 26 - Agosto 16
Su fiesta 16 de agosto (26 julio).
Fiesta (con Santa Ana, su esposa): 26 de julio. Joaquín (significa Yahweh
prepara). Una antigua tradición, que arranca del siglo II, atribuye los nombres
San Joaquín y Santa Ana a los padres de la Santísima Virgen María.
El culto a santa Ana se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI,
y pasó a la occidental en el siglo X; el culto a san Joaquín es más reciente. No
conocemos de Joaquín y Ana con certeza mas que sus nombres y el hecho de que
fueron los santos padres de la Madre de Dios.
Lo que relatan sobre ellos los libros apócrifos no es todo confiable y es
difícil distinguir lo cierto de la leyenda. San Joaquín era venerado por los
griegos desde muy temprano. En el Occidente su fiesta fue admitida al calendario
mas tarde, algunas veces el 16 de septiembre, otras el 9 de diciembre.
Julio II
la puso en el 20 de marzo; mas tarde suprimida fue restaurada por Gregorio XV
(1622).
Clemente XII (1738) la fijó en el Domingo después de la Asunción. Con la
reforma del calendario después del Concilio Vaticano II,
San Joaquín se celebra junto con su esposa, Santa Ana, el 26 de
Julio.
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Fuente: oremosjuntos.com
Joaquín (Yahvé prepara) fue el padre de la Virgen María, madre de Dios. Según San Pedro Damián, deberíamos tener por curiosidad censurable e innecesaria el inquirir sobre cuestiones que los evangelistas no tuvieron a bien relatar, y, en particular, acerca de los padres de la Virgen.Con todo, la tradición, basándose en testimonios antiquísimos y muy tempranamente, saludó a los santos esposos Joaquín y Ana como padre y madre de la Madre de Dios.
Ciertamente, esta tradición parece tener su fundamento último en el llamado Protoevangelio de Santiago, en el Evangelio de la Natividad de Santa María y el Pseudomateo o Libro de la Natividad de Santa María la Virgen y de la infancia del Salvador; este origen es normal que levantara sospechas bastante fundadas.
No debería olvidarse, sin embargo, que el carácter apócrifo de tales escritos, es decir, su exclusión del canon y su falta de autenticidad no conlleva el prescindir totalmente de sus aportaciones.
En efecto, a la par que hechos poco fiables y legendarios, estas obras contienen datos históricos tomados de tradiciones o documentos fidedignos; y aunque no es fácil separar el grano de la paja, sería poco prudente y acrítico rechazar el conjunto indiscrimadamente.
Algunos comentaristas, que opinan que la genealogía aportada por San Lucas es la de la Virgen, hallan la mención de Joaquín en Helí (Lucas, 3, 23; Eliachim, es decir, Jeho-achim), y explican que José se había convertido a los ojos de la ley, a fuer de su matrimonio, en el hijo de Joaquín. Que esa sea el propósito y la intención del evangelista es más que dudoso, lo mismo que la identificación propuesta entre los dos nombres Helí y Joaquín.
Tampoco se puede afirmar con certeza, a pesar de la autoridad de los Bollandistas, que Joaquín fuera hijo de Helí y hermano de José; ni tampoco, como en ocasiones se dice a partir de fuentes de muy dudoso valor, que era propietario de innumerables cabezas de ganado y vastos rebaños.
Más interesantes son las bellas líneas en las que el Evangelio de Santiago describe, cómo, en su edad provecta, Joaquín y Ana hallaron respuesta a sus oraciones en favor de tener descendencia.
Es tradición que los padres de Santa María, que aparentemente vivieron primero en Galilea, se instalaron después en Jerusalén; donde nació y creció Nuestra Señora; allí también murieron y fueron enterrados.
Una iglesia, conocida en distintas épocas como Santa María, Santa María ubi nata est, Santa María in Probática, Sagrada Probática y Santa Ana fue edificada en el siglo IV, posiblemente por Santa Elena, en el lugar de la casa de San Joaquín y Santa Ana, y sus tumbas fueron allí veneradas hasta finales del siglo IX, en que fue convertida en una escuela musulmana.
La cripta que contenía en otro tiempo las sagradas tumbas fue redescubierta en 1889. San Joaquín fue honrado muy pronto por los griegos, que celebran su fiesta al día siguiente de la de la Natividad de Ntra. Señora. Los latinos tardaron en incluirlo en su calendario, donde le correspondió unas veces el 16 de septiembre y otras el 9 de diciembre.
Asociado por Julio II [el de la capilla Sixtina] al 20 de marzo, la solemnidad fue suprimida unos cinco años después, restaurada por Gregorio XV (1622), fijada por Clemente XII (1738) en el domingo posterior a la Asunción, y fue finalmente León XIII [el de la Rerum Novarum] quien, el 1 de agosto de 1879, dignificó la fiesta de estos esposos que se celebró por separado hasta la última reforma litúrgica.
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Autor: P. Jesús Martí Ballester - es.catholic.net
San Joaquín y Santa Ana, Los padres de la Virgen María
Autor: P. Jesús Martí Ballester - es.catholic.net
San Joaquín y Santa Ana, Los padres de la Virgen María
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