San Virgilio de Arlés, Obispo
Marzo 5
 
 Martirologio Romano: En Arlés, en la Provenza, Francia, san Virgilio, 
obispo, que recibió como huéspedes a san Agustín y a sus monjes, cuando 
viajaban hacia Inglaterra por encargo del papa san Gregorio I Magno (c. 
618).
 
 San Virgilio nació en 
Gascuña, pero se educó en el monasterio de San Honorato, en una de las 
dos islas que se hallan a tres kilómetros de Cannes, tan conocidas por 
los turistas de la Costa Azul. Según su biógrafo, que es nuestra 
principal fuente -aunque vivió varios siglos después de los hechos y 
tiende a inventar todo lo que pueda glorificar el santo-, Virgilio fue 
monje y abad del monasterio de San Honorato.
 
 Una noche estaba 
el santo paseándose en la playa cuando vio un extraño navío cerca de la 
costa; sobre la cubierta, trabajaban algunos marinos, quienes 
desembarcaron y vinieron al encuentro de Virgilio. Le saludaron por su 
nombre, le dijeron que su fama había llegado hasta el extranjero y le 
aseguraron que si les acompañaba a Jerusalén, haría mucho bien a los 
cristianos y alcanzaría un alto grado de perfección. Pero Virgilio no se
 dejó engañar y, haciendo la señal de la cruz, replicó: «Las mañas del 
enemigo no pueden engañar a los soldados de Cristo y vosotros sois 
totalmente impotentes contra los protegidos de Dios, porque la oración 
ha arrojado al dragón de la Isla de San Honorato y el demonio no tiene 
en ella ningún poder para hacer mal». En cuanto el santo acabó de 
pronunciar estas palabras, el navío y los marineros desaparecieron.
 
 El nombre de san Virgilio no figura en la lista de los abades de 
Lérins; en algunas crónicas figura como un monje de Lérins que más tarde
 llegó a ser abad del monasterio de San Sinforiano de Autún. Lo que sí 
se tiene por seguro es que san Virgilio era monje antes de ser nombrado 
obispo de Arles y que recibió el palio de manos del Papa Gregorio I, 
quien le nombró vicario apostólico ante el rey Childeberto II. El 
Venerable Beda menciona a san Virgilio a propósito de la misión de san 
Agustín de Canterbury en Inglaterra. Según parece, san Virgilio lo 
consagró por orden del Papa Gregorio. San Virgilio gobernó su diócesis 
con gran vigor; su celo lo llevó demasiado lejos en una ocasión, pues 
san Gregorio le reprendió por haber intentado convertir, por la fuerza, a
 los judíos de su arquidiócesis y le recomendó que se limitase a orar y 
predicar.
 
 San Virgilio construyó varias iglesias en Arles. Se 
cuenta que, durante la construcción de la basílica de San Honorato, los 
obreros se encontraron un día con que no podían mover las columnas para 
transportarlas a su sitio. San Virgilio acudió al punto y vio que era el
 demonio, bajo la forma de un negro muy vigoroso, el que impedía con su 
peso que los obreros moviesen la columna; pero éstos no le veían. El 
santo increpó al demonio, que desapareció, dejando una estela pestilente
 y los obreros pudieron continuar su trabajo. El biógrafo de san 
Virgilio da otros muchos ejemplos de los milagrosos poderes de su héroe:
 cuenta que el santo obró numerosas curaciones, resucitó a varios 
muertos y destruyó a una terrible serpiente que había causado grandes 
estragos.
 
 Sin duda que el pueblo de Arles tenía entera 
confianza en la protección de su arzobispo, persuadido de que mientras 
los restos del santo permaneciesen en la ciudad, ésta vencería a todos 
sus enemigos. San Virgilio fue sepultado en la iglesia de San Salvador, 
que él mismo había construido.
=
Comunidad Católica Vidas Santas Páginas Católicas... dedicadas a las personas que aman la Vida de los Santos, Beatos, Venerables y Siervos de Dios del Mundo! En la vida de los hombres y mujeres llamados Santos encontraremos un camino a seguir en el deambular por este valle de lágrimas que es nuestra vida en la Tierra. En ella se busca el lema de la Paz, la Tolerancia y la Caridad, en un intento de recoger el máximo de imágenes de Santos
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario