Martirologio Romano: En Vigevano, en Lombardía, beato Cristóbal Macassoli, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, insigne por su predicación y su caridad para con los pobres (1485).
Etimológicamente: Cristóbal = Aquel que lleva a Cristo consigo, es de
origen griego.
Fecha de beatificación: Culto confirmado el 23 de julio de 1890 por el Papa
León XIII.
Sacerdote de la Primera Orden (1400-1485). Aprobó su culto León XIII el 26 de julio de 1890.
Sacerdote de la Primera Orden (1400-1485). Aprobó su culto León XIII el 26 de julio de 1890.
Cristóbal Macassoli nació en Milán a comienzos del siglo XV. Transcurrió su
infancia en la inocencia y la bondad, bajo los cuidados solícitos de sus padres.
Hacia los 20 años se hizo franciscano, cuando San Bernardino de Siena
(1389-1444) recorría las ciudades de Italia predicando incansablemente el
evangelio, y suscitando un profundo cambio en las almas, con grandiosas
conversiones, y trabajaba intensamente para volver a la Orden Franciscana a la
primitiva observancia de la regla como la había dictado y practicado San
Francisco de Asís.
Cristóbal, ardiendo en amor a Dios y a los hermanos, recorriendo el camino
de la virtud, con pureza de corazón, con una viva confianza en Dios, en la
austera observancia de la pobreza, se colocó en el camino luminoso de San
Bernardino, místico sol del siglo XV. Ordenado sacerdote, fue insigne por su
predicación y santidad, y por su entrega generosa y sin medida al ministerio
apostólico. Su fama fue creciendo, ya por las numerosas conversiones que obró,
ya por los poderes taumatúrgicos que se le atribuyeron. Con el ejemplo y con la
palabra edificó la Iglesia de Cristo.
Con el Beato Pacífico Ramati de Cerano fundó el convento de Santa María de
las Gracias en Vigevano, cuya admirable iglesia fue construida por Galeazzo
Sforza y consagrada en 1476. Allí fijó su residencia después de una vida de gran
actividad apostólica. Pronto la fama de su santidad se extendió tan ampliamente,
que aun de partes lejanas llegaban a él numerosos fieles para pedir su oración y
escuchar su palabra siempre llena de caridad y comprensión, para que bendijera a
los enfermos y a los niños. Dios a menudo glorificó la santidad de su siervo
fiel con prodigios.
Murió el 5 de marzo de 1485, a los 85 años de edad. Su cuerpo, rodeado de
la veneración de sus devotos, fue sepultado en la iglesia de Santa María de las
Gracias, en la capilla de San Bernardino. En 1810 sus reliquias fueron
trasladadas a la catedral de Vigevano. Un antiguo testimonio del culto que le
fue rendido es el cuadro del altar de Santa María de las Gracias de 1653, en el
cual el Beato es representado junto con San Bernardino al lado de la Virgen.
León XIII aprobó su culto el 23 de julio de 1890. No es raro que del Beato
Cristóbal de Milán haya tomado Manzoni el nombre y la figura del Padre Cristóbal
de Pescarenico, en su novela “Los Novios”.
Nota: Hay que tener cuidado de no cofundirlo con el Beato Cristóbal de
Milán (1 de marzo), aunque los dos comparten nombre y son ubicados en Milán, el
uno es un presbítero dominico y el otro es franciscano.
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Fuente: Franciscanos.net
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