San Gregorio de Elvira o de Illiberis, Obispo
Abril 24Martirologio Romano: En Illiberis (o Elvira, hoy Granada), en la Hispania Bética, san Gregorio, obispo, cuyo libro Sobre la Fe fue alabado por san Jerónimo (s. IV).
Etimológicamente: Gregorio = Aquel que esta siempre preparado, es de origen
griego.
Padre de la Iglesia hispanorromano.
Fue un prelado español del siglo IV. Este santo, llamado también Gregorio Bético, es citado con elogio por Eusebio Vercelense, san Jerónimo y otros, los cuales dicen que se había enfrentado a Osio por haber comunicado con Alsacio, Ursacio y Valente de lo cual se puede inferir que ya era obispo de Ilíberis antes del año 347.
Fue un prelado español del siglo IV. Este santo, llamado también Gregorio Bético, es citado con elogio por Eusebio Vercelense, san Jerónimo y otros, los cuales dicen que se había enfrentado a Osio por haber comunicado con Alsacio, Ursacio y Valente de lo cual se puede inferir que ya era obispo de Ilíberis antes del año 347.
Entre sus obras destacan un tratado sobre la fe, otro sobre el Cantar de
los cantares, y sobre el arca de Noé. Usa un lenguaje sencillo, se esmera en
preparar sus sermones, hallar un sentido espiritual. Predicar es un deber, un
acto de caridad. Tiene una gran preocupación por preservar la fe del error. Casi
todos los sermones explican textos del Antiguo Testamento, le dedica mayor
atención porque presenta mayor dificultad. Otra razón es que en el Evangelio no
aparece nada que no aparezca en el Antiguo Testamento, en la ley y en los
profetas. La sombra no existe sin el cuerpo, tampoco Cristo sin la Ley, ni esta
sin Cristo.
En "De doctrina cristiana" habla de los sentidos de la Escritura. En Sobre
la catequesis de los principiantes sobre la enseñanza de la fe. La Sagrada
Escritura a veces es oscura, hay que clarificarla en la exposición. Considera
importante que el predicador viva lo que dice, sea orante antes que parlante. A
la personalidad de San Agustín nos podemos acercar por sus sermones.
San Agustín dice que el efecto de la predicación sería nulo si Cristo no
estuviese en el corazón de los oyentes. El que instruye es Cristo, su Espíritu.
Debemos crear la posibilidad para que Cristo instruya, de ese crecimiento. El
secreto del buen catequista es predicar con alegría. Es mejor hablar a Dios de
ellos, que a ellos de Dios, en caso que no les entiendan. Dios ama al que da con
alegría.
La santidad de Gregorio goza de una devoción antiquísima, ya que su nomnbre
se ve en varios martirologios, honrándose su memoria en España desde el siglo
VII como consta de San Isidoro, que le llama Santo. No se sabe con certeza el
año de su muerte pero se cree que aún vivía en 392 y que llegó hasta la última
senectud.
=
Autor: Xavier Villalta
No hay comentarios.:
Publicar un comentario