San Bernardo de Aléria, Obispo y Confesor, y hermanas Mártires

San Bernardo de Aléria, Obispo y Confesor, y hermanas Mártires

Agosto 21

Santa María y (Zaida) de Aléria, y Santa Gracia (Zoraida) de Aléria, Vírgenes y Mártires.

Liturgia: 21 de agosto

Título completo: San Bernardo de Aléria, Obispo, Confesor de la Fe, defensor de la verdad apostólica en Córcega

Nacido en el siglo VIII en la región de Aléria, Córcega, Bernardo fue consagrado obispo en tiempos de gran agitación doctrinal. Firme defensor de la ortodoxia, combatió las herejías locales y restauró la disciplina eclesiástica en su diócesis.

Su vida estuvo marcada por la oración, la enseñanza y la caridad pastoral. Se le atribuye la redacción de cartas doctrinales que circularon entre los obispos del Mediterráneo insular. Murió en paz, rodeado de sus discípulos, y fue venerado desde el siglo IX como confesor de la fe. Su iconografía incluye mitra, báculo, libro cerrado y mirada contemplativa.

Hermanas Mártires de Aléria

Liturgia: 21 de agosto

Título completo: Santas María y (Zaida) de Aléria y Gracia (Zoraida) de Aléria, Vírgenes Mártires, testigos de la fe en Aléria

Según la tradición local, María y Gracia eran hermanas jóvenes que vivían en las cercanías de Aléria durante las persecuciones del siglo III. Al negarse a renunciar a Cristo, fueron arrestadas por autoridades romanas y sometidas a tormento.

Se mantuvieron firmes en la fe, consolándose mutuamente con salmos y oraciones. Fueron ejecutadas juntas, y sus cuerpos fueron enterrados por cristianos en una cripta que luego se convirtió en lugar de peregrinación. Su culto fue confirmado por el obispo Bernardo, quien promovió su memoria litúrgica.

Se las representa con palmas del martirio, cruz de madera y túnicas sencillas, sin artificio ni idealización.

Significado conjunto

El 21 de agosto une la confesión doctrinal de un obispo con el testimonio sangriento de dos vírgenes. La escena representa la unidad de la Iglesia en sus diversas formas de santidad: la enseñanza, el sacrificio, la fidelidad. No hay simulación ni fusión simbólica: cada figura conserva su dignidad, su rol y su historia.

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Fuente: Vidas Santas